miércoles, 30 de julio de 2008

No a la fábrica de educar parvulos

Un reportaje excelente de una revista chilena a una educadora danesa de la pedagogía Waldorf. Ojalá el Ministerio de Educación de Argentina la invitara también!!! Con la cantidad de cosas que hay para cambiar en nuestro sistema educativo!!!
Pueden acceder al reportaje original clickeando en el título de la entrada o aquí.


Helle Heckmann: No a la fábrica de educar párvulos

Por: Pía Rajevic \ Fotos: Sergio López


Niños que ya no saben ser niños. Pequeños que han olvidado incluso algo tan básico y sano como es correr, que casi no mastican sus alimentos, que tienen dificultades para expresarse y comunicarse, entre otras falencias. Es el patético y triste panorama que ve Helle Heckmann (miembro de la directiva internacional de las escuelas Waldorf, educadora desde que tiene memoria, madre de tres hijos) en su país, como una absurda paradoja del desarrollo y de enfoques errados de la educación desde la más temprana edad.

-¿Por qué su visión tan crítica de la educación preescolar en su país?
-En los últimos 40 años, en Dinamarca gran parte de las personas ha estado en instituciones preescolares, divididos en grupos por edades. Son grupos de un año de edad, de dos y así sucesivamente. Eso implica que el niño sólo mira su propia edad y no tiene percepción de dónde viene ni hacia dónde va. Eso genera que cuando se convierten en padres no saben siquiera cuidar a sus propias guaguas, porque nadie les enseñó a cuidarse cuando eran chicos. No saben cómo ser padres.

Es que, según Helle y la pedagogía que ama, lo saludable es que los niños entre cero a siete años estén en el jardín infantil juntos, porque los más chicos imitan siempre a los más grandes y los mayores se sienten empoderados al ayudar a los más pequeños, mientras a la vez sienten el respaldo de la profesora que los ayuda, generándose así una cadena de solidaridad muy armónica. "Así se aprende a aprender. Es como las familias antiguas, que tenían hijos de distintas edades a los que daban distintas tareas, pero estaban juntos. Hoy, que las familias se han reducido y tienen pocos hijos, los niños no aprenden a cuidarse ni a cuidar a otros", comenta.

-Niños que se miran sólo a sí mismos, ¿ese mundo de ególatras es hoy un problema social en su país?
-Sí, por eso allá es tan importante ahora hacer cursos para enseñar cómo ser padres, porque los jóvenes no saben cómo hacerlo. Hasta se les enseña algo tan natural como lo es el amamantar. Mientras vemos que los niños de hoy, producto del sistema educativo, no pueden hablar bien, tampoco corren apropiadamente, se caen fácilmente, no tienen equilibrio. Muchos sufren alergias o tienen comportamientos hiperactivos. No pueden relacionarse apropiadamente con el otro: o dan demasiado hacia el otro o casi nada. Y duermen mal. Son niños que se enferman mucho. Hay que demostrarles a muchos de los padres actuales que sus hijos están así porque ellos no han sabido cómo criarlos. Todos los padres aman a sus hijos y quieren hacer lo mejor para ellos y hay muchos libros que dicen cómo educarlos, pero el sentido común para hacerlo está extraviado, es hoy algo tan difícil de alcanzar.

La relación con Chile de esta danesa se inició hace ocho años, cuando le pidieron venir a asesorar a los jardines infantiles de esa pedagogía educativa en Sudamérica. Ese viaje fue el comienzo de una estrecha relación con el país, donde incluso es cofundadora de un jardín infantil en la comuna de Peñalolén, en Santiago (Akelae, se llama el centro). Tanto le gustó este lugar del mundo que incluso se compró una casa en la cordillera, la que visita cada vez que viene. Confiesa que la seduce "que los chilenos todavía miran a los ojos, y se conectan con el otro". Su gran deseo es poder quedarse aquí un día, siempre y cuando pueda trabajar en lo suyo, dándole alcance social a su experiencia y conocimientos. Por eso está empeñada en la idea de crear un centro para formar a educadores, padres y hasta a las nanas chilenas ("Pasan tanto tiempo con los niños, no hay que olvidarse de ellas, hay que enseñarles a conocer al niño"), convencida de que los adultos, modernidad mediante, están perdiendo el norte en aspectos muy básicos para educar. "Chile está en la hora de prevenir, no en la de curar como lo tienen que hacer otras naciones", señala.

Es así como dejó por unos días el jardín infantil que dirige desde hace unas décadas en Copenhagen, la capital danesa, para venir a compartir y discutir sus reflexiones con las autoridades chilenas responsables de la educación preescolar, incluida la ministra de Educación y la comisión del Congreso encargada de las reformas al sistema parvulario, así como la Fundación Integra y la Junta Nacional de Jardines Infantiles. Y quedó gratamente impresionada al sentir que "me escucharon con mucho interés, y sin prejuicios respecto de la pedagogía Waldorf, lo que demuestra flexibilidad y apertura de miras en la experiencia que se quiere hacer acá en este ámbito". Puntualiza: "Me siento muy a gusto, muy en casa en Chile".

-¿Cree posible introducir elementos de la pedagogía Waldorf en el sistema formal de educación?
-Por supuesto. Siento que mucho de esta pedagogía puede entrar en la forma cultural de la sociedad chilena.

-¿Por qué cree eso?
-Todavía la estructura familiar es fuerte en Chile. Y la vida familiar es muy importante para los niños. Importa que puedan ver que la vida cotidiana se arma a través del trabajo de los adultos. Todo el impulso pedagógico Waldorf durante los primeros siete años de vida se basa en la imitación de los adultos por parte de los niños. Por supuesto que la estructura familiar chilena también está cambiando, pero aún es posible prevenir los problemas que está sufriendo Estados Unidos y Europa en este terreno, poniendo énfasis en evitar problemas a futuro en vez de tener que solucionar los errores de un mal manejo educacional. La idea es que los niños no paguen el precio del mal llamado desarrollo.

-Pero vivimos procesos imparables en la familia, que afectan a los niños.
-Es un hecho que hoy las mujeres no están en la casa, sino en el mundo del trabajo. Necesitan ganar dinero, quieren y necesitan autoeducarse y también requieren vida social. Es urgente proponer iniciativas para dar un soporte a esas mujeres. Y al mismo tiempo ofrecer las iniciativas para que el niño siga teniendo una casa fuera de su casa, que es el kindergarten (jardín infantil), que sienta que sigue estando acogido y amado como lo estaría en su casa. La casa y el jardín infantil tienen hoy roles intercambiados.

-Usted piensa que la familia chilena no ha cambiado tanto. Algunos creen que el cambio ha sido acelerado e insano, perjudicando su dinámica íntima.
-Es un riesgo de la modernidad. La pregunta es qué podemos hacer ante ello. Es muy importante que hoy las familias tomen muy en serio la decisión de tener hijos. Cuando tu decides tener hijos, tu vida no va a ser nunca más la misma que tenías antes. Habrá muchos efectos, incluso en lo laboral. Si el mundo laboral fuera más consciente en el apoyo a la vida familiar y, por ejemplo, ofreciera también media jornada y no sólo tiempos completos de trabajo, sería una solución de largo plazo muy saludable. Y que las madres pudieran acceder a un permiso de maternidad por un año, con la promesa de que tienen su trabajo esperando. Que la madre esté el primer año con su hijo es primordial para el vínculo que desarrolle.

-Las madres chilenas viven con mucha culpa el salir a trabajar antes de que el niño cumpla el año. ¿El jardín infantil puede suplir esa ausencia?
-Nadie más que la madre puede ser la madre; tampoco se trata de que se la sustituya profesionalmente. Pero sé cómo crear lugares en donde el niño no esté dañado por no estar en su casa. Necesitamos crear pequeños espacios para atender a estos niños y no fábricas.

-¿Qué relevancia tiene su enfoque en la educación parvularia?
-Pensamos que los primeros siete años de vida son tremendamente especiales. Debemos cuidar esa edad. Debiera ser un gran desafío de los gobiernos apoyar a las familias en esto, porque es el futuro de tu país. Si se quiere niños que tengan confianza en sí mismos y que puedan aprender a aprender, los primeros siete años deben ser basados en la confianza y en la seguridad, para desarrollar una autoestima saludable, que se forma especialmente en esa etapa, sin forzar el aprendizaje cognitivo. Sin una infancia saludable vas a tener problemas el resto de tu vida. Aquí es crucial la actitud de los padres, pues muchos fuerzan a sus hijos a desarrollarse demasiado rápidamente por ambiciones basadas en el futuro de éstos.

-En Chile se presiona mucho al niño en su rendimiento. Por ejemplo, muchos jardines infantiles los someten a test muy fuertes de selección.
-Para mí es completamente absurdo que los niños sean sometidos a test, todos los niños son buenos por esencia. Algunos aprenden lentamente y otros más rápidamente. Si desde muy pequeño le dices al niño que no es suficientemente bueno, eso va a tener una impacto en él. Va a sentir que no es bueno para nada y va a retener su sano desarrollo.

-Actualmente hay mucho diagnóstico de déficit atencional. ¿Por qué cree que se da este escenario?
-Es el ambiente en que el niño crece el que hace que tenga una salud pobre. Desde muy chiquititos están estresados. Se los lleva a todos lados y están siempre sobreestimulados. En vez de tener paz y silencio para encauzar un desarrollo progresivo y aprender a conocer lentamente, se los pone en el mundo forzando su desarrollo. Terminan sabiendo mucho más del mundo externo que de sí mismos. Si no aprendes a conocerte desde pequeñito, si no te descubres, nunca vas a poder tomar tus propias decisiones ni desarrollar una buene autoestima. Es un lema bien erróneo decir que el más grande y más rápido es el mejor. No hay necesidad de tener esta presión. Es mejor que tengan un ritmo cotidiano saludable.

