domingo, 2 de diciembre de 2012

Newsletter Laura Gutman Diciembre 2012


Celebrar la Navidad con menos recursos económicos
La antigua costumbre de festejar las buenas noticias -compartiendo tradicionalmente buena comida y buena bebida- se ha ido transformando en una exagerada carrera por comprar objetos y regalos de todo tipo. Muchos de nosotros somos víctimas de una modalidad instalada de la que no sabemos cómo escapar. Compramos porque todos esperan recibir, porque corresponde, porque somos buenos padres, buenos hermanos, buenos hijos o buenos yernos. Compramos y nos endeudamos y dedicamos días enteros tratando de satisfacer posibles deseos ajenos. Paradójicamente, las crisis económicas como las que estamos viviendo, pueden acercarnos un lado positivo. Es verdad que la primera sensación es de escasez y limitaciones incómodas. Sin embargo, podemos convertir esta situación externa en una experiencia con matices interesantes. Si este año no hay tanta disponibilidad de dinero, no es necesariamente algo malo: Los encuentros entre seres queridos son gratuitos. La meditación o las propuestas para vivir entre adultos y niños alguna experiencia enriquecedora en términos espirituales, también son gratuitas. Conversar entre todos sobre nuestra realidad emocional, familiar, económica o financiera para decidir en conjunto cómo celebraremos las fiestas, nos puede ofrecer un grado de intimidad y acercamiento desconocido hasta entonces.

Todo lo que el dinero y el consumo tapa, la falta de dinero deja al descubierto. Es verdad que pueden aparecer miserias y egoísmos pasados, pero también podemos poner sobre la mesa las buenas intenciones para mejorar los vínculos. En estos casos, los niños serán los principales beneficiados. Porque no es verdad que los niños esperan juguetes. Los niños esperan ser amados. Si eso sucede, pueden comprender que esta vez no habrá regalos o que serán pocos, si en compensación recibirán propuestas afectivas diferentes.

Cuando nosotros fuimos niños, había menos consumo y menos disponibilidad de dinero que en la actualidad; y aún así recordamos momentos colmados de magia. Si pudiéramos relatar a los niños cómo vivíamos las fiestas, podremos lograr que los encuentros entre los seres queridos valgan la pena.

Por eso, en lugar de lamentarnos por todo lo que no podemos comprar en este momento, o bien si sentimos el hartazgo por tanto ruido y estrés; aprovechemos la oportunidad. Conversemos con los niños y escuchemos cómo imaginan ellos pasar las fiestas sin gastar dinero. Nos sorprenderemos de la creatividad y buena voluntad que los niños tienen para derrochar.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Amar nuestra luna

En la vida se nos van presentando distintas puertas. A medida que elegimos cuales franqueamos, encontramos otras puertas, que nos conducen a nuevas transformaciones.
El nacimiento de Joaquín fue la puerta que me llevó a transitar los diferentes caminos, que me traen a ésta que soy hoy, muy distinta a l que alguna vez fui: me llevo a tomar decisiones inimaginables en otros momentos de mi vida, como amamantar, parir en casa, colechar o enviar a mis hijos a un colegio waldorf.
Entre esas puertas que fui franqueando, una muy importante ha sido reencontrarme, revincularme, amigarme y aprender a amar mi ciclo vital femenino.
Yo era de esas mujeres que odiaba la menstruación. No porque me sintiera especialmente mal, ni porque fuera muy abundante, de hecho formo parte de las "afortunadas regulares, sin molestias y de periodo de 3 días". Sin embargo, me molestaba menstruar, y durante mucho tiempo pensé que el día que existiera una pildora que me permitiera no menstruar, sería de las primeras en usarla.
Pero de a poco una cosa fue llevando a la otra, y el conectarme con mi cuerpo a través de los embarazos, partos y lactancias me llevó a conectarme también con lo intimo y profundo de mi ovulación (que hoy reconozco sin necesidad de termometros) y de mi menstruación. A tal punto me siento conectada con mi cuerpo y mis ciclos, que con Maite "sentí" que había sido concebida muchos días antes de tener la primer falta.
Ayer, charlando con unas amigas a las que les recomendaba el uso de la Mooncup, se me dió por buscar este video que les comparto, y que estuve viendo de a ratos desde ayer, y me ha encantado.
Ahora tengo pendiente conseguir el libro La Tienda Roja, que hace rato tengo ganas de leerlo.
Los dejo con el video de La Luna en Ti, espero que lo disfruten!!

domingo, 11 de noviembre de 2012

Newsletter LG Noviembre 2012


La propia infancia 
Alguna vez tendremos que reconocer la infancia real que hemos experimentado. Especialmente la distancia que hay entre aquello que nos aconteció y aquello que creemos recordar. El nivel de desamparo, soledad, desarraigo, violencia, abuso, mentiras, engaños, castigos o incomprensión al que hemos estado sometidos, va a marcar a fuego el modo en que hemos logrado sobrevivir en términos emocionales. Si no tenemos un panorama claro sobre las experiencias de nuestra niñez, difícilmente podamos comprender aquello que nos acontece hoy en día. Es indispensable que recordemos exactamente qué es lo que nuestra madre esperaba de nosotros. Qué hemos hecho con tal de ser amados. Hasta qué punto hemos entregado nuestros tesoros para satisfacción de los mayores. Precisamos registrar sensaciones sutiles, anhelos, fantasías, miedos o sueños inalcanzables para abordar una parte de ese niño que fuimos y del que hoy casi no quedan huellas. ¿Qué pasa si no tenemos ningún recuerdo? Es frecuente. El olvido es un recurso fabuloso de la consciencia. Si cuando fuimos niños, hemos vivido situaciones demasiado dolorosas (abandono por parte de nuestra madre, desprecio, falta de amor, exigencias desmedidas, soledad o lo que sea) la conciencia “olvidará” esas escenas. Una vez borradas, podremos seguir viviendo. Sin embargo, las experiencias no desaparecen, sino que se alojan en un lugar invisible, que Freud llamó el “inconsciente” y que luego Jung llamó la “sombra”. Ese “lugar invisible” podemos imaginarlo como el “detrás del telón” del escenario de un teatro. Desde ese sitio escondido, hacen estragos. Por eso es importante –cuando estamos atravesando alguna crisis vital- tratar de recuperar “esos” recuerdos que traen información muy valiosa sobre lo que nos sucedió. Y reflexionar también sobre qué es lo que hicimos a partir de eso que nos sucedió. ¿Es importante recordar esas cosas? Sí, claro. Tan importante como caminar por las calles sin tener los ojos vendados. Andar ciegos respecto a todo aquello que nos ha acontecido nos deja inválidos. Por lo tanto, expuestos a todo tipo de accidentes emocionales. ¿Sirve evocar la propia infancia cuando tenemos hijos? Más que nunca. Porque no podremos comprender, percibir ni compadecer a un hijo; si antes no hemos retomado el contacto íntimo con el niño que hemos sido.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Noche de brujas... y brujitos...


Ufff!! Había escrito un montón hace unas horas, y por algún problema de Blogger no se publicó ni guardó... Será algún fantasma gastandonos una broma?? ;-)
En Argentina, históricamente, jamás se celebró Halloween... sin embargo, con todo este tema de la "globalización", las pelis y los dibujitos que muestran esta fiesta, que desde mi punto de vista es super pintoresca, ya nos encontramos "importandola" desde el país del Norte (importaremos también Acción de Gracias?).
Halloween era, originariamente, una fiesta pagana. Hoy me puse a investigar un poco sobre sus orígenes (más abajo pongo algo de info) y me pareció super interesante como fue derivando de la fiesta de Samhain a esta "noche de brujas".
En definitiva, mis niños han venido incorporando esta fiesta foránea de a poquito. Primero fue cuando un grupo de niños nos tocó el timbre, hace unos 4 años... de allí pasamos a pedirme que les hiciera unas calabazas hace dos o tres años atrás, el año pasado lo festejamos "internamente" (les regalé caramelos yo), y este año, a raíz de la invitación de unos amiguitos en cuyo barrio se festeja bastante, terminamos con disfraces y golpeando puertas al grito de "Dulce o Truco!!".
La verdad que lo pasaron bárbaro, se super divirtieron, y recaudaron unos cuantos caramelos y chupetines.
Personalmente, no me molesta importar fiestas extranjeras. En definitiva, todas y cada una de las fiestas que celebramos en Argentina (las que realmente se celebran) son extranjeras: Pascua, Navidad, Año Nuevo, Carnaval... Y también me divierte celebrar el día de la Pacha Mama!! Son dos cosas distintas, y no necesariamente tienen que ser opuestas, más bien, depende de nosotros, y nuestro espiritu festivo, que puedan ser complementarias.
Creo que de cada fiesta, podemos aprender algo... yo hoy aprendí de antiguas creencias por algo tan simple como que mis hijos quisieran disfrazarte y tocar algunas puertas...
Así que les deseo a todos, una Felíz Noche de Brujas!! Que pasen una bonita noche!! ;-)




Una antiquísima tradición celta
halloween
Por fuerza de la mundialización, tradiciones heredadas de esta antiquísima fiesta de origen celta se están extendiendo tan rápidamente en los países hispanohablantes que vale la pena echar una ojeada a su origen, por más que halloween no haya sido originariamente una palabra de nuestra lengua.

