sábado, 30 de agosto de 2008

El arco iris tiene muchos colores


Da la sensación que podemos coger la luz con nuestras manos cuando está reflejada en la diversidad de colores. Extasiados por la belleza, permanecemos atónitos ante la aparición del arco iris surcando el cielo. Ese reflejo difuso nos trae un instante de inocente felicidad, unos segundos de explosión de magia entre el final de una lluvia y los tenues rayos del sol. Rojos, morados, violetas, azules, verdes, naranjas y dorados coexisten entre sí, porque todos son uno. Y si uno de estos colores faltara, simplemente no habría luz.

Así como es arriba es abajo, dicen los sabios que saben. Si en el cielo la diversidad es moneda corriente, debe ser porque aquí abajo nos necesitamos unos y otros con nuestras diferencias. No sólo el bajo necesita del alto para tomar la manzana del árbol, sino que el alto necesita del bajo para encontrar la piedra preciosa. El delgado necesita del robusto para lanzar la piedra y el robusto necesita del delgado para correr. El niño necesita al adulto para ser cuidado y el adulto necesita al niño para sanar su corazón.

Hay momentos en que algunos nos juntamos con otros parecidos y decidimos que “nosotros” somos los buenos y los normales, también los santos, los saludables, los correctos y los inteligentes. Por lo tanto, determinamos que los “otros” que son también bastante parecidos pero no lo suficiente, obligatoriamente son malos y anormales, pecadores, enfermos, incorrectos y tontos. Desde ya, es posible que ellos opinen sobre nosotros exactamente lo mismo que nosotros opinamos sobre ellos. Pero poco importa, porque de todas maneras no nos interesa lo que piensan ni sienten ni dicen. Nosotros somos nosotros y ellos son ellos, o sea, son diferentes. Y si son diferentes, preferimos alejarnos. Y al alejarnos, serán cada vez más diferentes y más desconocidos y más peligrosos.

La paradoja es que podemos ser buenos en la medida que haya alguien que no sea tan bueno…de lo contrario ¿cómo sabremos que somos buenos? Si no hay pecadores, ¿cómo es posible saber si somos santos? Si no hay mentes brillantes ¿cómo medimos nuestra ignorancia? Y sobre todo, si no hay generosos ¿cómo registramos nuestro egoísmo?

Esa es la sabiduría de la diversidad. Sólo en la diferencia podemos conocernos. Sólo si los demás poseen virtudes diferentes a las propias, podemos comprender qué tenemos y qué nos falta. Por eso ni siquiera se trata de “aceptar” las diferencias. Se trata de comprender que sin las diferencias, no “somos”. Es decir, que para “existir” y tener alguna entidad, necesitamos a aquellos que son diferentes a nosotros. Como el rojo necesita del azul y el violeta necesita del anaranjado. O sea que el acercamiento al “diferente” no es sinónimo de altruismo, sino apenas la capacidad de reconocer una necesidad vital propia. Todos los padres de niños “diferentes” a otros lo saben. Es el niño “supuestamente diferente” quien nos trae conocimiento, nos dice quiénes somos, y nos indica nuestras falencias. Pobres todos nosotros.

Laura Gutman

jueves, 28 de agosto de 2008

Crianza humana en estado natural.

Les recomiendo la lectura de este nuevo artículo de Mireia Long, publicado en la pagina de Bebés y Más.
Felicitaciones, Miri!!! Excelente, como siempre!!

miércoles, 27 de agosto de 2008

Una campaña que provoca




Clickeando en el título de esta entrada podrán acceder a un artículo en inglés sobre la campaña que está realizando Kate Garraway, de 41 años y conductora del programa inglés GMTV, sobre el amamantamiento.


Kate Garraway está usando su popularidad para promover un documental sobre la importancia de alimentar a los bebés con leche materna. Para ello, realizó una sesión de fotos en la que se la ve en una pose que sugiere que estaría amamantando a un ternerito, lo que trajo una gran controversia ya que se calificó a estas fotos como "de mal gusto".


La conductora dijo en su defensa que 'A muchos esto podría parecerles raro, pero en realidad es mucho más raro dar a nuestros bebés leche de vaca de lo que es beber leche de otra mujer.'


Sé que al principio puede sonar chocante, pero para mí, es simple logica: que es más natural, darle leche de nuestra misma especie o de otra especie animal?


En nuestro país, tengo conocimiento de que en la ciudad de La Plata existe un Banco de Leche Humana destinada a bebés prematuros, recién nacidos de bajo peso, recién nacidos con algún tipo de infección, portadores de deficiencias inmunologicas, alérgicos y bebés desnutridos.