-¿Cómo debe ser este ritmo?
-Un niño saludable, que quiere aprender y al cual le gusta la vida es el que ha tenido la posibilidad de un ritmo sano cotidiano, con una nutrición apropiada, sin azúcar ni caramelos, mucho movimiento y buenos hábitos de sueño. Es lo básico que un niño requiere. En un sentido es muy simple y barato, pero es tan difícil de cumplir.

-¿Y por qué eliminar el azúcar?
-No hay nada peor que el azúcar, es un mal hábito. El dulce va directo al sistema sanguíneo, la glicemia sube inmediatamente y el sistema de compensación biológico lanza una bomba de insulina para poder contener al azúcar: la energía del niño sube bruscamente en corto período y luego tiene una baja también brusca, por debajo de la media. Él se descompensa y luego siente la necesidad de un nuevo estimulante. Esto lo impacta anímica y físicamente. Los niños se transforman en adictos y prefieren esto a una manzana.

-¿Qué le parece la tendencia a la presión cognitiva del niño que hay actualmente?
-No es buena para su desarrollo antes de los siete años. Los niños deben aprender ejecutando, y una vez que el adulto les da el tiempo para aprender de esa forma, entonces van a tener verdadero interés de sentarse en un pupitre y aprender de una manera más directa. Uno puede enseñarles a los niños de tres años el alfabeto, ellos te van a imitar, pero es sólo imitación, no es comprensión. Si esperas a que sean un poco más maduros emocionalmente, aprenden y también comprenden, no sólo imitan. Los niños tienen hoy mucha información, pero no saben cómo usarla. ¿De qué sirve saber leer si no entienden lo que están leyendo?

-Reivindica el ofrecer a los pequeños ambientes en los que se relacionen con la naturaleza. ¿Desea revertir la distancia que tenemos cada vez más con la naturaleza?
-Es que si queremos proteger la naturaleza desde la niñez debiéramos tener una buena relación con ella. No basta sólo con decirle a la persona lo que debe ser hecho desde la cabeza, tienes que haberle sentido desde el corazón. Pero también tiene otras implicancias: estar afuera, al aire libre, provee al niño de más espacio, de que pueda trepar, andar sobre un tronco, jugar de forma no dirigida. Es algo importante, porque en la vida actual cada vez se mueven menos. Así, luego tienen hambre y un buen sueño. Darles la experiencia de los cuatro elementos: el aire, la tierra, el sol y el agua es calidad de vida. En Chile tienen cuatro estaciones muy definidas. Qué maravilloso es que los niños desde chiquititos puedan vivir desde la piel esa experiencia.

-¿Todo esto planteó a las autoridades chilenas?
-Creo que fue una mezcla. Ellos me hicieron preguntas muy buenas y quisieron profundizarlas. Sentí que había mucho interés en ir al encuentro de las necesidades del niño. Creo que es la hora de cambiar las cosas en Chile para que los pequeños no tengan los problemas que estamos teniendo en Dinamarca. La primera pregunta que nos debiéramos hacer para eso es qué clase de personas queremos en Chile. Y luego interrogarnos: ¿es el niño un derecho o un regalo? \\

viernes, 25 de julio de 2008

Cinco Razones para Dejar de Decir “¡Muy Bien!

Un artículo para reflexionar.
No sé si estoy 100% de acuerdo con este artículo, pero sin duda viene muy bien para reflexionar sobre él.
Acá se los dejo, a ver que opinan.

CINCO RAZONES PARA DEJAR DE DECIR "¡MUY BIEN!"
YOUNG CHILDREN

Septiembre 2001

Por Alfie Kohn


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NOTA: Una versión abreviada de este artículo fue publicada en la revista Parents en mayo de 2000 con el título “Hooked on Praise" (“Enganchados a los Elogios”). Para una visión más detallada de los temas discutidos aquí, por favor refiérase a los libros Punished by Rewards y Unconditional Parenting.




Salga a un sitio de juegos, visite una escuela o aparézcase en la fiesta de cumpleaños de un niño, y hay una frase que de seguro va a escuchar: “¡Muy bien!”. Incluso los bebés pequeños son elogiados por juntar sus manos (“Bonito aplauso!). A algunos de nosotros se nos escapan estos juicios sobre nuestros niños al punto de que casi se convierte en un tic verbal.

Muchos libros y artículos advierten en contra de recurrir al castigo, desde pegar hasta el aislamiento forzado (“tiempo fuera”). Ocasionalmente alguien incluso nos pedirá que reconsideremos la práctica de sobornar a los niños con stickers o comida. Pero usted tendrá que buscar arduamente para encontrar una palabra que desaliente lo que es eufemísticamente llamado refuerzo positivo.

Para que no haya ningún malentendido, el punto aquí no es cuestionar la importancia de apoyar e incentivar a los niños, la necesidad de amarlos y abrazarlos y ayudarlos a sentirse bien con ellos mismos. Los elogios, sin embargo, son una historia completamente diferente. Aquí explico por qué.

1. Manipulando a los niños. Suponga que usted ofrece una recompensa verbal para reforzar el comportamiento de un niño de dos años que come sin regar, o de un niño de cinco años que limpia sus materiales de arte. ¿Quién se beneficia de esto? ¿Es posible que el decir a los niños que han hecho un buen trabajo tenga menos que ver con sus necesidades emocionales que con nuestra propia conveniencia?

Rheta DeVries, profesora de educación en la Universidad del Norte de Iowa, se refiere a esto como “control con cubierta de azúcar”. Muy parecido a las recompensas tangibles – o, para el propósito, castigos – es una forma de hacer algo a los niños para conseguir que ellos cumplan con nuestros deseos. Puede ser efectivo en producir estos resultados (al menos por un tiempo), pero es muy diferente a trabajar con los niños – por ejemplo, entablar una conversación con ellos a cerca de qué es lo que hace a una clase (o a una familia) funcionar sin problemas, o cómo otras personas son afectadas por lo que hemos hecho – o dejado de hacer. Este último enfoque no solo que es más respetuoso si no que no es efectivo para ayudar a los niños a convertirse en personas reflexivas.

La razón por la cual los elogios pueden funcionar a corto plazo es que los niños pequeños están hambrientos de aprobación. Pero nosotros tenemos la responsabilidad de no aprovecharnos de esta dependencia para nuestra propia conveniencia. Un “¡Muy bien!” para reforzar algo que hace nuestras vidas un poco más fáciles puede ser un ejemplo de tomar ventaja de la dependencia de los niños. Los niños también pueden empezar a sentirse manipulados por esto, incluso si ellos no pueden explicar a ciencia cierta por qué.

2. Creando adictos a los elogios. De seguro, no todo uso de elogios es una táctica calculada para controlar el comportamiento de los niños. Algunas veces felicitamos a los niños solamente porque estamos genuinamente complacidos por lo que han hecho. Sin embargo, incluso en esos casos, vale la pena poner más atención. En lugar de aumentar la auto estima de un niño, los elogiados pueden incrementar su dependencia hacia nosotros. Mientras más decimos “Me gusta la forma en que tú....” o “Muy bien hecho...”, incrementa la dependencia de los niños hacia nuestras evaluaciones, nuestras decisiones acerca de lo que está bien y mal, en lugar de aprender de sus propios juicios. Esto los lleva a medir su valor en términos de lo que a nosotros nos hará sonreír y darles un poco más de aprobación.

Mary Budd Rowe, una investigadora de la Universidad de Florida, descubrió que los estudiantes que eran elogiados profusamente por sus profesores eran más indecisos en sus respuestas, más proclives a responder en un tono de voz de pregunta (“mm, ¿siete?). Tendían a retractarse de una idea propuesta por ellos tan pronto como un adulto mostraba su desacuerdo. Además, tenían menos tendencia a perseverar en tareas difíciles o compartir sus ideas con otros estudiantes.

En resumen, “Buen trabajo!” no les da seguridad a los niños; en última instancia, los hace sentirse menos seguros. Este tipo de frases puede incluso crear un círculo vicioso en el que mientras más recurrimos a los elogios, más parecen los niños necesitarla, por lo que los elogiamos aún un poco más. Penosamente, algunos de estos niños se convertirán en adultos que continúan necesitando a alguien que les dé una palmada en la espalda y les diga si lo que hicieron estuvo bien. De seguro, esto no es lo que queremos para nuestros hijos e hijas.

3. Robando el placer de un niño. Aparte del problema de dependencia, un niño merece disfrutar de sus logros, sentirse orgulloso de lo que ha aprendido a hacer. También merece decidir cuándo sentirse de tal o cual forma. Pero, cada vez que decimos, “¡Muy bien!”, le estamos diciendo al niño cómo sentirse.

De seguro, hay momentos en los que nuestras evaluaciones son apropiadas y nuestra guía es necesaria – especialmente con niños que ya caminan y de edad pre-escolar. Pero una corriente constante de juicios de valor no es ni necesaria ni útil para el desarrollo de los niños. Desafortunadamente, seguramente no nos hemos dado cuenta de que “¡Muy bien!” es una evaluación tanto como lo es “¡Mal hecho!” La característica más notable de un juicio positivo no es que este sea positivo, si no que es un juicio. Y a la gente, incluyendo a los niños, no les gusta ser juzgados.

Yo disfruto y guardo las ocasiones en las que mi hija logra hacer algo por primera vez, o hace algo mejor de lo que lo había hecho hasta ahora. Pero trato de resistir al reflejo de decir “¡Muy bien!” porque no quiero diluir su alegría. Quiero que ella comparta su placer con migo, no que me mire buscando un veredicto. Quiero que ella exclame, “¡Lo hice!” (lo que ocurre regularmente) en lugar de preguntarme con incertidumbre, “¿Estuvo bien?”

