viernes, 24 de diciembre de 2010

Nochebuena


Palabras
de Friedrich Rittelmeyer

Si queremos festejar una Navidad cristiana,
debe vivir en nosotros un pastor y un rey.
Un pastor que sabe escuchar lo que otros no oyen.
Que, con todas las fuerzas de veneración,
vive bajo el cielo estrellado.
Al cual ángeles pueden desear revelarse.
Y un rey que sabe regalar.
Que no se deja guiar más que por la estrella de las alturas.
Que se pone en camino para ofrendar todos su dones a un pesebre.
Pero además de un pastor y un rey,
debe vivir en nosotros un niño,
que ahora quiere nacer.

Del libro "Licht im Aufgang"
"Ein Weihnachtsbuch", Editorial Urachhaus, Stuttgart.

Les deseamos a todos una muy Feliz Navidad!!

domingo, 19 de diciembre de 2010

Cuarto Domingo de Adviento


El ángel violeta

El último domingo antes de Navidad es un gran ángel con manto de un violeta muy sutil y cálido el que aparece en el cielo y pasa por encima de toda la tierra. Lleva en su mano una lira, toca en esta lira una música muy dulce, entonando un canto muy armonioso y claro. Pero para escucharlo es necesario tener un corazón silencioso y atento. Canta el gran canto de la paz, el canto del Niño de Navidad y del reino de Dios que viene sobre la tierra. Muchos pequeños ángeles lo acompañan y ellos también cantan y se alegran en el cielo.
Y entonces todas las semillas que duermen en la tierra se despiertan y la tierra misma escucha y se estremece. El canto de los ángeles le dice que Dios no la olvida y que un día ella volverá al paraíso.

Soline y Pierre Lienhard
del "Boletín de Metodología para los presentes y futuros maestros Waldorf". N. 8107, septiembre-octubre 1984, México.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Nueva sección!! (Pan dulce o Panettone)


A partir de hoy inauguro una nueva sección:
RECETAS.
Fáciles. Ricas. Nutritivas. Dulces y Saladas.
Trataré de poner una nueva receta por lo menos una vez al mes.
Para inaugurar, y dado que se vienen las fiestas, les dejo la receta de PAN DULCE (yo la hago en la panificadora, y queda bárbaro, pero pueden hacerlo a mano).

PAN DULCE

Ingredientes:
Harina 500 grs.
Levadura 3/4 del cuadradito de levadura prensada (18 grs. aprox.)
Azucar 150 grs.
Manteca 125 grs.
Esencia de Vainilla 1 cdita.
Ralladura de 1 limón o naranja
Esencia de Agua de azahar 1 cda.
Malta 1 pisca (yo agarro un poquito con la punta del cuchillo)
Sal 1 cdita.
Leche 200 cm3 aprox
Frutas secas, abrillantadas, pasas, pepitos de chocolate o lo que te guste ponerle en la cantidad que te guste (yo pongo aprox. 150 grs. entre todas las frutas)

Primero entibiamos 100 cm3 de leche, agregamos una cdta. de sal, 1 cda. de azucar, 1 cda. de harina y revolvemos hasta que esté bien disuelto. Trozamos la levadura dentro de la leche tibia, y dejamos fermentar (poner en un vaso grande porque hace mucha espuma).
En la panificadora ponemos la harina, el azucar, la manteca blanda o un poco derretida, la cdta. de esencia de vainilla, la pisca de malta, la esencia de agua de azahar y la ralladura de limón o naranja, y por ultimo la levadura fermentada con la leche.
Encendemos en el programa "Pan dulce" (en mi maquina es el 4) y dejamos que empiece a amasar. Entibiamos la leche que nos sobró, y si vemos que está muy seca, vamos agregando leche de a poquito hasta ver que está homogenea y no se pega en los bordes. Si se pasan con la leche siempre pueden agregar un poco más de harina.
Cuando la maquina lo indica (la mía hace un pitido, aproximadamente luego de 15 minutos de amasado y antes de empezar a levar) se agregan las frutas.
Y listo!!
Arriba se le puede poner un glasé para pan dulce, que se hace así:
Poner en una tacita un poco de azucar impalpable, y agregar unas gotas de jugo de limón y de agua. Ir mezclando hasta que queda en un punto que no sea ni demasiado chirlo ni demasiado espeso.
Unos 5 minutos antes de que la maquina termine el programa, se pincela por arriba el pan con el glasé.