En la Antigüedad, en Bretaña, Escocia e Irlanda, se festejaba la fiesta de
Samhain el 31 de octubre, último día del año en los antiguos calendarios celtas y anglosajones. En esas ocasiones, se encendían grandes hogueras en lo alto de las colinas para ahuyentar a los malos espíritus, y se creía que las almas de los muertos visitaban sus antiguas casas, acompañadas de brujas y de espíritus. En algunas regiones de Galicia, se mantiene hasta hoy la antigua costumbre celta de hacer caras en calabazas huecas iluminadas con velas por dentro, cada noche de 31 de octubre.

Con la llegada del cristianismo, se estableció el primero de noviembre como Día de Todos los Santos, y el 31 de octubre pasó a llamarse en inglés All Saints' eve (víspera del Día de Todos los Santos) o también all Hallows' eve y, más recientemente, Hallows' eve, de donde derivó halloween. Hallow es palabra del inglés antiguo, significa 'santo' o 'sagrado' y, como el moderno vocablo holy, proviene del germánico khailag.

Muchas de las tradiciones de halloween se convirtieron en juegos infantiles que los inmigrantes irlandeses llevaron en el siglo XIX a los Estados Unidos y, desde allí, se han extendido en las últimas décadas por el mundo hispánico.

 (este texto me fue enviado por correo electronico a través de "La Palabra del Día").



Jack-o´-lantern
Existe un viejo relato popular irlandés que habla de Jack , un perezoso pero astuto granjero que usó una cruz para atrapar al Diablo. Una de las versiones cuenta que Jack engañó al Diablo haciéndole subir a un manzano, y luego puso rápidamente cruces alrededor o talló una cruz en el tronco, para que el Diablo no pudiera bajar.
Otra versión del mito dice que Jack estaba siendo perseguido por algunos aldeanos a quienes había robado cuando se encontró con el Diablo, quien le dijo que había llegado el momento de su muerte. Sin embargo, el ladrón retrasó su suerte tentando al Diablo a castigar a los aldeanos que lo perseguían alegando que eran fieles a Dios. Jack le dijo al Diablo (quien podía adoptar cualquier forma) que se convirtiera en una moneda con la cual pagaría por los bienes robados; luego, cuando la moneda/Diablo desapareciera misteriosamente, los aldeanos pelearían entre sí para averiguar quién se la ha robado. El Diablo accedió a la propuesta: se convirtió en una moneda de plata y saltó al saco que Jack llevaba, solo para encontrarse junto a una cruz que el ladrón había también robado en la aldea. Jack cerró bien el bolso y la cruz privó al Diablo de sus poderes; y así lo atrapó. En ambos mitos, Jack solo deja ir al Diablo cuando éste accede a jamás llevarse su alma. Luego de un tiempo Jack muere, como cualquier otro ser viviente. Por supuesto, su vida había sido demasiado pecaminosa como para poder entrar al Cielo; no obstante, el Diablo había prometido no llevarse su alma, y así quedó también fuera del infierno. Ahora Jack no tenía adonde ir. Se preguntó cómo podría ver a donde iba, ya que no tenía luz alguna, y el Diablo le arrojó, a modo de burla, una brasa que nunca dejaría de arder con el fuego del infierno. Jack ahuecó uno de sus nabos (su comida favorita), puso la brasa en su interior y comenzó a vagar eternamente y sin rumbo por todo el mundo para encontrar un lugar donde finalmente descansar. Entonces pasó a ser conocido como Jack of the Lantern (“Jack la linterna”), o Jack-o’-Lantern. La linterna de Jack en Irlanda y Escocia era un nabo tallado con la supuesta cara tenebrosa de Jack, que solían colocar en las ventanas para ahuyentar al diablo y a todo espíritu maligno de sus hogares.2
La leyenda tiene varias versiones:
  • Algunas incluyen un “hombre sabio y bueno”, o incluso a Dios mismo ayudando a Jack a prevalecer sobre el Diablo.
  • Hay varias versiones del acuerdo entre Jack y el Diablo. Algunas dicen que el trato era solo temporal pero el Diablo, avergonzado y vengativo, niega la entrada de Jack al infierno después de que este muera.
  • Jack es considerado un hombre codicioso y es rechazado tanto en el Cielo como en el infierno, mientras que al Diablo no se lo menciona siquiera.
  • En otras versiones, Dios le da a Jack el nabo.
  • Una variante afroamericana sostiene que Jack, llamado Gran Dieciséis, consigue matar al Diablo, siendo posteriormente rechazado en el infierno por la viuda del mismo.
Más allá de lo pintoresco de estas leyendas, el término jack-o’-lantern se refirió originalmente a un vigilante nocturno, u hombre con farol, siendo conocido su uso a partir de mediados del siglo XVIII; y más tarde se aplicó al fenómeno de los fuegos fatuos (will-o’-the-wisp en inglés). En Labrador y Terranova, tanto los nombres “Jacky Lantern” y “Jack the Lantern” se refieren a los fuegos fatuos en vez de a la calabaza tallada. (Wikipedia)

sábado, 20 de octubre de 2012

Newsletter Laura Gutman Octubre 2012


Relacionarnos con los adolescentes
El drama de los adolescentes es que apenas ayer, eran niños relativamente abandonados, exigidos y descuidados. Ahora se encuentran repentinamente con más fuerza física, cierto nivel de autonomía y con deseos opuestos a los nuestros -padres o maestros- registrando la necesidad interna de desafiarnos. Lamentablemente, la consecuencia habitual de ese desafío va a ser la expulsión -en términos emocionales- del territorio de intercambio afectivo. Claro, los adultos no estamos dispuestos a que alguien nos contradiga, mucho menos quien hasta hace poco tiempo dependía de nuestras decisiones. De ese modo actualizamos el abandono histórico, reflejado en el desprecio por las elecciones que el adolescente realiza. Luego -para rematar- aumentamos el control sobre los actos que el adolescente pretende desplegar, suponiendo que es incapaz de tomar decisiones adecuadas. De hecho, raramente el joven o la joven amado/a por el adolescente será aceptado/a en la familia. Sus elecciones –diferentes a las nuestras- difícilmente tendrán nuestro apoyo. Hasta la rebeldía será despreciada y humillada.

Si los adultos comprendiéramos que los adolescentes –es decir quienes están en una compleja transición entre la infancia y la adultez- necesitan auto regularse entre ellos, permitiríamos que se junten más, convivan más entre pares, resuelvan más y mejor sus asuntos y sobre todo, apoyaríamos sus movimientos mientran van calibrando armónicamente la capacidad de valerse por sí mismos. Suponer que la adolescencia es sinónimo de dolor de cabeza para los padres, es una estupidez. Si hubieran sido niños amados, acompañados, observados sin prejuicios ni exigencias; la adolescencia transcurriría con alegría y libertad. Pero si quienes son adolescentes hoy, ayer han sufrido el abandono emocional en cualquiera de sus formas, la confrontación hacia nosotros será feroz. En esos casos sentiremos la rabia acumulada de nuestros hijos, y seremos nosotros quienes les tendremos miedo. Casi tanto como el que ellos han sentido de nuestra parte.