4. Perdiendo el interés. "¡Muy bonita pintura!” puede hacer que los niños sigan pintando por el tiempo que nos mantengamos mirando y elogiándolos. Pero, advierte Lilian Katz, una de las principales autoridades nacionales de educación en la temprana infancia, “una vez que se quita la atención, muchos niños no volverán a esa actividad nuevamente.” Efectivamente, una cantidad impresionante de investigaciones científicas han mostrado que mientras más recompensamos a la gente por hacer algo, más tiende a perder el interés por cualquier cosa que deban hacer para obtener recompensas. Ahora el punto no es dibujar, leer, pensar, crear – el punto es tener el regalo, sea este un helado, un sticker o un “¡Muy bien!”.

En un estudio de problemas conducido por Joan Grusec de la Universidad de Toronto, los niños pequeños que fueron elogiados frecuentemente por muestras de generosidad, tendían a ser un poco menos generosos en el día a día, de lo que eran los otros niños. Cada vez que ellos han oído “¡Muy bien por compartir!” o “Estoy muy orgulloso de ti por ayudar”, ellos perdían el interés por compartir o ayudar. Estas acciones vinieron a verse no como algo valioso en su propio sentido de lo justo, si no como algo que deben hacer para obtener nuevamente esa reacción del adulto. La generosidad se convierte en el medio para un fin.

Motivan los elogios a los niños? Por supuesto. Los motivan a obtener elogios. Desgraciadamente, esto sucede frecuentemente a expensas del compromiso hacia cualquier cosa que ellos estaban haciendo y que provocó un elogio.

5. Disminuyendo el Desempeño. Como si no fuera suficientemente malo que un “¡Muy bien!” pueda menoscabar la independencia, el placer y el interés, puede también interferir con cuán bien los niños hacen una tarea. Los investigadores continúan hallando que los niños que son elogiados por hacer bien un trabajo creativo tienden a tropezar en la siguiente tarea- y no les va tan bien como a los niños que no fueron elogiados al principio.

¿Por qué sucede esto? En parte porque los elogios crean una presión de “continuar el buen trabajo”, llegando a interponerse en el camino de lograrlo. En parte porque su interés en lo que hacen puede disminuir. En parte porque ellos se vuelven menos propensos a tomar riesgos – un prerrequisito para la creatividad- una vez que comienzan a pensar sobre cómo hacer que esos comentarios positivos continúen viniendo.

En forma general, “¡Muy bien!” es un vestigio de un enfoque que reduce toda la vida humana a comportamientos que pueden ser vistos y medidos. Desafortunadamente, esta ignora los pensamientos, sentimientos y valores que yacen detrás de los comportamientos. Por ejemplo, un niño puede compartir un refrigerio con un amigo como una forma de atraer un elogio, o como una forma de asegurarse de que otro niño tenga suficiente para comer.. Los elogios por compartir ignoran estos diferentes motivos. Peor aún, estos de hecho promueven el motivo menos deseable, haciendo a los niños más proclives a tratar de pezcar elogios en el futuro.

Una vez que usted empieza a elogiarlo por lo que es – y lo que hace – estas pequeñas y constantes explosiones de evaluación de los adultos comienzan a producir los mismos efectos que unas uñas rasgadas lentamente sobre un pizarrón. Usted comienza a alentar a un niño a dar a sus maestros y padres un bocado de su propia melaza, volteándose a responderlos diciendo (en el mismo tono de voz dulzón), “¡Muy buen elogio!”



Sin embargo, no es un hábito fácil de romper. Dejar de elogiar, al menos al principio, puede parecer extraño,. Se puede sentir como si estuviese siendo frío o guardándose algo. Pero eso, (y pronto se vuelve evidente) sugiere que nosotros elogiamos más porque necesitamos decirlo que porque nuestros niños necesitan oírlo. Siendo esto así, es tiempo de reconsiderar lo que estamos haciendo.

Lo que los niños necesitan es apoyo incondicional, amor sin compromisos. Eso no solo que es diferente a un elogio – es lo opuesto al elogio. “¡Muy bien!” es condicional. Significa que estamos ofreciendo atención, reconocimiento y aprobación por saltar a través de nuestro aro, es decir, por hacer algo que nos place a nosotros.

Este punto, usted lo notará, es muy diferente a una crítica que mucha gente ofrece al hecho de dar a los niños mucha aprobación, o dársela muy fácil. Ellos recomiendan que nos hagamos más tacaños con nuestros elogios y demandemos que los niños “los ganen”. Pero el problema real no es que los niños de esta época esperen ser elogiados por todo lo que hacen. Lo que sucede es que nosotros estamos tentados a tomar atajos, a manipular a los niños con recompensas en lugar de explicar y ayudarlos a desarrollar las habilidades necesarias y los buenos valores.

Entonces, ¿cuál es la alternativa? Eso depende de la solución, pero cualquier cosa que decidamos decir tiene que ser en el contexto del afecto genuino y amor por lo que los niños son en vez de por lo que han hecho. Cuando está presente el apoyo incondicional, un “¡Muy bien!” no es necesario; cuando no está presente, un “¡Muy bien!” no ayudará.

Si estamos elogiando acciones positivas como una forma de desalentar un mal comportamiento, esto tiene poca probabilidad de ser efectivo por mucho tiempo. Incluso cuando esto funciona, no podemos afirmar que el niño ahora “se esté comportando”; sería más preciso decir que los elogios lo hacen comportarse. La alternativa es trabajar con el niño, para descubrir las razones por las que él está actuando de esa manera. Podríamos tener que reconsiderar nuestros propios requerimientos en vez de simplemente buscar una forma de que los niños obedezcan. (En lugar de usar “¡Muy bien!” para hacer que un niño de cuatro años se siente callado durante una larga clase o cena familiar, tal vez deberíamos preguntarnos si es razonable esperar que un niño haga esto).

También debemos encaminar a los niños hacia el proceso de tomar sus propias decisiones. Si un niño está haciendo algo que molesta a otros, entonces sentarse posteriormente con él y preguntarle, “¿Qué piensas que podemos hacer para solucionar este problema?” podría ser más efectivo que chantajes o amenazas. Esto también ayuda al niño a aprender cómo resolver problemas y le enseña que sus ideas y sentimientos son importantes. Por supuesto, este proceso toma tiempo y talento, cuidado y coraje. Lanzar un “¡Muy bien!” cuando el niño actúa en una forma que nosotros estimamos apropiada no toma ninguna de estas cosas, lo que explica por qué las estrategias de “hacer algo a” son más populares que las estrategias de “trabajar con”.

¿Y qué podemos decir cuando los niños hacen algo impresionante? Considere estas tres posibles respuestas:

* No diga nada. Algunas personas insisten en que un acto servicial debe ser “reforzado” porque, secreta o inconscientemente, ellos piensan que fue una casualidad. Si los niños son básicamente malos, entonces se les debe dar una razón artificial para ser buenos (a saber, recibir una recompensa verbal). Pero si este cinismo es infundado-y muchas investigaciones sugieren que lo es-entonces los elogios no serían necesarios.

* Diga lo que vio. Un enunciado simple, sin evaluación (“Te pusiste los zapatos por ti mismo” o incluso solamente “Lo hiciste”) dice a su hijo que usted se dio cuenta. También le permite a él sentirse orgulloso de lo que hizo. En otros casos, puede tener sentido hacer una descripción más elaborada. Si su hijo hace un dibujo, usted podría ofrecer unas observaciones –no un juicio-sobre lo que usted ve: “¡La montaña es inmensa!” “¡Hijo, de seguro usaste mucho color morado hoy día!”

Si un niño hace algo cariñoso o generoso, usted podría atraer su atención sutilmente hacia el efecto de esta acción en la otra persona: “¡Mira la cara de Abigail! Ella parece muy feliz ahora que le diste un poco de tu comida”. Esto es completamente diferente a un elogio, en el que el énfasis está en cómo usted se siente acerca de la acción hecha por su hijo.

* Hable menos, pregunte más. Incluso mejores que las descripciones son las preguntas. Por qué decirle a él qué parte de su dibujo le impresionó a usted cuando puede preguntarle qué es lo que a él le gusta más de su dibujo? El preguntar “Cual fue la parte más difícil de dibujar?” o “¿Cómo hiciste para hacer el pie del tamaño correcto?” es probable que alimente su interés por el dibujo. Decir “¡Muy bien!”, como lo hemos visto, puede tener exactamente el efecto contrario.

Esto no significa que todos los cumplidos, todos los agradecimientos, todas las expresiones de gusto sean dañinas. Debemos considerar los motivos por los que los decimos (una expresión genuina de entusiasmo es mejor que un deseo de manipular el futuro comportamiento del niño) así como los efectos verdaderos de decirlos.. ¿Están nuestras reacciones ayudando al niño a percibir un sentido de control sobre su vida—o de buscar constantemente nuestra aprobación? Están estas expresiones ayudándolo a volverse más entusiasta en lo que está haciendo por derecho propio, o convirtiendo en algo que él solo quiere hacer para recibir una palmada en la espalda.