Ojalá poco a poco se vayan abriendo más Bancos de Leche Humana en todo nuestro país, para que cada vez más niños puedan acceder al mejor y más completo alimento que nuestra especie ha creado jamás.

sábado, 23 de agosto de 2008

Cuándo y cómo quitar los pañales

Extraído del libro "Besame Mucho", de Carlos Gonzalez - pag. 243

Muchas veces se habla de «aprendizaje del control de esfínteres» y eso deja a los padres vagamente intranquilos. Porqué, aparentemente, un aprendizaje requiere una enseñanza. ¿Quién y cómo ha de enseñar al niño a controlar sus esfínteres, sea eso lo que sea?
Pues no, aprender a no hacerse pipí encima, lo mismo que aprender a caminar, a sentarse o a hablar, son cosas que no requieren estudio ni enseñanza. Existen niños de diez años y también adultos que no saben leer o que no tocan el piano porque nadie les enseñó. Los padres tienen que hacer algo (enseñar a su hijo o buscarle un profesor o una escuela) si quieren que aprenda esa y muchas otras cosas. Pero no hay niños de diez años que no sepan caminar, sentarse o hablar, o que se hagan pipí encima (despiertos). Todos los niños sanos (y buena parte de los enfermos) controlan perfectamente el pipí (de día) y la caca a los cuatro años o bastante antes.
Por lo tanto, la pregunta no es «¿qué tengo que hacer para que mi hijo aprenda a usar el retrete?», pues haga usted lo que haga, tanto si lo hace todo «bien» como si lo hace todo «mal», o incluso aunque no haga nada de nada, su hijo aprenderá.
La pregunta es «¿qué puedo hacer para que mi hijo no sufra mientras aprende a usar el retrete?» Y la respuesta es «más vale que no haga nada». O que haga lo menos posible.
Cuando los padres hacen algo, cuando sientan al niño a ciertas horas en el orinal, cuando le obligan a estar sentado hasta que hace algo, cuando le riñen si se lo hace encima, a la larga el niño aprenderá también a ir al retrete, pero será desgraciado en el proceso (y sus padres también). En casos extremos, es probable que ciertas «enseñanzas» desafortunadas puedan retrasar el aprendizaje o producir en el niño un rechazo a defecar que se convertirá en estreñimiento.
Pero si no le quitamos nunca el pañal, ¿cómo aprenderá? ¿No seguirá llevando pañal toda la vida? Lo dudo. No conozco a nadie que haya hecho la prueba; pero sospecho que, incluso si los padres no tomasen nunca la iniciativa, todos los niños acabarían por arrancarse el pañal ellos mismos. Nadie va con pañal por la calle a los quince años. Pero el caso es que los pañales cuestan dinero y cambiarlos cuesta un esfuerzo, y casi todos los padres hacen, antes o después, un esfuerzo para quitar el pañal a sus hijos.
En principio, eso no debería traer ningún problema. El pañal es algo totalmente artificial, un invento relativamente reciente que no busca la comodidad del niño, sino la de sus padres.
Los niños no necesitan pañal. Muchos padres le quitan a su hijo el pañal en verano y que sea lo que Dios quiera. Incluso antes del año, cuando saben que es imposible que el bebé controle el pipí y la caca de forma voluntaria. Para hacerlo, por supuesto, es conveniente no tener alfombras ni moquetas en casa, y es necesario estar dispuesto a fregar cualquier rincón en cualquier momento, sin el menor reproche. Así se ahorra el niño algunas escoceduras por el calor y los padres mucho dinero en pañales. Al final del verano, si (como era de esperar) el niño se lo sigue haciendo todo encima, se le vuelve a poner el pañal y tan contentos.
En el primer verano después de los dos años, cuando de verdad hay alguna esperanza de cambio, los padres pueden explicarle al niño lo que se espera de él: «Cuando tengas ganas de hacer pipí o caca, avisa. » Pero, por supuesto, no se harán pesados preguntando cada media hora (basta con que lo expliquen una vez en junio o, como mucho, cada quince días), ni lo sentarán en el orinal cuando no lo ha pedido, ni le reñirán o criticarán ni se burlarán de él por los escapes o por las falsas alarmas, ni mostrarán impaciencia. Puede ser útil preguntarle si prefiere usar el retrete, como papá y mamá, o un orinal (y que elija el que más le gusta) o un adaptador para el retrete. Mientras no haya un mínimo control, es prudente ponerle el pañal para salir a la calle.
Algunos niños logran el control en este verano, otros en el siguiente. Algunos, por supuesto, alcanzan la madurez entre medias y piden que se les quite el pañal en invierno («¿Estás seguro?» «Sí. » «Bueno, vamos a hacer la prueba. ») Quitar el pañal, decíamos, no habría de traer ningún problema, pero a veces lo trae. Incluso sin obligarles, sin reñirles, sin ponerse pesado y sin hacer comentarios ofensivos, algunos niños se niegan a que les quiten el pañal. Están tan acostumbrados a llevarlo, que no se imaginan la vida sin él. Explíquele a su hijo que no importa que se haga pipí o caca en cualquier sitio, que no se va a enfadar. Pero si a pesar de todo le pide un pañal, póngaselo sin rechistar.
Al fin y al cabo, la idea no fue suya; fueron sus padres los que decidieron ponerle pañal cuando nació y no es culpa del pobre chico si se ha acostumbrado. Es posible que un niño que al año y medio se dejó quitar el pañal, se niegue a los dos años y medio. No insista, no atosigue, simplemente dígale: «Bueno, cuando quieras que te lo quite, avisa», y ya está.