Si verdaderamente queremos reparar aquello que no supimos hacer en el pasado, ahora es el momento justo. Es hora de pedirles disculpas y empezar a amarlos como ellos necesitan, no como nos resulta cómodo a nosotros.

lunes, 15 de octubre de 2012

El límite de la desconexión

Después de más de un mes sin pasar por acá, lamentablemente vuelvo con una entrada por algo feo.
En Chubut una maestra de un jardín de infantes difundió una foto de un bebé de 9 meses, que había sido amordazado con una cinta tipo scotch en una silla, por alguna de sus compañeras. A esta maestra "solo se le ocurrió sacar la foto". Para mí resulta increíble que no haya radicado la denuncia inmediatamente, que no haya llamado a la policía... y aún más incomprensible me resulta al leer que esta maestra narró que estos hechos se daban casi cotidianamente...
Como es posible que alguien pueda hacer algo así?? Como puede ser que la dueña del jardín no supiera nada? Como puede una docente, que se supone que le gustan los niños, atar a un bebe de 9 meses y taparle la boca con cinta?? Estoy atónita, estupefacta... A estas maestras deberían inhabilitarles el contacto con niños para toda la vida. Una mujer que hace algo así no puede estar con criaturas, ni propias ni ajenas.
A qué grado de desconexión con las necesidades primarias de una criatura se puede haber llegado para llegar a este límite? O mejor dicho, para haber traspasado TODOS LOS LÍMITES.
Lo peor es que esto tomó estado publico, pero cuantos casos similares habrá que no nos enteramos!!
Sin ir mas lejos, al publicar esta foto en público, una amiga me contó que a su hija, en el jardín, le metieron la cabeza dentro de un balde con agua para que deje de llorar!! Y que la denuncia que radicó se la archivaron por falta de pruebas!!
Espero que, además de que este jardín quede cerrado para toda la vida, estas "docentes" sean castigadas con todo el peso de la ley.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Carlos Gonzalez en Argentina

El pediatra español Carlos Gonzalez, autor de los libros "Besame Mucho, como criar a tus hijos con amor", "Mi hijo no me come" y "Lactancia, un regalo para toda la vida" (entre otros) estará en Argentina.
Lamentablemente me quedaré con las ganas de verlo, ya que las entradas son caras para mi presupuesto, y la unica charla gratuita es en medio de mi horario laboral, por lo que me resultará  imposible asistir (además de lo complicado que me resultaría ir a Capital con los tres niños).
Les comparto los lugares y fechas de las charlas:



lunes, 13 de agosto de 2012

Estreno de la película La Educación Prohibida

Hace un tiempo les había adelantado aquí la realización de la película "La Educación Prohibida".
Finalmente el día ha llegado, y la película se estrena hoy en 151 salas alrededor del mundo.
Yo ya no puedo esperar que los chicos se duerman para poder verla tranquila.
Como la película es de libre distribución, acá la dejo en su versión completa.

domingo, 12 de agosto de 2012

FELIZ DIA DEL NIÑO!!


Hoy en Argentina festejamos el día del niño.
Si bien es una fecha comercial, me parece importante tener un día, no tanto para hacer regalos ostentosos, sino simplemente para recordar en nuestros hijos el niño que alguna vez fuimos cada uno de nosotros, y pensar y tratar de cambiar las cosas para los niños que aún hoy sufren maltratos y privaciones.

Para mis hijos, para sus hijos, y para el niño interno de cada uno, FELIZ DIA!!
Emma y Maite recibiendo sus regalos esta mañana.

Que sean niños los niños.
Que sean niños, y no clientes de las compañías de celulares, o vendedores de rosas en los bares, o estrellas descartables de la televisión.

Niños, no limpiavidrios en los semáforos, o botín de padres enfrentados o repartidores de estampitas en los subtes.

Que no sean niños soldados, los niños. Que sean niños los niños, simplemente. Que no sean foto de un portal pornográfico. Que no sean los habitantes de un reformatorio.

Que no sean costureros en talleres ilegales de ningún lugar del mundo.

Que sean niños los niños, y no un target.

Que no sean los que pagan las culpas. Los que reciben los golpes. Los bombardeados por publicidad. Que sean niños los niños. Todo lo aniñados que quieran. Todo lo infantiles que quieran. Todo lo ingenuos que quieran. Que hagan libremente sus niñerías.

Que se dediquen a ser niños y no a otra cosa.

Que no sean los que no juegan, los acosados por las preocupaciones, los tapados de actividades.

Que sean niños los niños y se los deje preguntar sin levantar la mano, formar filas torcidas, llevar alguna vez la Bandera no por ser mejor alumno, sino por ser buen compañero.

Que sean niños los niños y no los incentivados con desmesura a consumir todo lo que saca el mercado.

Que sean niños, y no los que aspiran pegamento en una esquina o fuman paco en la otra, tan de nadie, tan desprotegidos.

Niños, no nombres que tienen que rogar por recibir el apellido paterno o la cuota de alimentos.

Que sean niños los niños.

Y que los niños sean lo intocable, que sea la gran coincidencia en cualquier discusión ideológica; que por ellos se desvelen los economistas de todas las corrientes, los dirigentes de todos los partidos, los periodistas de todos los medios, los vecinos de todas las cuadras, los asistentes sociales de todas las municipalidades, los maestros de todas las escuelas.

Que sean niños los niños, y no el juguete de los abusadores.

Que sean niños, no "el repetidor" o "el conflictivo" o "el que nunca trae los deberes".

Niños, y no los que empujan el carro con cartones.

Que sean niños los niños, simplemente.

Que ejerzan en paz el oficio de recién llegados.

Que se los llame a trabajar con la imaginación o con lápices de colores.

Que se los deje ser niños, todo lo niños que quieran.

Y que los niños sean lo importante, que por ellos lleguen a un acuerdo los que nunca se ponen de acuerdo; que por ellos se dirijan la palabra los que no se hablan, que por ellos hagan algo los que nunca hicieron nada.

Que sean niños los niños y que no dejen de joder con la pelota.

Que sean niños en su día. Que lo sean todos los días del año. Que sean felices los niños, por ser niños. Inocentes de todo lo heredado.

Por Mex Urtizberea

jueves, 9 de agosto de 2012

Newsletter LG Agosto 2012


El amor al prójimo

¿Hay algo para cambiar en el territorio público? ¿Vale la pena accionar en el ámbito de la política? Posiblemente sí, siempre y cuando incluyamos los cambios personales y recuperemos la capacidad de amar al prójimo. El “prójimo” es alguien muy cercano. Es nuestra mascota. Es nuestro hermano. Es nuestro compañero de oficina. Es nuestro hijo. Es nuestra ex suegra. Pero ¿hay que llevarse bien con todo el mundo? No, sería estúpido pretenderlo. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es comprendernos y compadecernos del niño que hemos sido. Entonces podremos comprender y compadecer incluso a quienes nos hacen daño, a quienes hoy no nos cuidan, a quienes nos maltratan en la actualidad sin darse cuenta.

Si no asumimos individualmente la responsabilidad de comprendernos y comprender al prójimo, no habrá cambio posible. No hay movimiento político ni régimen gubernamental que haya demostrado jamás, que la solidaridad pueda instalarse de manera sistemática entre los seres humanos a nivel colectivo. No hay cambio político posible si creemos que se trata de pelear contra nuestros contrincantes. Eso no tiene nada que ver con un posible orden amoroso a favor de las comunidades. Las peleas y las “luchas” políticas no le sirven a nadie, salvo a quien necesite alimentarse de alguna batalla puntual o a quienes anhelan detentar más poder para salvarse.

Entiendo que a todos nos interesa aportar un granito de arena a favor de un mundo más amable y ecológico, más solidario e igualitario, más interesado en elevarnos espiritualmente, intelectualmente y creativamente. Para ello, tenemos que comprender que las luchas personales sólo fueron recursos de supervivencia en el pasado, pero que hoy no tienen razón de ser si las comprendemos dentro del contexto de nuestras experiencias de desamparo.

Estoy convencida que las revoluciones históricas se gestan y se amasan adentro de cada relación amorosa. Entre un hombre y una mujer. Entre un adulto y un niño. Entre dos hombres o entre cinco mujeres. En ruedas de amigos. En el seno de familias solidarias. Si no conocemos ninguna, es hora de ponernos esa responsabilidad al hombro. Esta es la ocasión perfecta para detectar los mecanismos de supervivencia que han sido imprescindibles cuando fuimos niños, pero que ahora se han convertido en un refugio caduco. Es momento de utilizar las herramientas con las que sí contamos, comprendiendo y agradeciendo aquello que hemos sabido hacer en el pasado. Ya está. Es tiempo de madurar. Hoy tenemos la obligación de ofrecer nuestras habilidades, nuestra inteligencia emocional y nuestra generosidad al mundo, que tanta falta le hace.