No es cuestión de memorizar un nuevo guión, si no de tener presentes nuestros objetivos a largo plazo para nuestros hijos y estar alerta sobre los efectos de lo que decimos. La mala noticia es que el uso de refuerzos positivos no es realmente algo positivo. La buena noticia es que usted no tiene que evaluar para poder motivar

domingo, 20 de julio de 2008

Video Colecho

Les dejo este hermosísimo video que hizo una amiga forera de ACC.
En el minuto 2 aparece Joaqui durmiendo con su amigo Pepe, y en el minuto 2:04 Hernán y Joaqui.
Espero que les guste!!!

viernes, 18 de julio de 2008

Parir como las diosas: recuperando el parto vertical

No más pasividad de las parturientas

Parir como las diosas: recuperando el parto vertical
-- Cristianismo y medicina le quitaron a las mujeres el conocimiento sobre sus partos-- Para la medicina es el médico el que trae al niño al mundo, no la madre
Analía Bernardo*


Mujeres urbanas están comenzando a reclamar el parto vertical, sentadas o en cuclillas, que aún practican de manera satisfactoria las indígenas y campesinas en distintas partes del planeta. Figuras arqueológicas muestran a diosas y a mujeres pariendo desnudas en estas posiciones. Una de ellas, con seis mil años de antigüedad, muestra a la Gran Diosa de Catal Hüyük (Anatolia, hoy Turquía) pariendo desnuda sentada en un trono, flanqueada por dos leopardos sobre los que apoya sus manos mientras su vagina comienza a coronar. El trono de gobierno de esta primigenia Diosa de la Vida es la silla de parto de la mujer prehistórica del neolítico agrícola.
En Australia, la Serpiente Arco Iris fue pintada en una cueva como una parturienta desnuda y con las piernas abiertas y flexionadas -en forma de m- luego de haber parido a las madres de los ancestros australianos que aparecen en la pintura rupestre debajo de la diosa creadora.
En Mesoamérica, los aztecas esculpieron una hermosa escultura de Tlazolteotl (la diosa luna de la fértil tierra, patrona del erotismo, del parto y del destino) pariendo desnuda en cuclillas, las manos sobre sus nalgas y la boca abierta mostrando los dientes y gritando mientras emerge un bebé hacia abajo y mirando hacia adelante de entre sus piernas. Tlazolteotl apoya sus pies sobre unos tacos de pocos centímetros elevando los talones para así estabilizar la postura.
Una Pachamama pariendo en cuclillas, con la luna, el sol y las estrellas pintados sobre el rostro, fue desenterrada en Villa Las Rosas, ciudad de Salta, Argentina. Una de las tantas imágenes que representan el conocido parto vertical precolombino como así también el poder sagrado de la Diosa Tierra (1). Los gestos y actitudes de estas y otras diosas son un reflejo de las prácticas y tradiciones de las mujeres respecto del parto, a la vez que el parto vertical y en cuclillas de las diosas es un arquetipo femenino creador de la vida y de la cultura.
Estas prácticas persistieron en las primeras sociedades patriarcales de Occidente como eran la griega y la romana. La diosa Ilitia, patrona de las parturientas y las parteras griegas, suele aparecer arrodillada representando tanto a la partera como a la parturienta en una variante de la posición en cuclillas. Y durante el Imperio Romano se tallaron frisos que muestran la forma en que parían las mujeres: sentadas en un sillón mientras que la partera espera arrodillada y otra mujer sostiene a la parturienta por debajo de los brazos (2).
En las crónicas sobre el Buda, que se remontan al siglo V A.C., encontramos a la reina Maya pariendo parada. Ella viajaba con su cortejo y a medio camino comenzó el trabajo de parto. El cortejo se detuvo y la reina se adentró en el bosque junto con sus doncellas, que formaron un círculo en torno a ella. Maya tomó con sus dos manos la rama flexible de un árbol y comenzó a parir en forma vertical al pequeño príncipe. Una estatuilla procedente de la India del siglo XVI sigue mostrando esta forma de dar a luz: una mujer parada junto a dos mujeres, una a cada lado, a las que abraza apoyando sus brazos en los hombros de sus compañeras pudiendo de esta manera poner los pies sobre la tierra y flexionar las rodillas; bajando y subiendo el cuerpo con cada contracción. Las dos compañeras llevan frascos con preparados de hierbas que aplican masajeando el vientre de la parturienta. Las tres figuras se completan con la partera arrodillada recibiendo al niño o niña que emerge cabeza abajo.
En la Europa cristianizada el parto seguía estando en manos de las mujeres y de las parteras, que heredaron estas prácticas ancestrales. Sin embargo, la persecución de las brujas -muchas de las cuales eran parteras experimentadas- y la naciente medicina moderna durante el Renacimiento transformaron progresivamente el parto natural vertical en una enfermedad y a la parturienta en una paciente débil y sin conciencia que debía permanecer en posición horizontal en la cama, y más tarde en el hospital. Esta inmovilidad y debilitamiento psicofísico estaba sustentado por otras posiciones sexuales, sociales, religiosas y económicas de opresión. El parto horizontal en la cama matrimonial es consecuente con la postura de la mujer durante el acto sexual y está asociado con estar enferma en la cama y con entregar el cuerpo al accionar del médico.
En Argentina, el gobierno de Néstor Kirchner ha presentado un proyecto para "humanizar el parto". Este reconoce el derecho de la parturienta a estar acompañada por una persona de su confianza durante el parto. Hay países donde en clínicas privadas también se permite esta compañía, pero es apenas un primer paso, insuficiente para cambiar las prácticas médicas del parto horizontal. Esta presencia podría aminorar el maltrato psicofísico que sufren las parturientas en hospitales y clínicas, públicas y privadas, siempre y cuando el/la acompañante no termine aliándose con el médico y reforzando el sometimiento de la mujer o desmayándose y generando culpas en la parturienta. Parecería más conveniente que la mujer vaya acompañada por una mujer (familiar o una amiga) que ya haya pasado por la experiencia del parto y tenga una conciencia formada de respeto y dignidad hacia la mujer que está dando a luz.
La compañía durante el parto no toca ni modifica las prácticas médicas del parto horizontal en sí mismas, entre las cuales, según la nota "Parir" del suplemento Las 12 (3), están atar a las parturientas a las camillas, silenciarlas, no dejarlas deambular ni ponerse en cuclillas. Una práctica patriarcal en la que, según especialistas consultados, la corporación médica se apropia del parto, maltratando con expresiones desvalorizantes a las parturientas, tratándolas como niñas tontas y culpabilizándolas si el parto se alarga o se complica, cuando en realidad es la misma posición horizontal la que alarga y complica el parto, aumentando el sufrimiento de la mujer y del feto que debe transitar por un canal que se ha estrechado e ir en contra de la ley de la gravedad mientras que la madre, inmovilizada, no dispone de todo su cuerpo para parir.
Esta evidencia ampliamente certificada por médicos especialistas en parto vertical es constantemente ignorada en las facultades de medicina de nuestro continente. Al enseñar e imponer aquella posición antinatural que anula la energía corporal y la conciencia de la parturienta para moverse y dirigir el parto, la corporación médica le da la espalda a milenios de experiencia femenina. Las hembras sapiens han parido a la humanidad en cuclillas y en posición vertical desde la prehistoria y aún lo siguen haciendo en grandes áreas del planeta con éxito y eficacia, pariendo más rápido y con menos dolor.
El parto horizontal rompe con esta experiencia milenaria presentándose desde hace apenas unos pocos siglos como la única forma aceptable y exitosa de parir, lo cual es parcial y cuestionable. Una nota de la revista argentina Clarín daba cuenta tiempo atrás del éxito del parto en cuclillas entre mujeres indígenas del sur del Brasil, con menos complicaciones que las mujeres occidentalizadas. Sin embargo, pocas veces las corporaciones médicas toman en cuenta la experiencia de las mujeres, menos aún la de los pueblos originarios, y desacreditan ese saber desde el más puro androcentrismo. Una imagen sintetiza esta negación. En libros de obstetricia y enciclopedias de divulgación médica se suele mostrar el perfil de una embarazada parada con el bebé saliendo por el canal de parto, arqueándose a través del mismo, emergiendo hacia abajo y adelante. Esta imagen del parto natural-vertical luego es negada en la práctica médica con el parto horizontal.
Con todo, en estos últimos años han surgido agrupaciones de mujeres, médicos y parteras que vuelven a estas ancestrales prácticas integrándolas a los conocimientos modernos. La cuestión de fondo es saber si el Estado modificará el parto horizontal en la enseñanza y práctica médica para que los beneficios del parto vertical lleguen a las mujeres de todos los sectores a través de una política de género que humanice el parto de manera integral y en consonancia con los derechos de las mujeres.
Como en muchos otros temas de la problemática femenina, los símbolos y creencias religiosas pueden jugar a favor o en contra. Tener un dios masculino que crea sólo con la palabra y saca a la mujer de la costilla de Adán, por ejemplo, cuando en el mundo natural ninguna mujer nace de un varón y ninguna hembra (o varón) de un macho, es un modelo simbólico muy distinto a tener primigenias diosas que crean con sus cuerpos desplegados, dinámicos y concientes; accionando durante el propio parto y sobre la creación que están llevando a cabo.
La influencia del modelo religioso cristiano puede verse en la práctica del parto horizontal donde el médico aparece como creador. Es él quien “saca el bebé del cuerpo de la mujer", el que "lo trae al mundo". El médico controla y dirige el parto mientras que la parturienta es una participante pasiva y asustada que sólo puede mirar al techo de la sala de partos y acatar órdenes sin demasiada conciencia de lo que sucede en su cuerpo ni lo que otros hacen con él.
En posición horizontal la mujer no ve nacer a su hijo o hija, el médico sí. La parturienta asume una posición incómoda, limitada y dolorosa para que el médico se mueva cómoda y libremente.
Por otra parte, haber pasado de aquellas diosas creadoras con cuerpos desnudos y activos a la figura de María como modelo femenino ejemplar, ha tenido consecuencias directas sobre la experiencia del parto como así también sobre el cuerpo, la sexualidad, la anticoncepción y la conciencia autónoma de las mujeres.
A María nunca se la representó pariendo y pocas veces embarazada o dando de mamar. "La Madonna del Parto" de Piero della Francesca (1460) es uno de los pocos frescos donde la Virgen aparece con un prominente vientre de nueve meses, parada y con un vestido medieval color verde mientras dos ángeles abren las cortinas de la cueva-tienda para dejar a la vista a la que va a parir (4).
Muchas veces se ha comparado la vida de Buda con la de Jesús. Sin embargo, el parto de María ha sido ocultado, reforzando la pasividad e ignorancia de las mujeres occidentales sobre el cuerpo y la sexualidad femenina. O bien ridiculizado, como cuando las monjas de mi escuela primaria nos decían que Jesús había nacido de la rodilla derecha de María y que ella no había sentido nada. De la misma manera las madres tuvieron que mentir a sus hijas sobre el proceso natural del parto con aquello de "salir de un repollo" o “venir de Paris”.
Aún en las películas, María suele aparecer pariendo acostada convenientemente tapada, cosa que ninguna mujer de su época haría, más aún si iba a tener que asistirse a sí misma, ya que los relatos bíblicos no mencionan partera alguna. Entonces su posición habría sido permanecer sentada o en cuclillas, pariendo sobre unas mantas. Además, el arte cristiano persiste en presentar a María con un cuerpo femenino preadolescente, sin pechos desarrollados y sin curvas, pronunciadamente delgado. Hasta hubo épocas, como la colonial en América Latina, en la que la iglesia católica prohibió a los artesanos modelar el cuerpo de la madre de Jesús exceptuando el rostro y las manos montadas sobre un soporte, oculto debajo de los amplios vestidos de la Virgen.
El mandato aceptado por María de "hágase en mí según su voluntad", es decir la del dios masculino, ha sido otro elemento simbólico para subordinar el cuerpo y la conciencia de la mujer durante el parto horizontal al poder del médico patriarcal.
Para las mujeres de culturas precristianas, parir verticalmente asistidas por parteras experimentadas y acompañadas por parientas que ya han pasado por esa experiencia iniciática, era un importante ritual femenino que expresaba la dignidad y el poder de la mujer dentro de la comunidad. Y allí estaban las diosas y las Pachamamas para guiar a las mujeres con actitudes y posturas que liberaban las energías del cuerpo y del alma en el momento de parir y en otras situaciones.
Los movimientos y contorsiones de la que está dando a luz en posición vertical dieron origen a muchas danzas del vientre y, el lugar del parto a un espacio sagrado, cálido y protegido que los templos reprodujeron con capillas, arcos y formas vaginales y uterinas. Los gemidos y gritos de la parturienta, sus instintos liberados, sus sensaciones orgásmicas y la técnica de parto vertical en sí misma servían de instrucción para las novatas que eventualmente presenciaban el parto. Y en un caso de emergencia podían parir solas.
Indígenas latinoamericanas suelen hacerlo, dando a luz en cuclillas sobre la tierra depositando al bebé con su vagina sobre una manta o un colchón de hojas y recibiéndolo con sus propias manos. En medios urbanos esto también suele suceder cuando una joven da a luz sobre el piso del baño siendo ella misma, partera y parturienta.¿Por qué en nuestra sociedad las mujeres no presenciamos el parto de otras mujeres y sólo comenzamos a tener una vaga idea cuando ya estamos en la camilla de parto horizontal sin poder ver y decidir? Ver anticipadamente la práctica del parto horizontal -y del vertical- brindaría a las mujeres una mayor conciencia sobre lo que ocurre con sus cuerpos y sobre cuáles son las posibilidades para parir de otra manera más satisfactoria.
Imagino que la corporación médica, tarde o temprano, tendrá que asumir su propio "complejo de útero" y dejar de proyectarlo como sombra sobre las parturientas, oscureciendo sus conciencias, cuerpos, instintos, biología e intuición. Si ellos no están dispuestos a arrodillarse -casi reverencialmente- ante la mujer que está dando a luz, a escuchar sus gritos, a esperar mientras ella camina y deambula, sin ser rasurada ni tajeada, será muy conveniente que se corran a un costado y dejen a médicas/os, obstetras y parteras que sí están dispuestos a una nueva, y ancestral, cultura del parto donde la parturienta pueda reencontrarse con su cuerpo y con su poder creador, posicionándose como la protagonista del mismo.
La mayoría de las mujeres aceptan el parto horizontal-patriarcal porque no conocen otra cosa que hospitalizarse como enfermas. Modificar esta situación no sólo corresponde al Estado, las facultades de medicina y a la práctica médica sino a las mismas mujeres que tendremos que cambiar física y mentalmente las actitudes hacia el parto.* escritora y periodista, experta en tradiciones de las diosas
1.Las figuras de diosas y mujeres pariendo que se mencionan en la nota, se pueden encontrar en el libro La Diosa, de Adele Getty, Editorial Debate, con excepción de la figura de Pachamama en "Argentina Indígena" de Ibarra Grasso, ed. Tea.
2. Historia de las Grandes Civilizaciones, Tomo II. Viscontea.
3. Diario Página 12, 17-10-03
4. La Diosa, de Adele Getty