Algunos niños están contentos de ir sin pañal, pero se sienten incapaces de usar el orinal. Notan que van a hacer algo, avisan, pero no quieren sentarse en ningún sitio. Quieren el pañal. A veces, durante una temporada, hay que ponerles un pañal cada vez que han de hacer pipí o caca. A algunos, que juegan desnudos en la playa, hay que ponerles un pañal para que hagan pipí. No se asombre, no se queje, no se ría. Póngale el pañal sin discutir, que ya falta bien poco. Algunos niños, más tímidos, no se atreven a pedir el pañal, pero tampoco a usar el orinal, e intentan retenerse lo más posible.
Algunos llegan a sufrir estreñimiento. Si observa que su hijo deja de hacer caca cuando le quitan el pañal, pruebe a ponérselo otra vez (incluso si no lo ha pedido).
No es malo volver a usar el pañal después de unos días o meses sin él. No es un paso atrás ni un retroceso, ni le hace ningún daño al niño. A no ser, claro, que él se niegue.
Nos vamos ahora al otro extremo, al del niño que no es capaz de controlarse, pero insiste en que le quiten el pañal o en que no se lo vuelvan a poner si se lo habían quitado en verano.
Como siempre, es importante hablar con el niño y ser respetuoso. Si sólo hay fallos ocasionales, es mejor hacerle caso. Si el control es nulo, tal vez pueda convencerle de que se lo deje poner. Pero si se niega en redondo, si llora para que no le pongan el pañal, si lo vive como un fracaso o una humillación, es mejor también hacerle caso, tal vez intentar llegar a una solución de compromiso («puedes ir sin pañal por casa, pero si salimos a pasear te lo has de poner»). A veces hay que renunciar a salir de casa durante unas semanas para no tener un drama, lo que no deja de ser una lata. Por eso es importante no ponerse pesados con el asunto, no lanzar indirectas y puyas, que nadie le vaya diciendo al pobre niño «qué vergüenza, tan mayor y con pañales», «a ver si aprendes a ir al retrete de una vez», «si te lo vuelves a hacer encima, te tendré que poner pañales como a una niña pequeña» y otras lindezas. Nunca hay que hablar así a un niño, ni en este tema ni en otros.
Todos los niños normales saben controlarse de día, sin necesidad de enseñarles nada. Si su hijo se sigue haciendo caca o pipí encima después de los cuatro años (salvo algún accidente muy de tarde en tarde con el pipí), consulte al pediatra.
Cuando hay problemas, con frecuencia son de origen psicológico (a veces debido precisamente a intentos de «enseñarles» a usar el orinal por las malas y otras veces, manifestación de otros conflictos o de celos). En algunos casos, la defecación involuntaria (encopresis) es consecuencia del estreñimiento: se forma una bola que irrita la mucosa rectal y produce una falsa diarrea. El niño no lo hace a propósito, y las burlas y castigos no harán más que empeorar el problema.
Pero las noches son muy distintas. Aunque muchos niños pueden dormir secos a los tres años, otros muchos se hacen pipí en la cama (enuresis nocturna) hasta la adolescencia o incluso toda la vida. Durante la Primera Guerra Mundial, el 1 por ciento de los reclutas norteamericanos fue declarado no apto para el servicio por enuresis. La enuresis nocturna casi nunca tiene causa orgánica o psicológica, sino que depende de la maduración neurológica y de las características genéticas (va por familias).
Algunos niños consiguen no hacerse pipí en un día especial (por ejemplo, en casa de un amigo), a costa de pasar la noche prácticamente en vela. Por supuesto, no pueden hacerlo muchos días seguidos. Por desgracia, algunos padres no comprenden el enorme esfuerzo que han hecho y se lo echan en cara («en casa de Pablo bien que espabilaste, pero aquí no te preocupas, claro, como estoy yo para lavar sábanas»). Este tipo de comentarios, además de cruel, es falso. Hace poco, una madre comentaba en un foro de Internet que su hija de siete años se hacía pis en la cama. Otra madre le contestaba así:
Yo estuve haciéndome pis hasta los dieciséis años, y peor que me sentía y más acomplejada que nadie... Me tiraba las noches en vela para no mojar la cama, y en cinco minutos que el sueño me rendía, me hacía pis; estaba desde el medio día sin beber nada, era horrible, y seguía haciéndome pis; me levantaba por la noche a lavar mis sábanas para que no se enteraran... No la regañes, no la responsabilices, es una enfermedad, de pronto un día dejé de hacérmelo. Mi hijo mayor se hizo pis hasta los trece años...
Quisiera explicar aquí una anécdota, en homenaje a un gran pediatra japonés, el Dr. Itsuro Yamanouchi, de Okayama. Visité su hospital en 1988, y me fascinó aquel sabio humilde que seguía atendiendo consultas externas de pediatría a pesar de ser director de un gran hospital. Le acompañé una tarde en su consulta, y él me explicaba en inglés lo que ocurría.
—Este niño tiene seis años, y se hace pipí en la cama. Le he explicado a la madre que eso es normal, que no hay que hacer nada, y que yo me hice pipí hasta los siete años.
—¡Qué casualidad! —respondí en mi inglés vacilante—. Yo también me hice pipí hasta los siete años.
El Dr. Yamanouchi se apresuró (para mi sorpresa) a traducir mis palabras, y la madre me miró con más sorpresa aún y se deshizo en reverencias y agradecimientos.
Un rato después, otra madre, mientras escuchaba las palabras del médico, me miró también con asombro y me hizo otra reverencia.
—Este niño de diez años también se hace pipí en la cama.
Le he explicado a la madre que yo me hice pipí hasta los once años, y tú hasta los siete.
—Pero... ¿no me dijo usted que también se había hecho hasta los siete?
—Bueno —sonrió el Dr. Yamanouchi—, yo siempre les digo un año más.