Laura Gutman.

Extracto del libro “Amor o dominación: los estragos del Patriarcado” de próxima aparición.

Si usted quiere leer y reenviar el artículo en inglés, haga clic aquí

miércoles, 8 de agosto de 2012

Nueva ley de Obstétricas: el parto en casa, "moda de elite, de ricos y famosos"


Hace ya unos días que quería comentar esta nota de Pagina 12, aprovecho en este momento que ambas niñas duermen y tengo un respiro (con 3 no es tan fácil ya encontrarle tiempo al blog, sepan disculpar!)
Como les compartiera aquí, hace un tiempo ya que se estaba estudiando en la Comisión de Salud una nueva ley de obstétricas o parteras, como se las llama más comúnmente.
Esta nueva ley contempla un marco mucho más amplio del accionar de la profesional obstétrica, accionar que, aunque se encontraba desde siempre preparada para llevar a cabo, no realizaban ya que quedaban siempre a la sombra del médico obstetra.
Así, a partir de la nueva ley, las parteras podrá controlar todas las etapas del embarazo sano, colocar DIU, interpretar estudios, prescribir medicación, extender certificados, etc.
Sin embargo, esta ley tiene una trampa: establece que las parteras solo podrán asistir los partos en en entidades debidamente habilitadas, coartando de esta manera el derecho de las mujeres a parir en sus casas o en la casa de sus parteras, si así lo desean.
Para completar lo desafortunado de la ley, la misma diputada Chieno, al defender su proyecto, tuvo varias frases igualmente desafortunadas en esta nota periodística, reduciendo la lucha por el derecho a elegir dónde y con quién parir a una cuestión económica, de cobertura de las obras sociales, considerando que las parteras no están capacitadas para atender partos a domicilio (demostrando un absoluto desconocimiento de las estadísticas de los partos en casa, que entre otros aspectos tienen las tasas de cesáreas más bajas de todas), y lo peor de todo, diciendo que esto se trata de un "deseo de una elite, a una moda de ricos y famosos".
No soy rica, mucho menos famosa, ni pertenezco a ninguna "elite". Pero parí a mis dos hijas menores en mi casa, acompañada de parteras. Ambos partos fueron excelentes experiencias, que sin duda recomiendo a cualquiera, en especial si las comparo con el parto de Joaqui, que si bien fue parto "normal", fue super intervenido.
El parto de Emma lo pude afrontar porque estuvimos ahorrando desde antes de que yo quedara embarazada, porque teníamos claro que no queríamos repetir la experiencia que habíamos tenido con Joaqui.
El parto de Maite, lo pagamos ahorrando mes a mes durante el embarazo, más los aguinaldos.
En ambos casos fue un sacrificio, pero que lo hicimos gustosos, a sabiendas de que estábamos dándoles a nuestras hijas la mejor venida al mundo que nos era posible.
Por otro lado, de todas las mujeres que la vida me dio la alegría de conocer, que han parido en sus casas, o en las casas de sus parteras, NINGUNA de ellas es millonaria, y solo conozco, como caso de una famosa, el de Carla Conte.
La mayoría de estas mujeres afrontaron el costo del parto ahorrando, pidiendo prestado a familiares y amigos, e inclusive sacando prestamos bancarios.
Al quitar a las parteras la posibilidad de atender partos en casa, lo que se está haciendo es limitando aún más el acceso de las mujeres todas, aún más las de menores recursos, a parir donde y con quien quieran.
Como la misma Diputada Chieno reconoce, las parteras que asistan partos en casa "pueden poner en peligro su título". En estas condiciones, pocas son las parteras que se arriesgaran a perder su profesión, su modo de vida y la forma en que llevan el sustento a sus familias. Por ende, el parto en casa será, ahora sí, cada vez algo más elitista, porque cada vez habrá menos profesionales dispuestos a hacerlo, y menos mujeres podrán pagarlo.
Se arroja a las parteras y a las mujeres que quieran parir en casa a la ilegalidad, a estar al margen de lo permitido, a no tener protección legal alguna. Por desinformación y por capricho.
Y si vamos más a fondo, supongamos que realmente el parto en casa fuera una moda, que fuera elitista o algo de ricos y famosos... acaso ellos son menos personas por el simple hecho de ser famosos o millonarios?? Acaso no tienen tanto derecho a elegir parir en sus casas como lo tienen de elegir parir en tal o cual clínica?? Esta desafortunada frase, para mí, tiene un solo nombre: discriminación. Porque discriminar según la definición de la Real Academia Española, es "Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.". Y negar a alguien el derecho a parir en su casa por la simple razón de que es famoso o puede pagarlo, es lisa y llanamente, discriminar, le pese a quien le pese.
Parir es un hecho fisiológico, no una enfermedad. Cualquier mujer sana puede parir a su hijo, aún sin ayuda (y no es que aconseje parir sin asistencia de ningún tipo, yo no lo haría, pero conozco varios casos en los que el profesional no llegó a tiempo, y la mujer parió igual, no va a estar esperando a que el medico llegue para parir, faltaba más!!). Lo hemos hecho durante milenios, y ese es el motivo de que la raza humana haya llegado hasta aquí. Y podemos seguir haciéndolo, si nos dejan.


martes, 7 de agosto de 2012

Semana Mundial de la Lactancia Materna 2012


El 1 de agosto comenzó la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que termina mañana.
Este año, en Argentina, se está haciendo incapié fundamentalmente en la creación de lactarios, por lo que esta tarde se hace una tetada en el Congreso apoyando su creación.
En ese marco, en Telefe entrevistaron a la Lider de la Liga de la Leche de San Isidro, Cecilia Karplus, y a Camila, que fue mamá por segunda vez recientemente, y que tiene mucha experiencia en dar la teta.
Acá pueden ver la entrevista!
De más está decir que me considero una lactivista.
Amamanté a Joaqui hasta los 3 años y cuatro meses, a Emma hasta los dos años y cuatro meses (con ambos fue un destete pactado, pero que se dió muy relajadamente, y los desteté estando embarazada de más de 20 semanas), y sigo dando la teta a Maite, de un año y 3 meses, y pienso seguir por lo menos hasta los dos años, y luego iremos viendo como nos vamos sintiendo las dos.
Aquí pueden leer sobre mi experiencia de lactancia con Emma y aquí con Joaqui.

miércoles, 18 de julio de 2012

De inviernos, faroles y vacaciones

El frío se vino con todo en Buenos Aires. Y yo, que soy mezcla con osa, siento que debería meterme en la cama e hibernar...
Con los últimos fríos, mis niños tuvieron dos importantes fiestas escolares: la fiesta de los farolitos, de las que ya les hablara aquí, y la fiesta de la luz.
En la fiesta de la luz, que es una fiesta interna en la que los padres no participamos, los niños más pequeños llevan ramas de pino y manzanas. Los días anteriores, estuvieron elaborando con los maestros las velas de cera de abeja. Joaqui, que es más grande, este año en lugar de manzana trajo una vela hecha en la cáscara de una naranja.

Con las ramas de los pinos hacen un espiral. En el centro del espiral, espera una vela encendida. Los niños van haciendo todo el camino entre las ramas, con sus velas apagadas, hasta llegar al centro del espiral, donde encienden la vela, y hacen el camino inverso llevando consigo se luz.
Esta fiesta simboliza la búsqueda de la luz y el calor interior, para poder salir luego con nuestra luz al mundo, y en el cole de mis hijos se celebra el último día antes de las vacaciones.