miércoles, 16 de julio de 2008

Video Parto sin intervencion

Aparentemente es un parto hospitalario, pero muy respetado. La sensación es que la mujer se está mirando en algun espejo. Lo unico que me llamó mucho la atención es que esté en posición de cúbito supino para parir, pero excepto eso, me pareció un video maravilloso.
Ojalá yo pueda tener un parto así de tranquilo y gozoso.

martes, 15 de julio de 2008

Lo que logra el sistema: una obstetra castigada por promover el parto humanizado

Clickeando en el título de esta entrada accederán a una pagina donde se cuenta la historia de Celsa Bruenner, una medica obstetra de Córdoba, conocida en esa ciudad por promover el parto natural y fisiologico, respetando el proceso del parto, no haciendo episiotomías, favoreciendo el parto vaginal aún después de una cesárea previa, no haciendo inducciones, dejando que la mujer pariera en cuclillas. Esta profesional ha sido "castigada" nada menos que por cumplir con la Ley 25.929 de Parto Respetado, cuando luego de citarla en reiteradas oportunidades para cuestionarle su forma de actuar, simplemente le mandaron una nota donde se le informaba que la derivaban a efectuar trabajo de tipo administrativo, lejos de las salas de parto donde podía promover otra forma de nacer.
En esta pagina podrán encontrar un modelo de carta para enviar al Ministro de Salud de la Provincia de Cordoba, pidiendo la inmediata reincorporación de la Dra. Bruenner a sus tareas habituales de obstetra, trayendo niños al mundo, y no detrás de un escritorio tapada de papeles.