Que les salga rico!!
(el de la foto está oscurito porque le puse chocolate!! Y no le puse glaseado)

lunes, 13 de diciembre de 2010

Salimos en la web de la revista OhLalá!!

Hace unos días, Cecilia Wall, de la revista OhLalá, se acercó a casa para que diera testimonio de cóm es usar pañales de tela.
Aquí pueden ver el artículo y el video.
Lamentablemente mi firewall no me permite dejar comentarios en la Web de la revista, pero para aquellos que piensan que es menos ecológico lavar (por el detergente y por el consumo de agua) que usar pañales descartables, vale aclarar que el detergente que se usa es mínimo (lo recomiendan los mismo fabricantes, para que el pañal no pierda absorción), en lugar de suavizante se usa vinagre, que no contamina, y la cantidad de agua utilizada para hacer dos o tres lavados por semana de pañales de tela es muchísimo menor que la cantidad de agua que utiliza una fabrica de pañales descartables (sí, además de los arboles que se talan, de los plásticos que se usan, de los químicos que ponen en el gel, también se usa agua en la fabricación de los pañales desechables). Así que SIN DUDA son más ecológicos que los descartables. TODO lo que es descartable, en lugar de REUTILIZABLE, es antiecológico.
Eso por no hablar de que está en duda las consecuencias que puede tener el gel de los pañales descartables (algunos estudios europeos señalan al gel y a la alta temperatura que tienen los testículos del bebé dentro de un pañal descartable como responsable del crecimiento de la infertilidad masculina).

Una imagen vale más que mil palabras


Colecho y amamantamiento embarazada de 20 semanas.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Tercer Domingo de Adviento



El ángel blanco

El tercer domingo, un ángel todo blanco y luminoso desciende hacia la tierra, tiene en su mano derecha un rayo de luz que posee un poder maravilloso. Va hacia todos los humanos, en cuyo corazón el ángel rojo había encontrado amor puro, y los toca con su rayo de luz. Entonces esta luz penetra en los corazones de estos humanos y comienza a iluminarlos y a darles calor desde el interior. Es como si el sol se iluminara en sus ojos y penetrara en sus manos y en sus pies y en todo su cuerpo. Incluso los más pobres, los más humildes entre los hombres son también así transformados y comienzan a parecerse a los ángeles, si ellos han tenido amor puro en su corazón.
Pero todo el mundo no ve a este ángel blanco, sólo los ángeles lo ven y aquellos cuyos ojos han sido iluminados por su luz. Es con esta luz en los ojos que uno puede ver también al pequeño niño que nace en Navidad en el pesebre.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Adiós al Jardín

Hoy Joaqui se despidió del jardín.
Si bien las clases finalizaron el viernes pasado, hoy era la entrega de los trabajos hechos durante el año, y los niños se despedían de este rincón que los cobijó durante los últimos 4 años a muchos de ellos, tal vez solo este último año a otros, como Joaqui.
Fue una ceremonia sencilla, y sin embargo, super emotiva.
No hubo disfraces. No hubo canciones. No hubo coreografías.
Llegamos al cole, y como siempre los niños ingresaron primero al salón. Luego entramos los padres, y nos sentamos detrás de los niños.
Enfrente, se habían dispuesto tres rincones: en uno esperaban las carpetas con el nombre de cada niño, conteniendo los trabajos del año; en otro, las labores de los niños; en medio de ambos rincones, una imagen llena de figuras de pastores y pastoras, leñadores, tejedoras, campesinos y campesinas.
Los maestros cantaban villancicos y un violín se escuchaba de fondo.
De a una, las maestras se acercaban a los niños, y llamaban a uno solo con la mirada. Los padres se acercaban a su hijo y juntos, acompañados por la maestra, se acercaban al primer rincón, donde les entregaban la carpeta que atesoraba los trabajos de todo el año.
Luego se acercaban al rincón de labores, y les hacían entrega de los pompones y trabajos de telar de cada niño. La maestra, en cuclillas para poder estar a la altura del niño, hacía algún comentario sobre las labores (muy bajito, era imposible escuchar lo que decían a cada niño, porque era sólo para que cada niño pudiera escucharlo).