Así comenzamos las vacaciones de invierno, que debo reconocer que me tienen bastante agotada...
Maite está lo suficientemente grande para no permanecer tanto dormida, ni sentada tranquilamente observando, pero es lo suficientemente pequeña para poder acompañarnos en algunos programas...
Me da vuelta la casa. Mientras hago la comida, saca toda la ropa de los cajones... no se deja vestir ni desvestir... mientras ordeno la ropa que tiro, se sube arriba de la mesa del comedor, y ahora también intenta subirse al respaldo de las sillas y hasta a la cocina, usando las asas del horno como escalera!!
La pelea a Emma, ambas me celan continuamente, y la mayor parte del tiempo resulta absolutamente AGOTADOR. Eso también me ha mantenido alejada del blog, porque escribir una entrada como esta, me puede llevar toda una tarde, entre idas y venidas...
En fin, vamos llevándolo como podemos. Además de que, como me observara hace poco una amiga, este comportamiento de "enfant terrible" también es la forma que tienen de hacer su duelo por la muerte de la abuela (en el caso de Maite, de exteriorizar todo ese malestar general que percibe en la casa y en los hermanos).
Me queda pendiente contarles del primer ratón Perez que pasó por casa, pero eso será para la proxima!!

lunes, 2 de julio de 2012

Newsletter LG Julio 2012

El congelamiento del cuerpo de las mujeres

Para comprender la lógica de nuestra sociedad basada en la dominación, observemos que el problema no está en el niño que no encuentra el cuerpo de su madre al nacer, sino en esa madre que no siente –espontáneamente- apego hacia su hijo. Ese es, desde mi punto de vista, el verdadero drama de la civilización. Las mujeres –al igual que los varones- provenimos de historias de desamparo, falta de cuerpo, mirada, disponibilidad afectiva, ternura, leche o abrazos. Entonces hemos aprendido tempranamente a congelar las emociones, el cuerpo, los deseos y las intuiciones. La distancia que hemos instaurado para que el dolor no duela tanto, luego nos ha convertido en las mujeres que somos hoy: desapegadas y secas. Ese frío interno, es lo que nos imposibilita sentir compasión y apego por el niño. Todo niño humano nace de un vientre materno y anhela permanecer en un territorio similar. Esto es intrínseco a todas las especies de mamíferos. El verdadero problema es que las madres humanas hemosanestesiado nuestro instinto de apego, con el objetivo de no seguir sufriendo por esa distancia vivida cuando nosotras mismas hemos sido niñas. Es una rueda que gira en torno a lo mismo: vacío, distancia con la propia madre, congelamiento del cuerpo y de las emociones, anestesia vincular, luego imposibilidad o corte frente al instinto de apego sobre la nueva cría.

Si las mujeres sintiéramos la poderosa necesidad de no separarnos de nuestra cría, nadie podría imponernos ese alejamiento. Somos las mujeres quienes –rechazantes de una cría que no sentimos propia- permitimos, estimulamos y facilitamos que la criatura sea alejada y tocada por personas extrañas. Claro que para comprender esa falta de apego, tenemos que remontarnos hacia atrás. Hacia nuestras madres y hacia las madres de nuestras madres y así, por generaciones y generaciones de separaciones tempranas y anti humanas.

Hay dos hechos que merecen un pensamiento ordenado, para comprender el alcance del desastre ecológico respecto a la falta de apego de la madre hacia su cría. Por un lado, la masificación del maltrato en los partos. Por el otro, la represión sexual -especialmente sobre las mujeres- durante siglos de oscurantismo y misoginia. Ambas imposiciones son las herramientas perfectas del Patriarcado para lograr que desaparezca todo vestigio de intuición y de apego de la madre respecto a su cría, para convertir a cada madre en una procreadora de futuros guerreros: niños y luego jóvenes iracundos, desesperados por falta de amor, con rabia y con toda la potencia puesta al servicio de la revancha. O bien, niños desvitalizados, perdidos en la tecnología, deprimidos y sin entusiasmo ni voluntad.

Laura Gutman.

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Adiós a la abuela Lala

De CRIANDO CON AMOR


Hace dos meses la abuela Lala (mamá de H. y única abuela de mis hijos, ya que mi mamá falleció cuando yo era chica) fue hospitalizada por un fuerte cólico.
Luego de varios estudios y de un mes internada en una clínica de PAMI, con un servicio nefasto, el diagnostico no fue nada bueno, y el pronostico aun menos alentador.
Sin embargo, con la fortaleza, la garra y el empuje que siempre la caracterizó, la abuela Lala la luchó durante un mes más...
Finalmente, la enfermedad ganó esta batalla, y el pasado jueves le dijimos "hasta luego". Hasta que nos volvamos a encontrar en otro lugar, en otra dimensión, en algún Cielo.
Han sido días duros. Días tristes. Días de duelo.
El clima en Buenos Aires ha acompañado nuestro estado de animo, y ese jueves la despidió llorando.
Es fácil hablar de la dicha de los nacimientos. Pero la contracara del comienzo de una vida, es el final de otra, a tal punto que en algunas culturas la diosa de la vida es también la diosa de la muerte.
Y hay que saber atravesar la muerte como lo que es: parte de la vida misma. Si aceptamos la llegada de la vida en nuestros hogares, debemos también comprender, aceptar y recibir la llegada del final.
Y así, como parte de la vida, esto también se transformó en aprendizaje.
Tuvimos que aprender a dejar ir a un ser querido, aprender a aceptar que hay cosas en la vida que no podemos cambiar, y sobre todo, tuvimos que enfrentar a nuestros hijos por primera vez con el concepto de muerte.
No fue fácil. No solo porque nunca es fácil explicarle a un niño todo el misterio que rodea a la muerte, sino porque además no se trataba de cualquier muerte, sino de una muy cercana a todos nuestros corazones.
Joaqui se permitió llorar cuando se lo dijimos. Desde entonces, tiene momentos de una profunda tristeza. Pero de a poco va elaborando todo lo que ha sucedido, y ha podido hablarlo, expresarlo verbal y físicamente. Emma no lo ha expresado en palabras, pero ha tenido unos días un tanto difíciles, comprensibles dentro del clima que se estaba viviendo en casa.
A nosotros nos ha unido como pareja, y también como familia. Nos ha dado la oportunidad de valorar nuevamente, y con objetividad, la importancia relativa de ciertas cosas, y la gran importancia de aquellas que todos los días damos por sentadas: la vida, la salud, la alegría...
Mis hijos perdieron una abuela super presente. Mi marido perdió a una madre alegre y luchadora. Yo perdí a una mujer excepcional, una suegra compinche y "gamba".
Pero Lala vivirá siempre en nuestros corazones, cuando suene un tango, cuando Joaqui coma arroz con albondigas...
Luego de haber hecho tanto por todos nosotros, y hasta que volvamos a encontrarnos, Lala, descansa en paz.


martes, 8 de mayo de 2012

Newsletter LG Mayo


El discurso del “yo engañado”

Al construir nuestra biografía humana, aparece una dificultad común: hablamos desde nuestro lugar de identidad, que tiene elaborado un discurso engañado, liderado por nuestro “yo consciente” o personaje. Ese es un obstáculo, ya que el “personaje” es ciego, se da la razón a sí mismo. El “yo engañado” no toma en cuenta ninguna otra perspectiva, por eso, entre todos los “yoes”, es el que menos comprende cómo son las cosas objetivamente. El “yo engañado” tiene miedo de asomarse al otro lado, porque sabe que tendrá que quitarse las máscaras que lo mantienen calentito en su refugio de cristal. Básicamente, en el armado de una biografía humana –con el que pretendemos buscar material sombrío- aquello que decimos, es decir, lo que el “yo engañado” proclama, no interesa. Es información que el terapeuta estará obligado a descartar.


De hecho, la función del terapeuta es mostrar los beneficios y también las desventajas de cada personaje, porque el costo es algo que sentimos pero que no podemos detectar con claridad. Otro objetivo interesante es que nos ayude a traer la voz del otro, sea quien sea ese otro: nuestro hijo, partenaire, vecino, compañero de trabajo o ex suegra; y agregar ese punto de vista. Una vez que todos tienen voz y voto en el armado de nuestro escenario y observando el panorama completo en el que estamos involucrados, preguntaremos: “¿Y ahora qué hago?”. La respuesta honesta de nuestro guía será: “no lo sé”.


Lo que sí puede hacer el terapeuta es ayudarnos a trazar algún camino que sea integrador de la sombra. Para eso, es preciso entender nuestro personaje (que en verdad es nuestro mejor refugio), comprender la necesidad de permanecer allí escondidos, los peligros que nos puede acarrear el salir de nuestra cueva, los desafíos que tenemos por delante y los puntos de vista de nuestros hijos, de nuestro cónyuge, de nuestros empleados o de nuestros enemigos (si los tenemos). Sólo entonces podremos decidir si moveremos alguna pieza o no, a favor de todos. Esa es una decisión personal y no le compete al terapeuta. En todo caso, si decidimos arriesgarnos y cambiar, el terapeuta podrá acompañar esos movimientos.


¿Es así de fácil? ¿Se construye la biografía humana y luego ya somos capaces de hacer movimientos que nos traigan mayor felicidad? No. Pero -desde mi punto de vista- no podemos pretender encontrar soluciones a nuestros problemas sin saber primero, cuál es el personaje que actuamos, sin tener claro el discurso de nuestro “yo engañado”, sin comprender por boca de quién hablamos, ni el nivel de miedo frente al abismo de abandonar el refugio que nos da identidad.