sábado, 12 de julio de 2008

Matrix, software libre y... crianza natural

Por J. Ramón Palacios

¿Qué relación hay entre Matrix, el software libre y la crianza natural?
El argumento de la película “The Matrix” ha sido utilizado a menudo para interpretar diversas situaciones del mundo real. Los ámbitos en los que más claramente he visto que se haya recurrido a esta película han sido, curiosamente, el software libre (SL) y la crianza natural (CN).
Creo que realmente sí que hay cierto paralelismo entre el software y la crianza, lo que vendría a corroborar lo acertado de buscar en Matrix un esquema para explicar ambos.
Pero, sin embargo, no me he encontrado en ningún sitio una conexión directa entre SL y CN.
La pastilla roja
Hace unos años se publicó un libro titulado La pastilla roja. En él se utiliza la elección que a Neo se le ofrece en la película “The Matrix” como esquema para explicar la situación del software: la pastilla azul del software propietario y la pastilla roja del software libre. En palabras de Juantomás:
“Alfredo, esto del Software Libre es como lo de las pastillas de la película The Matrix. Tienes una pastilla roja y una azul. La azul es la que te venden todos los días las empresas de software actual sobre las maraviilas que la tecnología ofrece. Te inundan con propaganda sobre las bondades de este sistema operativo y la cantidad de cosas que puedes hacer con él. Producen aplicaciones continuamente para que tengamos la ilusión de una constanteinnovación, cuando realmente no se produce. El conocimiento es únicamente de ellos, bajo este modelo sólo las empresas de software propietario tienen acceso al conocimiento, las cosas que ellos quieren que se hagan, no las que más te convengan a tí. Pero, por otra parte tienes la pastiila roja, la del conocimiento. Es la pastilla que te permite usar la tecnología en tu beneficio. El conocimiento está al alcance de todos y no solamente de las grandes empresas de software”.
Sal de Matrix
Por otro lado, en el foro de crianza natural es bastante habitual encontrar citada la película “The Matrix” y usan a menudo la expresión sal de Matrix :
Hace tan solo unos meses yo vivía en Matrix: confiaba en los profesionales de la salud y en mi civilización. Es verdad que a veces por algún fallo del software notaba cosas raras como contradicciones entre pediatras acerca de la lactancia, etc. A veces me sentía un poco rara haciendo cosas que “no debía” con mi hijo, como dormir con él por mi propia comodidad. Menos mal, pensaba, que trabajaba y así los niños comían con las abuelas que eran capaces de meterles todo el plato de verduras, cosa que yo era incapaz porque algo en mi interior decía que me iba a quedar sin leche: otro fallo del software.
¿Son realmente apropiados estos paralelismos?. Voy a ir un paso más allá y voy a relacionar directamente ciertos aspectos del software y de la crianza, fuera del esquema Matrix.
Alternativas
Todo el mundo suele considerar diversas alternativas en cualquier tema… salvo en el software y la crianza. En el software se ha llegado prácticamente ha establecer una igualdad entre software y Microsoft. En el mundo de la crianza de los niños… las cosas son como son, sin que puedas hacer nada fuera del guión. Todo lo demás (linux, lactancia materna, firefox, colecho, etc) son… eso: alternativas. Cosas de hippies.
A este respecto, es muy similar el sentimiento de “comunidad” que se tiene en estos dos ámbitos: tanto los partidarios del software libre como de la lactancia materna (por extensión, la crianza natural, aunque menos) se organizan en comunidades o asociaciones para ayudarse y apoyarse mutuamente.
La gente con intereses comunes en los más diversos temas se junta en asociaciones, pero creo que en estos dos casos se comparten aspectos que no se presentan en otros tipos de asociación: carácter voluntario, apoyo mutuo (en un aspecto práctico), gran extensión (mundial) y fuerte sentimiento de pertenencia.
Desde fuera (o desde dentro de Matrix, según se mire) se ven como sectas tanto a los defensores del SL como a los defensores de la CN. La incomprensión y la incomunicación por parte de alguien de fuera respecto a alguien partidario del SL o de la CN es muy fuerte.
Expectativas
Alguien dijo que “Si algo ha conseguido Microsoft es rebajar las expectativas de los usuarios”. A fuerza de años de cuelgues, virus, desfragmentaciones, reinstalaciones, etc, todo el mundo espera que la informática falle. Lejos de que ahora los usuarios sufran en mayor o menor medida semejantes desastres, la cuestión es que nadie se sorprende cuando ocurre. La informática es así de jodida.
En la crianza (parto, lactancia, primeros años), la expectativa generalizada es similarmente… nefasta: parto “maravillosamente tecnológico” (como la pastilla azul del software, adaptándose la usuaria al sistema, no al revés), que las mujeres no tengan leche, no dormir por las noches y tratar de meter en vereda al crio todo el día (como si de un virus informático se tratase).
El “ordenador” debe de ser el aparato creado por el hombre con más fallos por hora de funcionamiento, y las glándulas mamarias de las hembras humanas deben de ser los órganos creados por la naturaleza que peor funcionan.
(Según un estudio hecho en el norte de España, “La causa identificada con más frecuencia para abandonar la LM o para no iniciarla es la hipogalactia (40,2%)”. ¿No sería realmente raro que el 40% de los pulmones, corazones, o cualquier otro órgano humano no funcionase como debiera?)
Lo normal es que un ordenador falle. Lo normal es que una madre no tenga leche.
Lo normal es sufrir virus, spam, cuelgues, etc, en un ordenador. Lo normal es sufrir noches sin dormir, dolor al amamantar, virus, rabietas, etc.
Sin manual de instrucciones
A partir del programa de televisión “Supernanny”, se puso a la venta un libro cuya portada reza “Los niños vienen sin manual de instrucciones”. Vaya, el típico código sin documentar. O dicho de otra forma, es cómo si de los niños sólo te diesen el binario
Esta misma idea de las instrucciones o documentación se usa en otro famoso libro, el inefable “Duermete niño”:
Cuando compramos un electrodoméstico, pongamos por caso, un simple exprimidor de naranjas, un amable dependiente nos explica cómo usarlo y, por si no bastara, nos entrega un manual de instrucciones para solucionar cualquier duda que se nos plantee…
Sustituyase “electrodoméstico” por software y se verá que lo que pasa es que los niños son como esos programas piratas bajados de internet, sin clave y sin documentación. Hay que buscar el “crack” y alguna pista de como coño se usan.
Pero no preocuparse: no faltará quien nos venda libros con las instrucciones precisas. Todo el mundo pirateando software o no leyendo a los niños, y el “Duermete niño” y el último libro para aprender Güord en 15 días… en la cima de las listas de best sellers.
Hay otro software; hay otro modo de entender a los niños. El software libre, aún sin documentar, viene con instrucciones, puesto que en último término el propio código es la documentación. Es curiosa la similitud con esta frase del recomendabilísimo libro de Rosa Jové, “Dormir sin lágrimas”:
Algunos padres aún creen que los bebés nacen sin instrucciones. ¡Mentira!. ¡Ellos son las instrucciones!. Sígalas al pie de la letra.
Respeto
Quien no ha leido antes sobre “crianza natural” se puede preguntar qué es eso. Si vamos a la definición que se da en ¿Qué es Crianza Natural? vemos que una de las palabras más repetidas es “respeto”. Respeto hacia los crios… y de los crios a los padres. Respeto mutuo. Respeto a la forma de educar de los padres. En los foros también es uno de los conceptos más repetidos.
Si buscamos información sobre “software libre”, pronto empezaremos a leer textos en dónde se repite la palabra respeto... hacia las licencias de software y, por extensión, hacia los programadores y usuarios. Varias veces he visto planteado el problema educacional que representa pretender inculcar a los crios el respeto a los padres, a los demás, a las normas… menos a las licencias de software.
Precio
El software libre no es (no tiene porque ser) gratis, y cuestiones como la lactancia materna… tampoco. ¡¡Con lo que cuesta mantener a la madre!!
Pero el dinero es un elemento que indudablemente está muy presente en estos dos temas de forma relevante. No hay más que ver el precio del software propietario y de la leche artificial.
En el tema del software; (supuestos) expertos, informes, campañas y publicidad nada imparciales, pagados con mucho dinero, empujan a elegir la pastilla azul o evitar el considerar siquiera la pastilla roja como opción.
En la lactancia, la presión publicitaria de la leche artificial se hizo tan fuerte, que hubo que regularla para evitar sus perniciosos efectos sobre la voluntad de las madres en dar lo mejor para sus hijos, y aún hoy sigue habiendo sospechas fundamentadas de que los consejos de los profesionales pedíatricos están influenciadas por el poder económico de las grandes multinacionales de la alimentación infantil (ver el caso del Congreso de Pediatría en Granada ).
Crianza natural: hackeando niños
Eric S. Raymond incluye en la famosa biblia ‘hacker’ ‘Jargon File’, la siguiente definición de hacker:
“Alguien que disfruta explorando los sistemas y programas y sabe cómo sacarles el máximo provecho, al contrario que la mayoría de los usuarios que prefieren conocer sólo lo imprescindible”.
Un niño: el sistema más complejo y con más posibilidades que ningún ingeniero informático pudiera imaginar. Hay quien se conforma con las recomendaciones típicas y quien explora el sistema hasta sus últimas consecuencias.
Creo que con todos estos paralelismos no debería sorprender ver a un informático defensor del software libre… metido a padre defensor de la crianza natural. Disfruto de la informática y disfruto de mi hija. Ninguna de las dos cosas me supone la pesadilla que a veces parece que tiene que ser; gracias al software libre y la crianza natural.
Me pregunto cuanta gente ha salido del “matrix de crianza” pero sigue en el “matrix informático”... y al revés. Hay otros mundos, pero están en este, y nunca debemos despreciar la posibilidad de que en uno de ellos estemos aún en Matrix.

martes, 8 de julio de 2008

Mas sobre las cuclillas


Siete ventajas de sentarse en cuclillas
  • Hace la eliminación más rápida, más fácil y más completa. Esto ayuda a prevenir el "estancamiento fecal", factor central en el cáncer de colon, la apendicitis y la inflamación intestinal.
  • Protege los nervios que controlan la próstata, la vejiga y el útero, evitando que se restiren y se dañen.
  • Sella con seguridad la válvula ileocecal, entre el colon y el intestino delgado. En la postura sentada convencional, esta válvula carece de soporte y muchas veces gotea durante la evacuación, contaminando el intestino delgado.
  • Relaja el músculo puborrectal normalmente cierra el recto para mantener la continencia.
  • Usa los muslos para soportar el colon e impedir tensiones.
  • Es un muy eficaz tratamiento no invasivo para las hemorroides, según indican publicaciones clínicas de investigación.
  • En las mujeres embarazadas, estar en cuclillas evita la presión sobre el útero cuando van al baño. Estar en cuclillas diariamente ayuda a preparar a la futura madre para un parto más natural.

Embarazo y parto

  • Previene las hemorroides que afectan hasta al 50% de las mujeres embarazadas
  • Evita la acumulación de toxinas en el colon, lo cual da al embrión un entorno más limpio y sano.
  • Desarrolla la flexibilidad necesaria para dar a luz en la postura más ventajosa y natural.
  • Ponerse en cuclillas abre por completo el canal de parto, maximiza el poder de los músculos abdominales y ayuda a proteger el piso pélvico de lesiones.


Esta postura de Yoga se llama "preparación para malásana". Prepara la flexibilidad para el parto natural (y para la eliminación). Resulta más fácil con la espalda contra la pared.


Un estudio publicado en 1969 en la revista Journal of Obstetrics and Gynaecology of the British Commonwealth encontró que la postura en cuclillas aumenta el área disponible en el canal de parto entre 20 y 30%. El inodoro de asiento hizo a las mujeres incapaces de mantenerse prolongadamente en cuclillas, lo cual promovería un trabajo de parto más cómodo y mejor, y también reduciría las pesimas intervenciones médicas en forma de fórceps, extractores de vacío, anestesia epidural y episiotomías.

La forma más drástica de intervención médica es la cesárea. En 2005, el 30.2% de los nacimientos en Estados Unidos fueron por cesárea. Esta alarmante estadística indica que las mujeres están perdiendo la capacidad de dar a luz en forma natural, sumado al mal manejo de la medicina tradicional.

Las posturas convencionales para el alumbramiento —recostada y semisentada— cierran el canal de parto entre un 20 y un 30%. El recién nacido es usado como “cuña” para forzar la apertura del canal de parto. Los obstetras, que desconocen lo que causa la obstrucción, recurren a drogas y complejos aparatos para "extraer" el feto. Esos procedimientos burdos y forzados aumentan el riesgo de lesiones para la madre y el recién nacido.

En casi todos los hospitales se prohíbe el uso de la postura en cuclillas, por lo que las mujeres deben recurrir a la maniobra Valsalva. Aguantan la respiración y empujan con toda su fuerza, sin saber que el canal de parto está parcialmente cerrado, y esta maniobra ejerce una enorme presión sobre el piso pélvico.

Un resultado usual es el daño al nervio pudendo, que conecta la pelvis con la espina dorsal. Los daños al nervio pueden llevar a incontinencia de vejiga y desequilibrios hormonales, debido a la ruptura en la comunicación entre el cerebro y la pelvis. La depresión posparto es un síntoma de desequilibrio hormonal.

Dar a luz en la postura en cuclillas no requiere la maniobra Valsalva. Además de abrir por completo el canal de parto, la postura comprime en forma natural la cavidad abdominal para empujar al recién nacido sin ejercer presión o contener la respiración.