martes, 19 de agosto de 2008

Promueven que las empresas protejan la lactancia materna

Más buenas noticias en lo que a lactancia se refiere!!
Les dejamos una nota publicada en el diario La Nación del día de hoy. Se puede acceder a la nota original clickeando en el título de esta entrada.
Promueven que las empresas protejan la lactancia materna

La norma se aplicaría a los centros de trabajo con 20 o más empleadas en edad fértil
Las madres trabajadoras reivindican su espacio dentro de las empresas. Exigen que los centros de trabajo reserven por ley para las empleadas en período de lactancia una sala donde extraer y guardar en refrigeración la leche. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda mantener al menos dos años el amamantamiento, pero pocas argentinas lo logran, por la dificultad que representa compaginar la vida laboral y familiar.
Para muchas trabajadoras, es una quimera amamantar a sus hijos recién nacidos con los dos descansos de media hora que reconoce la ley vigente.
"En una ciudad del tamaño de Buenos Aires, sólo es posible si se trabaja cerca de la casa o si la dependencia laboral cuenta con guardería", critica la diputada de Pro, Victoria Morales, impulsora de un proyecto de ley que obligaría a las empresas porteñas a destinar una habitación al uso de lactario en sus centros de trabajo con 20 o más empleadas en edad fértil.
Protección universal
Ginecólogos y pediatras llevan años subrayando los innumerables beneficios que la lactancia prolongada -hasta los seis meses de modo exclusivo y hasta los dos años como complemento- representa para la salud del hijo y de la madre.
El riesgo de contraer ciertas enfermedades como asma, alergias o meningitis disminuye por los anticuerpos que la leche materna aporta al bebe, y la salud de madre e hijo se beneficia con mayor protección contra ciertos cánceres.
Hasta ahora, pocas empresas o administraciones han tomado la iniciativa de instalar un lactario en sus sedes.
"Se pide algo tan sencillo como un sillón, una bomba de extracción, una heladera y un lavabo para garantizar la higiene, en un espacio menor que el necesario para estacionar un auto", explica la pediatra María Luisa Ageitos, quien apela a los réditos que obtendrían las empresas para que abandonaran su cicatería: "Las trabajadoras y sus hijos estarán más sanos y, por lo tanto, habrá menos ausentismo por enfermedad".
Por un mecanismo biológico, la madre deja de producir leche si desatiende la extracción en su horario de trabajo, una necesidad sentida cada dos o tres horas.
No disponer de una heladera donde guardar la leche o la falta de privacidad acaba desincentivando a las madres trabajadoras, que acortan el período de lactancia. María Freyche, empleada de Deloitte, de 36 años y madre de dos hijos, ejemplifica estas dificultades. "Con mi primer hijo, sólo mantuve la lactancia durante un año, pero cuando tuve al segundo la empresa había instalado un lactario y lo prolongué hasta casi los dos años."
Amamantamiento ubicuo
Los países desarrollados han comenzado a legislar en favor del derecho a dar de mamar en cualquier lugar. Así lo han hecho algunos estados de EE.UU., país donde ya es posible encontrar lactarios en los hipermercados.
La reivindicación de lactarios en las empresas es una consecuencia de la masiva incorporación de la mujer al mercado de trabajo, pero en los años 70, cuando ese proceso estaba aún en ciernes, Fábrica de Alpargatas S.A., radicada en Buenos Aires, fue pionera en aplicar una política de lactancia para sus más de 1000 empleadas.
La empresa contaba con un jardín de infantes y las madres interrumpían su actividad dos veces por jornada para amamantar a sus bebes.
Jorge Vinacur, hoy vicepresidente de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires, participó en aquel proyecto como médico del centro: "La experiencia fue un éxito. Al no separar a la madre de sus hijos, su satisfacción era mucho mayor; se redujo el absentismo y mejoró la productividad".
Fernando Peinado
Beneficios de la lactancia materna
La leche materna proporciona al bebe las cantidades ideales de proteínas, azúcares, grasa y vitaminas que necesita para desarrollarse. Los bebes amamantados tienen menos riesgo de padecer infecciones (otitis, neumonía, bronquiolitis, meningitis, vómitos y diarrea, entre otras) y de sufrir muerte súbita. La leche materna también puede favorecer el desarrollo cognitivo. A su vez, el amamantamiento ayuda a reducir la hemorragia después del parto. Las madres lactantes queman más calorías, por lo que tienden a recuperar el peso con mayor rapidez. La lactancia podría ayudar a la mujer a reducir el riesgo de cáncer de ovario y de mama y aumenta la fortaleza de los huesos.

sábado, 16 de agosto de 2008

Amamantar a un bebé permite ahorrar unos 3 mil pesos al año

Agregamos un artículo publicado en el día de hoy en el diario Clarín.


A propósito de que este mes se ha celebrado la Semana Mundial de la Lactancia Materna (del 1 al 7 de agosto), y aprovechando las nuevas herramientas de Blogger, hemos agregado también una encuesta sobre lactancia.





Sociedad DATOS DEL PROGRAMA DE LACTANCIA MATERNA BONAERENSE





Amamantar a un bebé permite ahorrar unos 3 mil pesos al año


Por: Graciela Gioberchio















RECOMENDACIÓN. SUGIEREN QUE SE DE SOLO TETA HASTA LOS SEIS MESES.