La metodología para la construcción de la biografía humana con la intención permanente de revisar los discursos engañados, requiere entrenamiento, arte, empatía y experiencia. Es un trabajo ingrato. Porque generalmente los terapeutas nos encontramos con realidades mucho más hostiles, violentas, inhumanas y feroces de lo que imaginaban los consultantes antes de iniciar este proceso. Estamos en condiciones de asegurar a quienes deseen emprender este camino, que buscar sombra siempre es doloroso. Pero permanecer ciegos duele mucho más.



Laura Gutman.

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martes, 24 de abril de 2012

Un año


Ayer Maite cumplió un año.

Un año de ser mamá de tres.

Un año de mi segundo parto en casa.

Un año de mi primer parto en el agua.

Un año de un parto doloroso y gozoso a la vez, con casi 48 de preparto, y mucho cansancio.

Un año más de lactancia (ya van 7 casi ininterrumpidos, si contamos desde Joaqui).

Un año más de crianza en brazos y apego.

Un año de colecho ininterrumpido.

Un año viendo crecer a mi chiquitina, preguntandome muchos veces si acá habremos cerrado nuestro circulo familiar, o si el destino nos deparará alguna sorpresa...

Gracias mi chinita por este año maravilloso juntas.

Te amo!!

domingo, 1 de abril de 2012

Newsletter Laura Gutman Abril 2012


Abuso Materno: El niño como fruto codiciado
Si no hemos sido suficientemente amados ni nutridos por nuestra madre…creceremos con la esperanza permanente de que alguien nos alimente. A medida que vamos encarando relaciones personales durante la juventud o adultez, funcionarán siempre y cuando el otro satisfaga nuestras necesidades infantiles no satisfechas en el pasado, valga la redundancia. Por ejemplo, me enamoré de Fulano porque me daba seguridad. Me gustó Mengana porque yo era lo más importante en su vida. Esta ilusión, basada en que el otro se va a convertir en una Madre Dadora, suele ser el pulso básico en la mayoría de las relaciones afectivas. ¿Por qué? Porque todos nosotros provenimos de lamentables infancias de carencias diversas. La cosa se complica cuando nace un niño. Si a ese niño le ha tocado una madre como cualquiera de nosotras, es decir, alguien que necesita alimentarse de amor y que padece hambre emocional, ese niño será el bocado perfecto. La criatura aparece cuando las demás personas (pareja, amigos/as, familiares) ya no están dispuestos a seguir respondiendo a nuestras demandas insaciables. Se van. Trabajan. Hacen su vida. ¿De quien podemos nutrirnos entonces? De nuestro/a hijo/a, claro. El niño no puede escapar. ¿a dónde va a ir?. Si las madres precisamos que nuestro hijo nos mire, nos admire, nos dé la razón, nos cuide, nos proteja, nos justifique, nos comprenda y nos haga sentir orgullosas…la criatura, por supuesto, lo hará. Ya que no hay nada más importante en la vida de un niño pequeño, que su madre.

Este es el mayor drama, a mi juicio. El niño -que debería llegar al mundo para ser protegido y amparado por nosotras, sus madres- apenas sea capaz, se verá obligado a proteger nuestros aspectos más infantiles. ¿Cómo lo sabemos? Evoquemos nuestras infancias. Es muy probable que recordemos con lujo de detalles los anhelos de mamá, las preocupaciones de mamá, las quejas de mamá, los sueños inalcanzables de mamá. ¿qué recordamos de nosotros mismos? Casi nada. O aquello que mamá ha dicho respecto a nuestras conductas. Si mamá sufría, si mamá no tenía plata, si papá le pegaba, si a mamá la engañaban, si a mamá la habían criado las monjas, si la abuela paterna era una bruja, si papá no la dejaba trabajar; o bien, si mamá tenía que trabajar mucho, si nunca tenía tiempo para nosotros, si se sacrificaba, si viajaba, si su vida era muy dura, si había tenido un aborto, si sufría depresiones, si estaba enferma….quedaba establecido que nosotros teníamos que apoyarla. ¿Cuál era el problema? Que hemos crecido en un ámbito en el cual no pudimos desplegar nuestros propios deseos, porque los de mamá inundaron todo el espacio disponible.

Este panorama, suele ser similar tanto si se trata de hijos varones como de hijas mujeres. Estamos hablando de abuso emocional materno. El abuso materno suele ser invisible y confuso. Es preciso reconocer si hemos sido succionados por nuestra madre, para comprender los niveles de desvitalización, sometimiento, falta de vocación o distancia respecto a nuestras potencialidades. Y para registrar la dimensión de nuestro hambre emocional y saber si estamos devorando a un otro.

Laura Gutman.

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jueves, 29 de marzo de 2012

Y los niños crecen...


Hace rato que tengo pendiente sentarme a escribir, pero con 3 niños y trabajando fuera de casa, cada vez es más difícil encontrar el momento!!
Mai está enorme. Ya está por cumplir un año. Come casi de todo, toma sola del vaso con piquito y con ayuda del vaso común, camina desde los 10 meses y medio (salió precoz, la niña), se hace entender perfecto a su manera, señalado y diciendo algunas palabras como "mamá, papá, atá (acá está), aita (agüita)" y dando grititos que son super expresivos.
Emma empezó jardín en el cole waldorf al que ya iba Joaqui. Por suerte se adaptó bárbaro. Tenía muchas ganas de empezar, y ya hizo amigos. Solamente lloriquea un poco si alguna noche se acuesta tarde por cualquier motivo, y al día siguiente está cansada y no quiere ir al cole. Por lo demás, le encanta, y estos ultimos días noté que dramatiza en el juego mucho de lo que hace en el cole, cantando, imitando a las maestras, etc.
Joaquí empezó segundo grado... aún no caigo lo grande que está!! Ya tuvimos la primer reunión de padres con el maestro, y de eso es de lo que quería hablar hace días.
En la reunión el maestro nos contó, entre otras cosas, los contenidos que están dando y los que irán dando en el transcurso del año, y como los encara la pedagogía waldorf.
Nos contó, por ejemplo, que a diferencia de la escuela tradicional, en que primero se enseña a sumar, luego a restar, luego a multiplicar y por ultimo a dividir, ellos están dando las cuatro operaciones simultáneamente, y de una forma diferente.
Nos explicaba que al enseñar a un niño, con el método tradicional, cuanto es 2+2, por ejemplo, lo que queda grabado en el alma de niño es una idea de "acumular" más y más y más... En cambio, si uno en lugar de dar una operación y que el niño tenga que encontrar el resultado equivalente, se les da un resultado y se deja que el niño piense como llegar a ese resultado, además de tener más opciones y operaciones con las cuales resolver, se hace al niño partir de un concepto de aceptación: esto es lo que tengo, veamos todo lo que puedo hacer partiendo desde esto que la vida me dio.
Me estremeció esta forma de ver algo tan simple como las operaciones matemáticas. No solo por todo lo que subyace en la pedagogía tradicional, y que tiene que ver con la sociedad capitalista y de consumo en la que estamos inmersos, y como todas estas cosas, sin que nos demos cuenta, influencian en nuestra vida adulta, sino también por cómo de una forma tan simple se puede lograr inspirar en el alma del niño el agradecimiento por los dones que cada uno tiene, y aprender a hacer lo mejor con ellos, sin necesidad de necesitar siempre más...
Pronto tendré también la reunión por Emma, ya les contaré como nos fue!!

sábado, 17 de marzo de 2012

Restaurar el paradigma original

Les comparto el video (dividido en 4 partes) del documental "Restaurando el paradigma original del nacimiento". Espero lo disfruten!!







lunes, 5 de marzo de 2012

Cuidado con lo que dices – Diane Wiessinger

Publicado en el Journal of Human Lactation, Vol. 12, No. 1, 1996

La consultora de lactancia dice: “Tiene la mejor oportunidad de brindarle a su bebé el mejor comienzo en la vida, a través del vínculo especial que da el amamantamiento. Las ventajas maravillosas para usted y su bebé son para toda la vida.” Y la madre da biberón. ¿Por qué?

En parte se debe a que ese argumento de venta podría bien venir de un folleto de leche artificial para bebés. Cuando nuestro lenguaje es intercambiable con el lenguaje de la industria de leche artificial, uno de nosotros se equivoca... y probablemente no sean las multinacionales. He aquí parte del lenguaje que, en mi opnión, subvierte nuestras buenas intenciones cada vez que lo usamos.