La postura completa en cuclillas también minimiza el riesgo de hernias pélvicas, muchas veces causadas por los esfuerzos durante el parto, pues la vejiga, el útero o los intestinos pueden ser desalojados de su lugar y empujados hacia la vagina. Estas hernias son extremadamente comunes en el mundo occidental, pero en el mundo subdesarrollado, donde se emplea la postura en cuclillas, las mujeres se mantienen "relativamente inafectadas por problemas del piso pélvico".

Los seres humanos deberían dar a la luz con la misma facilidad que los demás animales, y así sucede con más de dos terceras partes de las mujeres en el mundo, que emplean la misma postura que han empleado toda su vida para las funciones corporales.

Al redescubrir cómo es que el cuerpo fue diseñado para funcionar, las mujeres pueden en gran medida reducir el estrés del embarazo y el parto. Dar a luz nunca ha sido carente de esfuerzo, pero puede ser una experiencia mucho más segura, sencilla y feliz.

Nature´s Platform - 2004

domingo, 6 de julio de 2008

Lactancia Materna: un buen comienzo

La lactancia materna es la forma natural de alimentar a infantes y niños. La leche humana está específicamente producida para infantes humanos. Las fórmulas hechas de leche de vaca o soja (la mayoría de las fórmulas), son sólo superficialmente similares a la leche humana, y la publicidad que expresa lo contrario es engañosa. No existen razones para que la lactancia no sea fácil y sin problemas para la mayoría de las madres. Un buen comienzo asegura que la lactancia sea una experiencia feliz tanto para la madre como para el bebé.
La gran mayoría de las madres están perfectamente capacitadas para amamantar a sus bebés exclusivamente durante cuatro a seis meses. De hecho, se produce más leche que la suficiente. Desafortunadamente, las rutinas hospitalarias no actualizadas basadas en la nutrición artificial predominan todavía en muchas instituciones materno-infantiles y hacen la lactancia dificultosa, aún hasta imposible, para algunas madres y bebés. Para facilitar la lactancia es crucial lograr un buen comienzo desde los primeros días. Sin embargo, aún con comienzos dificultosos muchas madres y sus bebés, con práctica, tienen éxito.
El secreto de la lactancia está en acomodar la boca del bebé correctamente en el pezón. Un bebé que se prende bien al pezón, obtiene leche sin problemas. Un bebé que se prende mal, tiene dificultades para obtener la leche, especialmente si el suministro es bajo. Una prendida defectuosa es como darle al bebé un biberón con la mamila con un agujero muy pequeño. El biberón está lleno de leche, pero el bebé no obtendrá mucho. Cuando el bebé no está bien colocado al pecho, puede causarle dolor en el pezón a la madre. Y si el bebé no obtiene suficiente leche, permanecerá generalmente en el pecho por períodos largos, agravando así el dolor. Desafortunadamente, cualquiera puede decir que el bebé está mamando bien, aunque no lo esté. Mucha gente debería saber mejor, pero no saben lo que significa mamar bien. A continuación le sugerimos maneras de facilitar la lactancia:

1. Poner el bebé al pecho inmediatamente después del nacimiento.


La gran mayoría de los recién nacidos pueden prenderse al pecho pocos minutos después del nacimiento. Tanto es así, que la investigación demuestra que dada la oportunidad, bebés de sólo minutos de vida van desde el abdomen de la madre hasta el pecho y comienzan a mamar por sí mismos. Este proceso puede tomar una hora o más, sin embargo, se debe dar este tiempo a la madre y al bebé para que comiencen a conocerse. Los bebés que "se prenden al pecho por sí mismos" presentan menos problemas de lactancia. Este proceso no requiere ningún esfuerzo de parte de la madre y la excusa de que la madre está cansada por el esfuerzo del parto no es suficiente excusa. Además, los estudios demuestran que el contacto piel con piel entre la madre y el bebé, mantiene al bebé a igual temperatura que una incubadora.

2. La madre y el bebé deben estar en la misma habitación.

No hay absolutamente ninguna razón para separar a las madres de sus bebés cuando ambos están sanos, ni siquiera por períodos cortos. Las instituciones de salud que tienen la rutina de separar a las madres de sus bebés después del nacimiento están totalmente desactualizadas, y las razones para la separación demuestra a los padres quién tiene el control (el hospital) y quién no (los padres). A veces se dan razones falsas para la separación. Como por ejemplo que el bebé haya eliminado meconio antes de nacer. El bebé que eliminó meconio y está bien unos minutos después de nacer va a seguir estando bien y no necesita ser puesto en una incubadora por varias horas para "observación".
No hay evidencia de que las madres a las que se las separa de su hijo estén más descansadas. Por el contrario, están más descansadas y con menos estrés cuando están con sus bebés. Las madres y sus bebés aprenden a dormir al mismo ritmo. Por lo tanto, cuando el bebé despierta para alimentarse, la madre también despierta naturalmente. Esto no le causa a la madre tanto cansancio como el que la despiertan de un sueño profundo para alimentar a su bebé que está en otra habitación.
El bebé muestra que está listo para alimentarse mucho antes de empezar a llorar. Por ejemplo, cambia su ritmo respiratorio o comienza a desperezarse. La madre, que duerme en forma ligera, se despierta y su leche comienza a fluir, el bebé tranquilo, comienza a alimentarse. El bebé que ha estado llorando antes de ponerlo al pecho puede rehusarse a agarrarlo aún cuando tenga mucha hambre. Se debe alentar a las madres y sus hijos a dormir lado a lado mientras están en el hospital. Esta es la mejor forma para que las madres descansen y los bebés se alimenten. La lactancia debe ser un proceso relajante y no extenuante.

3. No se le debe dar mamilas al bebé.


Existe controversia sobre la existencia de la "confusión mamila-pezón". El bebé va a adoptar siempre el método que le ofrezca mayor flujo y rechazará otros con flujo menor. Por lo tanto, si en los primeros días, cuando la madre produce poquita leche (como es natural) se le da al bebé un biberón (¿es natural?) que le proporciona un flujo rápido, no es necesario ser sabio para saber cuál va a preferir. Sin embargo, muchos profesionales de la salud, que se supone que la están ayudando, parecen no saber cómo tratar este tema. La confusión mamila-pezón no sólo incluye el hecho de que el bebé rechaza el pecho, sino también el no agarrarse correctamente y no recibir la leche necesaria, además del dolor en los pezones de la madre.
El hecho de que el bebé tome "los dos" (pecho y biberón) no significa que el biberón no sea una influencia negativa ¿por qué usar el biberón?.

4. No hay restricción sobre duración o frecuencia de la alimentación.

Un bebé que se alimenta bien no va a estar en el pecho durante horas. Pero si lo hace, normalmente es porque no está bien colocado y no succiona la leche que está disponible. Busque ayuda para corregir la lactancia posición y prendida de su bebé, use el método de compresión para que el bebé reciba más leche. Esto es lo que la ayudará, no el chupete, no el biberón, no llevar el niño al cunero
.
5. No se necesitan suplementos de agua, agua azucarada o fórmula.

La mayoría de los suplementos se podrían suprimir si se logra que el bebé se agarre bien al pecho y succione la leche disponible. Si le dicen que necesita suplemento sin que la observen amamantar, busque ayuda entre quienes sepan qué hacer. Son muy pocas las razones para prescribir suplementación, normalmente los suplementos son sugeridos para conveniencia del personal del hospital. Si se requiere suplemento deberá darse con la sonda de lactancia, al pecho, no en taza, alimentación con dedo, jeringa, ni biberón. El mejor suplemento es su propio calostro.

6. Colocar al bebé correctamente al pecho es esencial para el éxito.

Esta es la clave de una lactancia exitosa. Desafortunadamente, muchas madres tienen una "ayuda" inadecuada, de quienes no entienden cómo es la lactancia correcta. Si le dicen que su bebé de dos días está mamando bien a pesar de que tiene dolor en los pezones, dude, y recurra a alguien que sepa.
Antes de dejar el hospital usted debería saber que su bebé se está amamantando de forma correcta, que su bebé está recibiendo la leche, y que usted sabe cómo su bebé obtiene la leche. (patrón de succión tipo abre-pausa-cierra y repite). Si usted y su bebé dejan el hospital sin saber esto, busque ayuda con un experto en lactancia materna lo antes posible.

7. Las muestras gratis de fórmula y los folletos de los fabricantes de fórmula no son obsequios.

Sólo hay un objetivo para estos "obsequios" y es que usted utilice la fórmula. Es una comercialización muy efectiva pero poco ética. Si un profesional de la salud le da alguna muestra, usted debería preguntarse sobre su conocimiento sobre la lactancia y su compromiso hacia ella. "¡Pero necesito fórmula porque el bebé no se satisface!". Puede ser, pero es más factible que lo que suceda es que no le hayan dado la ayuda apropiada y que el bebé simplemente no obtenga la leche que usted tiene. Incluso si usted necesitara fórmula, nadie debería sugerirle una marca en particular ni darle muestras gratis. Consiga buena ayuda. Las muestras de fórmula no son ayuda.
En ciertas circunstancias, es imposible comenzar la lactancia en forma temprana. Sin embargo, la mayoría de las razones médicas (medicación materna, por ej.) no son razones valederas para detener o retrasar la lactancia, y usted está siendo mal informada. Consiga buena ayuda. Los bebés prematuros pueden comenzar a lactar mucho, mucho antes de lo que realmente lo hacen en muchos centros de salud. De hecho, hay estudios que ahora son casi definitivos, que demuestran que es más fácil para un bebé prematuro mamar del pecho que tomar el biberón. Desafortunadamente, muchos profesionales de la salud que tratan bebés prematuros parecieran no estar al tanto de esto.