Los beneficios de la leche materna para el niño son enormes: desde menor riesgo de sufrir infecciones respiratorias, otitis recurrente, muerte súbita, diabetes y obesidad, hasta redunda en una mejor comunicación entre madre e hijo. Pero hay otra ventaja para la familia y es económica. Es que amamantar a un bebé permite ahorrar hasta 3 mil pesos al año.
Así lo indican los datos elaborados por el Programa de Lactancia Materna del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. El informe señala que la alimentación de un bebé durante doce meses implica un promedio de 75 latas de leche artificial (de entre 400 y 450 gramos) que ronda los 40 pesos cada, de manera que al año, el gasto trepa a unos 3.000 pesos. En el contexto salarial de la Argentina, hacer frente a eses gasto representa entre el 25 y el 30% de un salario mínimo.
Sin embargo, en la última década la cantidad de mamás que optan por la lactancia materna subió. Una flamante encuesta de la cartera sanitaria realizada en casi 58.000 mujeres bonaerenses, indica que el 40,4% de las mamás dan de mamar a sus bebés en forma exclusiva hasta el cuarto mes de vida. Hace diez años, sólo lo hacía el 16,5% de las bonaerenses.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las mujeres amamanten en forma exclusiva (solamente teta) hasta el sexto mes del bebé, y continuar luego, junto a la incorporación de los alimentos, hasta los dos años.
Para el ministro de Salud, Claudio Zin, "está comprobado que los niños amamantados gozan de una adecuada salud y un desarrollo apropiado tanto en el corto y como en el largo plazo".
Los especialistas explican que la leche materna es el combustible para el desarrollo del sistema nervioso central del bebé y de su estado inmunológico. Es porque la madre traspasa a su bebé células o linfocitos que defienden al organismo contra gérmenes con lo que ella tuvo contacto de modo tal que esas células siguen generando anticuerpos en el niño.
"Para que siga creciendo la cantidad de mujeres que le dan teta a sus hijos es fundamental el apoyo de la familia y del mundo laboral: son las condiciones para que la madre pueda y quiera amamantar", remarca el titular del Programa de Lactancia Materna del Ministerio, Antonio Morilla.
Por eso los expertos recomiendan contactarse con los grupos de apoyo como la Liga de la Leche (http://www.ligadelaleche.org.ar/), Lacmat (http://www.lacmat.org.ar/) o Amamanta (http://www.amamanta.com.ar/), que son ONG's donde las mujeres se reúnen para aprender a dar el pecho con posturas cómodas y, sobre todo, encontrar contención.

jueves, 14 de agosto de 2008

Carencia de maternaje y organización de dinámicas violentas

Artículo extraído de la pagina de Laura Gutman
www.crianza.com.ar


Personalmente creo que todas las formas de violencia, pasivas o activas, concretas o sutiles, se generan a partir de la falta de maternaje, es decir, a partir de la falta en la calidad de atención, calidez, amor, brazos, altruismo, generosidad, paciencia, comprensión, leche, cuerpo, mirada y sostén....recibidos –o no- desde el nacimiento y durante toda la infancia.

Desde el punto de vista del bebé, toda experiencia sin suficiente apoyo y sostén, es violenta. Porque actúa en detrimento de las necesidades básicas.

Sencillamente, un bebé pequeñito llega al mundo sin ninguna autonomía. Recién adquiere la capacidad de desplazarse por sus propios medios alrededor de los nueves meses, gracias al gateo. Y necesita alrededor de dos años para tener conciencia de su ser separado. Y luego precisará varios años para que pueda salir solo a la selva urbana. Necesita del adulto para sobrevivir. Por supuesto que requiere que se le procure alimento, higiene, calma y silencio para dormir. También sabemos que el niño necesita contención, calor, cercanía de otro cuerpo, leche, mirada, palabras y sobre todo alguien que haga de mediador entre él y el mundo externo. Si no recibe una calidad de atención acorde con sus necesidades básicas, esa falta la vive como violenta. Es la violencia del desamparo.

La realidad es que la mayoría de los bebés llegan al mundo sin una mamá o persona maternante capaces de sostener y fundirse en la inmensa necesidad de ser sostenidos y acariciados en forma permanente. En la actualidad, los bebes no reciben incondicionalmente lo que piden, porque siempre hay un adulto cerca para no estar de acuerdo y para tener una opinión al respecto.

Generalmente se trata de las mismas madres amorosas que entramos en contradicción con nuestros propios pensamientos. El asunto es que no es un período para pensar. Es un período para entrar en fusión emocional. No hay que buscar razones, ni elegir concienzudamente la mejor opción. No hay reglas a seguir ni consejos aplicables. En estos casos los niños quedan prisioneros de lógicas incomprensibles, alejados de los brazos de sus madres y solos.

Los bebés unánimemente explican una y otra vez a través de sus interminables y prístinos llantos, dónde está su lugar. El bebé que no está en contacto con el cuerpo de su madre, experimenta un inhóspito universo vacío que lo va alejando de su anhelo de bienestar que traía consigo desde el período en que vivía dentro del vientre amoroso de su madre. El bebé recién nacido no está preparado para un salto a la nada: a una cuna sin movimiento, sin olor, sin sonido, sin sensación de vida. Esta violenta separación de la díada causa más sufrimientos de lo que podemos imaginar y establece un sin sentido en el vínculo madre-niño. Cuando las expectativas naturales que traía el pequeño son traicionadas, aparece el desencanto, junto al miedo de ser nuevamente herido. Y después de muchas experiencias similares, brota algo tan doloroso para el alma como es el enojo, el miedo y la resignación.