Lo mejor possible, ideal, óptimo, perfecto. ¿usted es el/la mejor padre/madre posible? ¿Es su vida familiar ideal? ¿Prepara comidas óptimas? Por supuesto que no. Esos son objectivos admirables, no estándares mínimos. Expresémoslo de otra manera. ¿Es su manera de ser padre/madre inadecuada? ¿Es su vida familiar anormal? ¿Las comidas que prepara son deficientes? Eso duele. Puede ser que usted no espere estar por encima de lo normal, pero ciertamente no quiere estar por debajo.

Cuando nosotros (y los fabricantes de leche artificial) decimos que el amamantamiento es la mejor manera posible de alimentar a los bebés porque provee el alimento ideal, perfectamente balanceado para la nutrición óptima del lactante, la respuesta lógica es “¿Y qué?” Nuestra propia experiencia nos dice que lo óptimo no es necesario, y en esta forma de expresarse está implicito que la alimentación artificial es totalmente normal – y por lo tanto la segura y adecuada. La verdad es que el amamantamieno no es nada más que normal. La alimentación artificial, que no es igual ni superior, es por lo tanto deficiente, incompleta e inferior. Esas son palabras difíciles de decir, pero tienen un lugar en nuestro vocabulario.

Ventajas. Cuando hablamos de las ventajas del amamantamiento – “menores índices” de cáncer, “riesgo reducido” de alergias, vínculo “más fuerte”, sistema inmunológico “fortalecido” – reforzamos el concepto de la alimentación con biberón como la norma aceptada y aceptable.

Las comparaciones en el terreno de la salud usan una norma biológica y no cultural para evaluar si una desviación es dañina o positiva. Los fumadores muestran mayores índices de enfermedad; el consumo de ácido fólico durante el embarazo puede disminuir el riesgo de defectos congénitos. Dado que el amamantamiento es la norma biológica, los bebés amamantados no son “más saludables”; los bebés alimentados artifiialmente se enferman más seguido y más seriamente. Los bebés amamantados no tienen “mejor olor”; la alimentación artificial resulta en un olor anormal y desagradable que refleja problemas en el intestino del bebé. No podemos pretender crear una cultura que amamante si no insistimos en un modelo de salud basado en el amamantamiento a través de nuestro lenguaje y nuestra literatura.

No debemos dejar de desafiar la manera de expresarse de los medios y nuestros pares. Cuando no describimos los riesgos de la alimentación artificial, privamos a las madres de información decisiva para la toma de decisiones. La madre que tiene problemas con el amamantamiento puede bien no buscar ayuda para alcanzar una “prima especial”; pero puede exigir que la ayuden si sabe cuánto pierden ella y su bebé al no amamantar. Es mucho menos probable que use leche artificial “para acostumbrarlo al biberón” si sabe que el contenido de ese biberón causa daño.

Es en la discusión del efecto sobre el desarrollo cognitivo donde se preserva con más cuidado la cómoda ilusión de la normalidad de la alimentación con biberón. Cuando pregunto a los profesionales si conocen el estudio sobre la relación entre el consumo de tabaco de los padres y el Coeficiente Intelectual (CI), alguien siempre me dice que los hijos de madres fumadoras tienen “menores CIs”. Cuando pregunto sobre el estudio que compara prematuros alimentados con leche humana y leche artificial, alguien siempre sabe que los niños alimentados con leche humana son “más inteligentes”. Nunca he visto otra manera de presentación para estos dos estudios por parte de la prensa. – o por parte de los autores de los trabajos. Aún los profesionales de la salud sienten el impacto de mis palabras cuando expreso los resultados usando el amamantamiento con la norma: los niños alimentados con leche artificial, tal como los hijos de madres fumadoras, tienen CIs más bajos.

La inversión de la realidad se vuelve aún una mayor fuente de confusión cuando se usan procentajes, porque los números cambian dependiendo de qué elegimos como la norma. Si B es 3/4 de A, entonces A es 4/3 de B. Elegimos A como el estándar, y entonces B es 25% menos. Elegimos B como el estándar, y A es is 33 y 1/3% más. Así, si un item que cuesta 100 unidades se pone en oferta a "25% menos," el precio se convierte en 75. Cuando la oferta se termina, y el item es remarcado con su precio original, debe ser remarcado con un incremento de 33 and 1/3% para que el precio regrese a 100.

Estos mismos números aparecen en un estudio reciente que encontró una "disminución del 25% " en la incidencia de cáncer de pecho entre las mujeres que habían sido amamantadas. Si expresamos este resultado usando al amamantamiento como la norma, hubo un aumento del 33 y 1/3% de la incidencia de cáncer de pecho entre las mujeres que fueron alimentadas artificialmente cuando eran bebés. Imaginen el impacto muy diferente que tendrían sobre el público estas dos maneras de expresarse.

Especial. “El amamantamiento establece una relación especial”. “Arme un rincón especial para amamantar”. En nuestra familia, las comidas especiales llevan más tiempo. Las ocasiones especiales implican trabajo adicional. Lo especial es lindo, pero es complicado, no es una parte permanente de la vida, y no es algo que uno quiera hacer con mucha frecuencia. Para la mayoría de las mujeres, amamantar debe encajar fácilmente en una vida llena de ocupaciones – y por supuesto que encaja. "Especial” es un consejo para el destete, no para el amamantamiento.

El amamantamiento es lo mejor; la leche aritificial es lo que le sigue. No de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. La jerarquía de la OMS establece; 1) amamantamiento; 2) la leche de la madre del bebé extraída y administrada al bebé de alguna otra manera; 3) la leche de otra mujer; y 4) alimentación artificial. Debemos tener este punto bien claro en nuestra mente y aclararlo a los demás. “Lo más parecido a la leche de mamá” viene de otro pecho humano, no de una lata. La muestra gratis exhibida de manera tan tentadora en el estante del consultorio del médico es la cuarta solución a los problemas del amamantamiento.

La leche de formula es necesaria en algunas circunstancias. Sólo porque no tenemos bancos de leche humana. La persona que necesita una transfusión de sangre no recurre a un sustituto de cuarta categoría; hay bancos que proveen sangre humana para los seres humanos. No necesita tener una enfemedad especial para calificar como receptor de sangre. Todo lo que necesita es tener menos sangre. Sin embargo, sólo los lactantes que no toleran la solución de cuarta categoría tienen el privilegio de acceder a la de tercera. Me pregunto qué pasaría si se diseñara sangre comercial de bajo precio que acarreara un riesgo para la salud mucho mayor que la sangre de donante. ¿Quién sería considerado suficientemente importante como para recibir la sangre donada? Cuando usamos leche artificial con una cliente, recordémosle a ella y al profesional de la salud que la atiende que deberíamos tener acceso a bancos de leche humana. Es más probable que los bancos de leche humana se vuelvan parte de nuestra cultura si primero se vuelven parte de nuestro lenguaje.

No queremos que las madres que dan el biberón se sientan culpables. La culpa es un concepto que muchas mujeres aceptan automáticamente, aún cuando saben que las circunstancias están realmente fuera de su conttrol. (Mi madre ha llegado a pedir disculpas por el clima.)

La aceptación (casi) instantánea de la culpa por parte de las mujeres es evidente en las reacciones al siguiente escenario: Supongamos que usted ha tomado clases de aerodinámica. También ha visto pilotos manejando aviones. Ahora imaginemos que usted es el pasajero en un avión biplaza. El piloto tiene un ataque al corazón, y el avión queda en sus manos. El avión se estrella. ¿Se siente culpable?

Los hombres a quienes les plantée esta situación respondieron: “No, porque hice lo mejor que pude.” “No. Quizá me sentiría mal por el avión y el piloto, pero no me sentiría culpable.” “No. Es complicado pilotear un avión, aún cuando uno haya visto a otros hacerlo.”

¿Qué respondieron las mujeres? "No me sentiría culpanle por el avión, pero quizá sí por el piloto, porque quizá yo podría haber aterrizado el avión.” "Sí, porque soy muy dura con mis errores. El sentirme mal y el sentirme culpable se mezclan en mí.” "Sí. Claro que yo sé que no debería, pero probablemente me sentiría culpable.” "¿Maté a alguien? Si no maté a nadie, no me sentiría culpable” Notar las expresiones “mis errores”, “sé que no debería” y “¿Maté a alguien?” ¡Todo relacionado con un evento sobre el cual ninguna de estas mujeres tenía control alguno!