Documento # 1 Lactancia - un buen comienzo. Revisado en Enero 2000
Escrito por Jack Newman, MD, FRCPC
Traducido por Sandra D’Angelo

El Dr. Jack Newman es un pediatra canadiense de reconocida autoridad en temas de lactancia materna. Para ayudar a las mamás que atienden sus bebés en su clínica de Toronto, Canadá, ha elaborado folletos sobre distintos temas relacionados con la lactancia materna. El Dr. Newman provee su material en forma libre y gratuita y son varios los sitios en la Web que cuentan con sus artículos en inglés.


Puede Copiarse y Distribuirse Libremente

viernes, 4 de julio de 2008

Ponernos en cuclillas

Hace dos semanas empecé el Abordaje Corporal Emotivo. Se trata de una técnica de preparación al parto creada por mi partera, Raquel Schallman. Para explicarlo con sus propias palabras:

El abordaje corporal emotivo parte de los siguientes fundamentos:
- El cerebro más primitivo e instintivo es el que rige el desarrollo del parto y es inabordable desde la palabra. Sólo lo es a través de las emociones, sentimientos, sensaciones, que son generadas desde la vivencia corporal.

- Las embarazadas necesitan conectarse con su cuerpo desde el lugar de mayor placer, reconocer sus deseos profundos y potencialidades.

- El abordaje corporal-emotivo apunta al cuerpo orgánico, a la historia emocional, lo vincular y el entorno. Lo situacional y familiar. Permite pre-vivenciar aspectos del parto para que, cuando éste llegue, todo resulte más conocido y fluido.

(http://www.partolibre.com.ar/CursoACE.htm)

La primer clase me sentí un poco rara, no terminé de relajarme, era "sapo de otro pozo". La música etnica, el resto de las chicas del grupo que se deslizaban graciosamente por todo el salón, y yo que no podía dejarme fluir...

Sin embargo la clase pasada fue maravillosa. Pude relajarme, pude sentir mi cuerpo, cada uno de mis musculos, pensar en mi beba creciendo en mi panza. Pude bailar al son de unos merengues de Juan Luis Guerra, y pude sentirme un poco más yo, sin estar tan pendiente de lo que hacían las demás.

Y nos pusimos en cuclillas. Esa posición ancestral, esa posición natural para parir, esa posición olvidada en este mundo occidental. Me costó un poco, pero pude lograrlo. A medida que me movía al ritmo de la música, a medida que intentaba una y otra vez esta posición, sentía que mi cuerpo se abría, que despúes de todo no era tan dificil mantener el equilibrio. Raquel nos contaba como los niños pequeños pueden ponerse en cuclillas apoyando completamente la planta de los pies con total facilidad, como esta es una posición que en el mundo occidental, cuando nos enseñan a ponernos en cluclillas en posición de jugador de futbol (en puntas de pie), vamos olvidando de a poco.

Así que cuando llegué a casa decidí hacer la prueba. Jugando con Joaqui, lo invité a ponerse en cuclillas. Inmediatamente, el enano se puso con la planta de los pies completamente apoyadas en el piso, sin el menor esfuerzo, en perfecto equilibrio.
Y no pude dejar de preguntarme, tal como la sociedad nos obliga a olvidarnos de algo tan sencillo como una posición para agacharse, cuantas otras cosas, tanto más importantes, vamos olvidando a medida que vamos creciendo: nos obligan a olvidarnos el placer de dormir con nuestros hijos, nos olvidamos de lo pequeños que son y de cuanto nos necesitan, y nos enseñan a dejarlos llorar por las noches para que se acostumbren a ser independientes; nos enseñan a poner penitencias para que aprendan los límites, a negarles cosas que podemos ofrecerles para que aprendan que la vida está llena de frustraciones; nos olvidamos de sentar nuestra cola en el piso para jugar con ellos para, en su lugar, atender a nuestras variadas obligaciones, dejandolos cada vez más tiempo en la guardería; nos olvidamos de escucharlos y de mirarlos, porque siempre hay algo más importante que hacer; elegimos el colegio en base a la mayor carga horaria, para que salgan preparados para el futuro, sin darnos cuenta que la mejor preparación para su futuro es criar hijos que sean empaticos y libres, y eso no se logra con más horas de ingles o computación; nos olvidamos de amamantarlos, porque es más facil y rapido darles una mamadera, así de paso, el padre puede implicarse más en la crianza de nuestro hijo; nos olvidamos del poder femenino de nuestros cuerpos para traer hijos al mundo, delegando ese poder en los médicos...
Estoy intentado, cada vez que tengo que agacharme a hacer algo, de ponerme en cuclillas sintiendo mis plantas firmemente agarradas del piso, como hizo Joaqui. Y cada día me resulta un poco más sencillo.
Y cada día trato de volver un poco más a lo salvaje y ancestral que hay en mí... tal vez así les pueda enseñar a mis hijos, a no olvidarlo nunca.

martes, 1 de julio de 2008

Mujeres que corren con los lobos

Iniciamos nuestra búsqueda de lo salvaje en nuestra infancia o en la edad adulta porque, en medio de algún denodado esfuerzo, intuimos la cercanía de una presencia salvaje y protectora. Quizá descubrimos sus huellas en la nieve reciente de un sueño. O bien observamos en nuestra psique una rama quebrada aquí o allá, unas piedras removidas, con la húmeda parte inferior boca arriba, y comprendimos que algo sagrado había pasado por nuestro camino. Percibimos en lo más hondo de nuestra psique el susurro lejano de un aliento conocido, notamos unos temblores en el suelo y comprendimos que algo poderoso, alguien importante, la salvaje libertad que llevábamos dentro, se había puesto en marcha.

No pudimos apartarnos de todo aquello sino que más bien lo seguimos y, de esta manera, aprendimos a saltar, correr y seguir como una sombra todas las cosas que atravesaban nuestro territorio psíquico. Empezamos a seguir como una sombra a la Mujer Salvaje y, a cambio, ella empezó a seguirnos amorosamente a nosotras. Aullaba y nosotras tratábamos de contestarle, antes incluso de recordar su lenguaje, antes incluso de saber exactamente con quién estábamos hablando. Y ella nos esperaba y nos animaba. Éste es el milagro de la naturaleza salvaje e instintiva. Sin tener pleno conocimiento de lo que ocurría, lo sabíamos. Sin verlo, comprendíamos la existencia de una prodigiosa y amorosa fuerza más allá de los límites del simple ego.

(...)

Las cosas que han perdido las mujeres a lo largo de muchos siglos las pueden volver a recuperar siguiendo las sombras que arrojan. Y ya le puedes poner una vela a la Virgen de Guadalupe, pues los tesoros perdidos y robados siguen arrojando sombras sobre nuestros sueños nocturnos y nuestras ensoñaciones diurnas y también sobre los antiugos cuentos, la poesía y cualquier momento de inspiración. Las mujeres de todo el mundo -tu madre, la mía, tu y yo, tu hermana, tu amiga, nuestras hijas, todas las tribus de mujeres que todavía no conocemos- soñamos con lo que hemos perdido, con lo que surgirá del inconsciente. Todas soñamos lo mismo en todo el mundo. Nunca nos quedamos sin el mapa. Nunca estamos las unas sin las otras. Permanecemos unidas a través de nuestros sueños.

Los sueños son compensatorios, son un espejo del inconsciente profundo en el que se refleja lo que se ha perdido y lo que todavía se tiene que corregir y equilibrar. Por medio de los sueños el inconsciente produce constantemente imágenes que nos enseñan. Por consiguiente, como el legendario continente perdido, la tierra salvaje de los sueños surge de nuestros cuerpos dormidos envuelta en un vapor que se extiende por todas partes y crea una patria protectora por encima de todas nosotras. Éste es el continente de nuestra sabiduría. La tierra de nuestro Yo.

Y eso es lo que soñamos: soñamos con el arquetipo de la Mujer Salvaje, soñamos con la reunión. Y cada día nacemos y renacemos de este sueño y su energía nos ayuda a crear a lo largo de toda la jornada. Nacemos y renacemos noche tras noche de este mismo sueño salvaje y regresamos a la luz del día agarradas a un áspero pelo, con las plantas de los pies ennegrecidas por la húmeda tierra y el cabello oliendo a océano, o a bosque, o a fuego de hoguera.

Desde esta tierra pasamos a vestirnos con la ropa del día, de la vida cotidiana. Abandonamos aquel lugar salvaje para sentarnos delante del ordenador, de la cazuela, de la ventana, del profesor, del libro, del cliente. Arrojamos el aliento de lo salvaje sobre nuestra labor empresarial, las creaciones de nuestro negocio, nuestras decisiones, nuestro arte, la obra de nuestras manos y de nuestros corazones, nuestra política y nuestra espiritualidad, nuestros planes, nuestra vida hogareña, la educación, la industria, los asuntos exteriores, las libertades, los derechos y los deberes. Lo salvaje femenino no sólo se puede sostener en todos los mundos sino que sostiene los mundos.

Reconozcámoslo. Nosotras las mujeres estamos construyendo una madre patria; cada una con su propia parcela de terreno arrancada de los sueñoñs nocturnos o de un día de trabajo. Y extendemos poco a poco esta parcela en círculos cada vez más amplios. Algún día será una tierra ininterrumpida, una tierra resucitada procedente del país de los muertos. El Mundo de la Madre, el mundo materno psíquico, coexistirá con todos los demás mundos en condiciones de igualdad. Y lo estamos creando con nuestras vidas, nuestros gritos, nuestras risas y nuestros huesos. Es un mundo que merece la pena crear y en el que merece la pena vivir, un mundo en el que predomina una honrada y salvaje sensatez.


Extraído de:

Mujeres que corren con los lobos

Clarissa Pinkola Estés

Ediciones B, S.A. 2001

Capítulo 15: La sombra: El canto hondo

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