Por último, todos pasaban a la imagen final. Allí la maestra explicaba al niño (esto lo supe cuando le tocó a Joaqui) que allí estaba representada la tierra, con todo lo que nos dá: el agua, el trigo para el pan, los arboles, los animales; e invitaba al niño a elegir una figura de las tantas que se veían allí representadas.
Joaqui escogió a un leñador con su hacha.
A medida que iban completando el camino, cada familia se despedía de los maestros, y luego se retiraba, en silencio.
Sin actos. Sin disfraces. Sin estridencias. Así terminamos el año.
Y todo lo que tuvo de sencillo, lo tuvo de hermoso.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Segundo domingo de Adviento


El ángel rojo

Hoy desciende un segundo ángel del cielo y está vestido con un gran manto rojo y lleva en su mano izquierda un gran cesto todo hecho en oro. Este cesto está vacío y el ángel quisiera llenarlo para llevarlo todo lleno delante del trono de Dios, ¿pero qué va a poner en él? El cesto es muy delicado y sutil, porque está entretejido con rayos de sol, no se le pueden poner cosas duras ni pesadas. El ángel pasa muy discretamente por todas las casas, sobre toda la tierra y busca, pero ¿qué busca? Mira en el corazón de todos los hombres para ver si encuentra un poco de amor que sea puro, y este amor lo coloca dentro de su cesto y se lo lleva hacia el cielo. Y allá, aquellos que habitan el cielo, los ángeles y también los hombres que ya han vuelto al cielo, toman este amor y lo convierten en la luz para las estrellas.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Newsletter Laura Gutman - Diciembre 2010


Las fiestas de Fin de Año
Perdidos en el consumo de bienes materiales, olvidamos que estamos recordando el nacimiento del Niño Jesús y el mensaje de amor que traía consigo. Habitualmente estamos abocados a saber quién regaló qué cosas, quien se olvidó, quien cumplió con todos y si nuestra familia ha sido justa en la repartición de los obsequios. También comemos con exageración. Brindamos y bebemos más que de costumbre. Y a la cama. Si ésa ha sido la realidad durante los últimos años de festejos familiares, quizás podamos hacer pequeños movimientos que nos satisfagan más y que llenen de sentido esas noches tan especiales. Tal vez podamos volver a cierta intimidad, reunirnos con pocas personas y regalar a cada uno un escrito colmado de agradecimientos. Y para los niños, algo fuera de lo común, soñado, imaginado y en lo posible no muy caro. Los niños tienen derecho a recibir una hermosa carta escrita por Papá Noel felicitándolos por sus virtudes, firmada con letra dorada. Alguien puede regalar un breve concierto de piano o una pieza tocada en flauta dulce. Podemos abrir los álbumes de familia y mirar fotos viejas durante horas, mientras los niños descubren a sus abuelos con cabello, a sus padres siendo niños y a novios y novias que quedaron en el olvido. Sería emocionante ofrecer a los comensales dos minutos de tiempo para pedir un deseo en voz alta, comprometiéndonos a intervenir para que se haga realidad. Y desde ya, podemos hacer silencio. Pensar. Meditar. Rezar. Ponernos las manos en el corazón. Darnos cuenta que estamos juntos. Contarles a los niños algo relativo al nacimiento de cada uno de ellos. En fin, cualquier gesto amoroso, cargado de ilusión y respeto, que nos recuerde por qué estamos juntos, es perfecto para un verdadero día de fiesta compartida.

¿Y si hay familiares que no están dispuestos a modificar las rutinas repetidas en años anteriores? No pasa nada. Pero hay algo que sí podemos hacer: revisar si el modo en que históricamente hemos celebrado, ahora encaja con nuestra realidad. Por ejemplo, evaluemos si con bebes muy pequeños, vale la pena estar lejos de casa hasta altas horas de la madrugada, o si es saludable someter a los bebes, a ruidos y música inadecuados. Observemos si nuestros niños se sienten cómodos entre familiares que ven una sola vez por año. Registremos si estamos arrastrando a nuestros cónyuges a circuitos donde no son bienvenidos o se sienten incómodos. Examinemos si nuestro deseo está alineado, o bien si seguimos mandatos obsoletos como por ejemplo asistir a la casa de tal rama de la familia, porque siempre ha sido así y nunca nadie lo ha cuestionado. En cualquier caso, evaluemos si hemos organizado los festejos de fin de año de acuerdo a nuestra realidad familiar o en cambio, en base a los mandatos establecidos.