La madre que elige no amamantar o que no lo hace por tanto tiempo como había planeado está haciendo lo mejor que puede con los recursos a su alcance. Puede haber recibido el discurso estándar de “el pecho es lo mejor” (el curso de aerodinámica) y puede haber visto algunas madres amamantando en el centro commercial (ver al piloto manejando el avión en una pantalla). Claramente esta información no es suficiente. Pero aún así puede sentirse culpable. Es mujer.

La mayoría de nosotros ha visto madres bien informadas luchando sin éxito para establecer el amamantamiento, que se vuelcan a la alimentación con biberón con un sentimiento de aceptación porque saben que hicieron lo mejor que pudieron hacer. Y hemos visto madres menos informadas sintiendo más adelante ira hacia un sistema que no les dio los recursos que más tarde descubrieron que necesitaban. Ayuden a una madre que se siente culpable a analizar sus sentimientos y pueden llegar a descubrir una emoción muy distinta de la culpa. Alguien hace mucho tiempo asignó a estas madres la palabra “culpa”. Es la palabra equivocada.

Ensayemos lo siguiente: usted sufre parálisis en las piernas como consecuencia de un serio accidente. Los médicos y fisioterapeutas le explican que aprender a caminar nuevamente llevaría meses de trabajo extremadamente doloroso y difícil, sin garantía de éxito. La ayudan a ajustarse a vivir en silla de ruedas, y le brindan apoyo para superar las dificultades que surgen. Veinte años más tarde, cuando sus piernas ya están atrofiadas más allá de toda esperanza, usted conoce a alguien que sufrió un accidente idéntico al suyo.“Fue difícil”, le dice, “tres meses en el infierno. Pero camino desde entonces” ¿Usted se sentiría culpable?

Las mujeres a las que les plantée este scenario me dijeron que se sentirían furiosas, traicionadas, engañadas. Desearían poder hacer las cosas de nuevo con mejor información. Lamentarían las oportunidades perdidas. Algunas mujeres dijeron que se sentirían culpables por no haber buscado más opiniones, por no haber perseverado en ausencia de información y apoyo. Pero dejando de lado la culpa de género, no nos sentimos culpables cuando se nos niega un placer. La madre que no amamanta afecta negativamente su propia salud, aumenta la dificultad y el gasto de la crianza, y se pierde una de las más maravillosas relaciones que nos ofrece la vida. Se ha perdido algo básico para su propio bienestar. ¿Qué imagen de las satisfacciones que brinda el amamantamiento transmitimos cuando usamos la palabra “culpa”?

Usemos las palabras que las madres mismas me dieron para expresarnos: "No queremos hacer que las madres que alimentan con biberón se enojen. No queremos que se sientan traicionadas. No queremos que se sientan engañadas" Retiren las implicancias que se depositan sobre el "no queremos hacerlas sentir culpables” y encontrarán un sistema que intenta cubrir sus propias huellas. No está tratando de proteger a la madre. Está tratando de protegerse a sí misma. Seamos sinceros con las madres, apoyémoslas cuando el amamantamiento no funciona y ayudémoslas a dejar atrás esta palabra equivocada e inefectiva.

Ventajas y desventajas. El amamantamiento es claramente un tema de salud – no se trata de una elección entre dos opciones equivalentes. "Una desventaja de no fumar es que es más probable que el humo de otro fumador le moleste. Una ventaja de fumar es que puede ayudar a perder peso.” El tema real es la mortalidad y morbilidad diferencial. El resto – ya sea que hablemos de tabaco o de leche artificial para bebés – es sólo humo.

Un centro de maternidad usa un enfoque “balanceado” en una “tarjeta de preferencia de alimentación del lactante” que lista deposiciones inodoras y el regreso del útero a su tamaño normal entre los cinco renglones de ventajas del amamantamiento. (¿Esto quiere decir que el útero de la madre que alimenta con biberón nunca regresa a su tamaño normal?) Pechos que gotean leche y la imposibilidad de ver cuánto toma el bebé se incluyen en los cuatro renglones de desventajas. Una de las ventajas de la alimentación artificial es que las madres la encuentran “menos inhibitoria y avergonzante”. El centro de maternidad reportó una buena aceptación por parte del personal médico pediátrico y ningún efecto sobre los índices de amamantamiento o alimentación artificial. Ninguna sorpresa. La información no es significativamente distinta de la información “balanceada” que los vendedores de leche artificial han difundido durante años. Probablemente sea aún mejor como argumento de venta de leche artificial ya que ahora tiene el respaldo claro de un centro de salud. “Totalmente informada”, la madre se siente con confianza para tomar una decisión que tiene impacto de por vida sobre su salud y la de su hijo basándose en el olor de los pañales y la cantidad de piel que ella pone al descubierto en cada toma.

¿Por qué las compañías de leche artificial para bebés ofrecen listas de pros y contras que aceptan las limitaciones de sus productos? Porque cualquier enfoque “balanceado” que es presentado en una cultura altamente parcial apoya automáticamente la parcialidad. Si A y B son casi equivalentes, y si más del 90% de las madres finalmente eligen B, como hacen las madres de los EEUU (de acuerdo con una encuesta no publicada de 1002 madres realizada por los laboratorios Ross que indicó que menos del 10% de las madres amamantaban hasta el año), tiene sentido hacer lo mismo que la mayoría. Si hubiera una diferencia importante, seguramente los profesionales de salud lo dirían y no se mantendrían al margen del proceso de toma de decisión.

Es la elección de los padres. Ciertamente. Pero mantenerse al margen del proceso de manera deliberada implica que la lista “balanceada” es correcta. En un número reciente de la revista Parenting, un pediatra comenta, “Cuando visito a una madre reciente por primera vez le pregunto ‘¿Le da el pecho o el biberón?’ Si me dice que le da el biberón, asiento con la cabeza y digo OK, y sigo con las preguntas. Apoyar a los padres involucra apoyarlos en cualquier elección que hagan; uno no se lanza en el puerperio y le dice a una mujer que está cometiendo un error terrible, perjudicando a su bebé y a sí misma.”

Sin embargo, si una mujer le anunciara a su médico en el medio de un examen físico que empezó a fumar unos días antes, el médico se aseguraría de que la paciente entendiera los riesgos, razonando que este es el mejor momento para hacerla cambiar de parecer. Es hipócrita e irresponsable tomar una posición clara con respecto al tabaco y “dejar que los padres decidan” acerca del amamantamiento, sin asegurarse en primer lugar de que tengan una base de información. Las elecciones de vida son siempre prerrogativa del individuo. Esto no quiere decir que las fuentes de información deban permanecer mudas, tampoco que los padres que opten por el biberón no reciban información que podría llevarlos a una decisión diferente con un futuro hijo.

Amamantamiento. La mayoría de los otros mamíferos nunca ven su leche, y dudo que cualquier otra madre mamífera deliberadamente alimente a su cría basando los intervalos entre tomas en el nivel de apetito que ella infiere que la cría tiene. Amamantar tranquiliza a la cría y sin duda hace sentir bien a la madre. Somos el único mamífero que conscientemente usa el amamantamiento para transferir calorías… y somos el único mamífero que tiene problemas crónicos en la transferencia.

Puede ser que las mujeres digan que “dieron el pecho” durante tres meses, pero en general dicen que “amamantaron” tres años. El amamantamiento sin dificultades y prolongado involucra olvidarse del pecho y del alimento (y la duración, y el intervalo, y la transmisión de los nutrientes adecuados en las cantidades correctas, y la diferencia entre las necesidades de succión nutritiva y no nutritiva, todo lo cual es el foco de los folletos de las leches artificiales) y enfocarse en cambio en la relación entre el bebé y la mamá. Digamos a las madres que esperamos que no “alimenten al pecho” – que las verdaderas alegrías y satisfacciones de la experiencia comienzan cuando dejan de dar el pecho y comienzan a maternar al pecho.

Todos los que pertenecemos a esta profesión queremos que el amamantamiento sea el punto de referencia biológico. Queremos que sea la norma cultural; queremos que la leche humana esté disponible para todos los bebés humanos, sin importar las circunstancias. Un primer paso necesario para lograr esos objetivos está a nuestro alcance inmediato. Todo lo que tenemos que hacer es… cuidar lo que decimos.

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