Cuando ese ser tan pequeñito no se siente valioso ni bienvenido, se convertirá necesariamente en un ser humano sin confianza, sin espontaneidad y sin arraigo emocional. Todos los bebés son valiosos, pero sólo pueden saberlo por el modo en que son tratados. En los países “desarrollados”, las madres compramos libros con indicaciones sobre cómo atender a nuestros hijos, sobre cómo dejarlos llorar hasta que se duerman y cómo abandonarlos en el vacío emocional sin siquiera tocarlos. Las madres jóvenes desconfiamos de nuestra capacidad innata de criar a nuestros hijos, y desoímos los “motivos” que tienen los bebés para transmitir señales que son inconfundiblemente claras.

La noche en particular puede ser terrorífica para los niños al no percibir ningún movimiento. El “tiempo” aparece como un hecho doloroso y desgarrador si la madre no acude, a diferencia de las vivencias dentro del útero donde toda necesidad era satisfecha instantáneamente. Ahora la espera, duele. De hecho, los niños lloran hasta dormirse. Al despertar, finalmente encuentran confort en brazos de sus madres. Pero ya no confían, están atentos y se aferran con vigor a los pechos calientes. Los muerden, los lastiman. Tienen miedo. Y así, una y otra vez hasta que abandonan. El miedo los acompañará siempre, incluso en esos momentos en que están reconfortados. Porque saben que el silencio volverá en cualquier momento a devorarlos. Nunca más dejarán de estar alertas. No cuentan con nadie y el mundo es hostil.

Cuando nuestros hijos lloran o reclaman “más de lo normal”, creemos que se han constituido en enemigos que las madres debemos vencer. La idea básica alrededor de esta moda estima que satisfacer las necesidades de un bebé o niño pequeño los convierte en “malcriados”, aunque paradójicamente, obtenemos una y otra vez el resultado opuesto al esperado. De hecho, los bebés siguen siendo “demandantes”, se enferman, se accidentan y nos traen muchos dolores de cabeza.

En la medida que van creciendo, la psique se organiza adquiriendo ciertos mecanismos de supervivencia, para sufrir lo menos posible. Algunos de esos mecanismos son visibles, como los niños que pegna o muerden para sentirse valiosos; otros son invisibles, como los niños que suelen ser víctimas de otros niños, o los que se deprimen o pasan desapercibidos, o bien los que se enferman con demasiada frecuencia, logrando de ese modo obtener la mirada y la atención que siempre necesitaron.

En la medida que no estemos dispuestos a atender y satisfacer las necesidades naturales y legítimas de los niños pequeños, estamos induciendo a perpetuar las dinámicas violentas. Porque un niño no satisfecho, es un niño que insistirá por diferentes medios conquistar lo que necesitó genuinamente. Así crecerá, se convertirá en adolescente, en joven y en adulto: como un ser necesitado. Entonces golpeará a otros, robará, manipulará situaciones, se convertirá en víctima de otros, luchará por obtener lo que creerá imprescindible para su supervivencia emocional. Aunque habrá olvidado lo que siempre quiso pero no podrá conseguir, por más fuerte y poderoso que devenga: no podrá obtener más mamá.

Todas las formas de violencia que tanto nos preocupan, tienen un común denominador: la necesidad primaria no satisfecha. Cuando algo vital para la supervivencia emocional, no lo podemos incorporar, nos desesperamos. Y la desesperación por vivir, nos obliga a buscar modos de apropiarnos de lo que sea. Puede ser el deseo del otro, el cuerpo del otro, el prestigio del otro, o lo que sea que la conciencia perciba como alimento espiritual.

Por eso, si reconocemos nuestras propias limitaciones afectivas, nuestras incapacidades para reconocer el deseo del niño que es diferente al nuestro (y justamente por eso no lo toleramos); veremos que la dedicación, el altruismo y el tiempo de dedicación exclusiva hacia los niños pequeños, constituye la verdadera prevención contra todo tipo de violencias.

Los niños sostenidos, acariciados y respetados están en paz consigo mismos. No necesitan luchar por un territorio emocional, porque les sobra. No hay guerra interna o externa para librar. No les incumben las peleas. Los niños amparados y fusionados saben que obtendrán lo que necesitan. Esa es la experiencia cotidiana que repiten a cada instante y que conforman una rutina sin sobresaltos. Así se establece la seguridad interior y posiblemente ya no se mueva nunca más de las entrañas de esos seres. Sentirse seguros, amados, tenidos en cuenta, estables y con total confianza en ellos mismos y en los demás...será obviamente el tesoro más preciado para el despliegue de sus vidas.

Laura Gutman

jueves, 7 de agosto de 2008

Sueños Olímpicos

Hoy en el foro de ACC, donde participo asiduamente, encontré un post sobre los niños gimnastas chinos, a raíz de un programa que pasaron en España sobre la situación de los pequeños que son "designados" para ir a escuelas de entrenamiento de elite.
A raíz de ese post, y que logicamente aquí en Argentina ese programa no fue emitido, busqué información en internet.
Aquí pueden ver un resumen de lo que trató el programa emitido en España. Y encontré este documental alemán, de hace aproximadamente un año, donde en los segundos 20 minutos ya se alertaba sobre los maltratos (porque no hay otro nombre para ello) a los que son sometidos estos niños en pos del éxito deportivo de un país, y de unos padres que piensan que de esta manera podrán salir de la miseria en la que muchas veces viven.
La violencia que se ejerce sobre estos niños llega a tal punto que la ONG Save the Children emitió un informe al respecto, que pueden ver aquí.
Y para terminar, aquí les dejo el documental de la polémica. Aviso que es extremadamente duro, el llanto de los niños, el dolor que sufren tanto psíquica como físicamente, resulta simplemente indescriptible.
No existen palabras para justificar tanta violencia.









miércoles, 6 de agosto de 2008

Apoyar a las madres a lactar mejorará las posibilidades de supervivencia de los niños y niñas, dice UNICEF




Nueva York, 1 de agosto de 2008 – Con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna (del 1 al 7 de agosto), UNICEF, junto a la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), está recomendando que se aumente la prestación de apoyo –profesional o no– a las madres lactantes.
La lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida reduce la mortalidad infantil vinculada a las enfermedades comunes de la infancia y a la desnutrición. “La lactancia materna es un instrumento decisivo para mejorar la supervivencia infantil”, dijo Ann M. Veneman, Directora Ejecutiva de UNICEF. “La lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida puede evitar hasta un 13% de las muertes de niños y niñas menores de cinco años en los países en desarrollo”.
Aunque en los últimos 15 años se han producido progresos, solamente un 38% de los lactantes menores de seis meses en el mundo en desarrollo reciben leche materna exclusivamente.
Recientes estudios científicos han descubierto que la educación y el apoyo a las madres amplían considerablemente el número de meses en que las madres amamantan a sus hijos, y es especialmente beneficioso para promover la lactancia materna exclusiva. Otros estudios han demostrado que la orientación y el apoyo en establecimientos de salud han propiciado aumentos en el número de madres que inician la lactancia materna durante la primera hora después del nacimiento.
La lactancia materna puede reducir el número de muertes causadas por las infecciones agudas de las vías respiratorias y la diarrea –dos importantes causas de mortalidad infantil– así como de otras enfermedades infecciosas. También contribuye a la salud de las madres, y establece un vínculo entre la madre y el niño.
Una alimentación apropiada del lactante puede salvar vidas, garantiza un crecimiento y desarrollo óptimos y contribuye al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
UNICEF trabaja con sus asociados y los gobiernos de muchos países para garantizar la prestación de un apoyo cada vez mayor a las madres lactantes por parte de trabajadores de la salud, asesores, grupos de apoyo de madre a madre, empresas, trabajadores de socorro en situaciones de emergencia, legisladores, familias y redes sociales comunitarias.
***Nota para los editores: Las estadísticas proceden de las fuentes siguientes: Progreso para la Infancia 2008; Estado Mundial de la Infancia 2007; WHO Collaborative Team on the Role of Breastfeeding in the Prevention of Infant Mortality, Lancet 2000, 55: 451-5.
Semana Mundial de la Lactancia Materna
La Semana Mundial de la Lactancia Materna se llevó a cabo por primera vez en 1992 y UNICEF y sus asociados, entre ellos la Alianza Mundial pro Lactancia Materna y la Organización Mundial de la Salud, la celebran en más de 120 países. El objetivo es promover la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del lactante, ya que representa enormes beneficios para su salud al proporcionarle nutrientes fundamentales, protegerle de enfermedades mortales como la neumonía y fomentar su crecimiento y desarrollo. Una lactancia materna continua después de seis meses hasta los dos años de edad o incluso más, combinada con una alimentación complementaria segura y apropiada, es el mejor enfoque a la alimentación infantil.
Conjunto de promoción de la lactancia
La Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA) es una red mundial de individuos y organizaciones preocupados con la protección, la promoción y el apoyo a la lactancia materna en todo el mundo. WABA tiene un conjunto de promoción y una página en Internet disponible en: http://www.worldbreastfeedingweek.org/
Acerca de UNICEF
UNICEF trabaja sobre el terreno en más de 150 países y territorios para ayudar a los niños y niñas a sobrevivir y avanzar en la vida desde la primera infancia hasta la adolescencia. El mayor proveedor de vacunas a los países en desarrollo, UNICEF apoya la salud y la nutrición de la infancia, el abastecimiento de agua y saneamiento de calidad, la prestación de educación básica de calidad para todos los niños y niñas y la protección de los niños y niñas contra la violencia, la explotación y el SIDA. UNICEF está financiado en su totalidad por las contribuciones voluntarias de individuos, empresas, fundaciones y gobiernos.
Si desea obtener más información, sírvase dirigirse a: Brian Hansford, UNICEF, Medios de comunicación, Nueva York, Tel: 212 326 7269 email: bhansford@unicef.orgKate Donovan, UNICEF, Medios de comunicación, Nueva York, Tel: 212 326 7452 e-mail: kdonovan@unicef.org
Situación de lactancia materna en Argentina
La lactancia materna (LM) es reconocida como la forma óptima de alimentación temprana, por sus innumerables beneficios sobre la salud de las mujeres y los niños, tanto a corto como a largo plazo. Se recomienda que los niños sean amamantados exclusivamente hasta los 6 meses de vida cumplidos y que, a partir de ese momento, comiencen a introducir alimentos en su dieta sin abandonar la lactancia materna. Idealmente, la lactancia materna complementada con alimentos debe extenderse hasta los 2 años o más de vida del niño.
Prevalencia de LM a 2 y 6 meses. Argentina 2007
Hasta los 2 meses de edad más de la mitad de los bebés reciben leche materna en forma exclusiva en Argentina, sin embargo a los 6 meses sólo 3 de cada 10 niños y niñas (el 36 %) continúa con lactancia exclusiva. Por otro lado, al 10 % de los bebés de 2 meses de edad se les ha suspendido la lactancia, y a los 6 meses el destete llega al 13 % de los niños y niñas.
Es importante destacar el cambio que se produce a los dos meses de vida de los bebés: la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) indica que el 95,4 % de los niños y niñas inician su alimentación con pecho materno; esto quiere decir que esta práctica se pierde en un 50 % durante los 2 primeros meses de vida, donde cobran vital importancia la disposición de la madre, pero sobre todo la existencia de un entorno de protección y apoyo a las madres, para que continúen con el pecho exclusivo, pudiendo brindarle a sus hijos el mejor alimento para su crecimiento y desarrollo.
Desde 1994 UNICEF/OPS/OMS promueven la Estrategia de Hospitales Amigos de la Madre y el Niño, por la cual se brinda asistencia técnica y capacitación a Hospitales para que se adopten prácticas adecuadas en los servicios de salud favorecedoras del inicio precoz de la lactancia materna. Desde el comienzo de la iniciativa a la fecha se han acreditado un total de 58 Hospitales por el Ministerio de Salud de la Nación y UNICEF/OPS/OMS en toda la Argentina. Esto quiere decir que 90.000 bebés (el 18 %) nazcan en un Hospital Amigo de la Madre y el niño.
Si desea obtener más información sobre la situación en Argentina, sírvase dirigirse a: Paula Chinellato, Oficial de Prensa, 5093-7100, int.144 pchinellato@unicef.org

lunes, 4 de agosto de 2008

Por que NO programar una cesarea

Hace más o menos una semana tuve una discusión con mi hermana. Estaba en la semana 38 de embarazo, ya bastante ansiosa porque nazca su beba. Traté de tranquilizarla, le dije que en realidad la Fecha Problable de Parto va desde la semana 38 a la 42, y no a la 40, a lo que respondió que de todas formas su médico no era partidario de esperar más allá de la semana 40, por lo que si la beba no nacía en fecha, seguramente le programarían una cesarea para luego de dos o tres días. A raíz de esto, me puse a buscar información sobre cesareas programadas, en las paginas de El parto es nuestro, Dando a luz, y la red de Lacmat.
Este es uno de los artículos que conseguí, me pareció super interesante, así que aquí lo dejo. Ojalá sea de ayuda para muchos.
En cuanto a mi hermana, felizmente dió a luz a su hijita Ines por parto vaginal el pasado jueves.
BIENVENIDA INES!!!
Por qué NO programar una cesárea
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Cada decisión debe ser basada en un equilibrio entre riesgos y beneficios. Cuando se programa una cesárea no suele tenerse en cuenta las ventajas de esperar las contracciones, incluso aunque se termine haciendo cesárea. Esperar el inicio de un trabajo de parto tiene muchas ventajas:
  • Las contracciones adelgazan el segmento inferior (donde se hace laincisión)… y en consecuencia la recuperación es mas rápida.
  • El trabajo de parto libera hormonas que impregnan al bebé y le preparan para su vida fuera del útero.
  • Las contracciones disminuyen la posibilidad de que el bebé tenga los problemas respiratorios que padecen muchos bebés nacidos por cesárea (no solamente tras el nacimiento sino toda su infancia).
  • Las mujeres que experimentan trabajo de parto tiene una incidencia menor de depresión post parto.
  • Las contracciones estimulan otra hormona: (oxitocina) conocida como "la hormona del amor"… que preparan a la madre para establecer un intenso vínculo amoroso con su bebé y hará todo por su bienestar.
  • Las endorfinas relajan a la mamá y le ayudan a hacer frente a todo lo que queda en las horas posparto y en lo sucesivo. No puedes aprovecharlas si no pagas "el precio" de gastar energía en el trabajo de parto debido al hecho que las endorfinas son un resultado del gasto físico (aguantar cirugía mayor es un gasto físico (por supuesto!) pero es pasivo) y las endorfinas vienen como premio par el gasto activo.
  • Esperando las contracciones aseguras que tu bebé está realmente listo para nacer (puedes evitar la posibilidad de un bebé prematuro o simplemente un bebé que necesito un poco mas de tiempo).
  • Tú vas a ser una participante en el nacimiento en vez de ser una espectadora.
  • No te privarás de tu derecho de enfrentar lo desconocido, la anticipación, la magia, y también el incertidumbre (en fin el cóctel sabroso que se llama "vida") asociado con el nacimiento. A mi modo de ver…. la palabra "programada" tiene un sentido robótico y sin sentimiento. Me parece la antitesis de la emoción y la excitación que merece la llegada de un nuevo ser. Con 20 años de experiencia puedo asegurar que tales emociones son claves en el desarrollo personal. No hay comida gratis. Puedes avanzar en "tu" desarrollo personal repasando tus errores del embarazo y parto… o arrepentida de tus elecciones. Mas vale prevenir que lamentar! Las consecuencias de las decisiones las vivirás tú, no tu médico.

Joni Nichols. Comadrona. Guadalajara, Méjico

viernes, 1 de agosto de 2008

Semana Mundial de la Lactancia Materna

Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Para promoverla, les dejo este hermosísimo video en honor a todas las mamás del mundo que amamantan o han amamantado a sus hijos.

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