Sin ninguna duda -si hemos extraviado el sentido profundo de estas reuniones- los niños no tardarán en manifestar sus incomodidades a través de enfermedades, llantos o simplemente portándose muy mal. Si ése fuera el caso, en lugar de castigarlos, examinemos si hemos arrastrado a toda nuestra familia a un sitio absurdo, justo cuando era momento de encontrarnos con nosotros mismos.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Violencia Obstétrica

Si contestas con un SI a una sola de estas preguntas, fuiste víctima de violencia obstétrica.
Yo lo fuí. Pero no lo seré nunca más.
Por vos y por tu hijo, no permitas que te vuelva a suceder.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Preparando la Navidad: Primer Domingo de Adviento


Este año estamos preparando un calendario de adviento con Joaqui, que arrancará el 1ro de diciembre hasta Navidad, para ir contando los días, que cada día tenga una sorpresita y hacer alguna buena acción (sencilla, por supuesto) para ir preparando el corazón para Navidad.
Nunca lo habíamos hecho antes, pero he escuchado que es una tradición en algunos países como Alemania, y me pareció una linda forma de vivir esta época tan especial del año.
Al mismo tiempo, en la revistita del cole de Joaqui, "El farolito del perito Moreno", publicaron el festejo de los cuatro domingos de Adviento. Cómo el último domingo antes de Navidad es el 19/12, el primero sería hoy.
Así es que hace un rato prendimos el farolito de Joaqui, nos reunimos en familia, y yo leí este texto:

El Ángel Azul
¿Cómo se sabe que va a llegar la Navidad?
No se la puede ver con los ojos, puesto que los días y las noches son como siempre y los hombres viven y se ocupan de sus asuntos como es costumbre. No se la puede oír con los oídos, porque son siempre los mismos sonidos que resuenan, los autos, los aviones que pasan, los niños que gritan y así sucesivamente.
Cuatro semanas antes de Navidad pasa algo muy importante.
Un gran ángel desciende del cielo para invitar a los habitantes de la tierra a preparar la Navidad. Está vestido con un gran manto azul, tejido de silencio y de paz. La mayoría de las personas no lo notan, porque están muy ocupadas en otras cosas. Pero el ángel canta con una voz profunda y sólo aquellos que tienen un corazón atento pueden oírlo.
Canta: el cielo viene sobre la tierra, Dios viene a habitar el corazón de los hombres, prestadle atención, abridle la puerta. Y es hoy que ese ángel pasa y habla a todos los hombres. Y los que lo escuchan comienzan a preparar la Navidad, entonando cánticos y encendiendo velas.
Luego cantamos algunas canciones (villancicos, la canción al angel de la guarda), los niños apagaron la vela, y así terminó nuestra celebración del primer domingo de adviento.
No somos especialmente religiosos, pero esta es una época del año muy linda para respirar un poco de espiritualidad y paz interior.
Si les gusta la idea, los ánimo a intentarlo!! El próximo sábado pondré el texto sobre la llegada del Ángel Rojo.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Reflexiones


El cómo se fueron confabulando los astros para que fuéramos tomando este camino en la crianza y educación de nuestros hijos es todavía un gran misterio para mí.
Trato de pensar cuándo, cómo y qué fue lo que me hizo el "click" (más allá del hecho en sí de devenir madre) y no lo sé.
Seguramente fue un proceso. Hemos ido haciendo camino en muchas cosas, y aún lo estamos haciendo en tantas otras.
Nuestra última aventura ha sido el cambio de cole de Joaqui de este año, de un cole común a un cole Waldorf.
Todo comenzó cuando me hablaron por primera vez de este tipo de educación, y yo pensé "Que secta más rara"... Luego escuché hablar de Montessori, Pestalozzi, Escuelas Activas y Libres, Homeschooling, Unschooling, y empecé a indagar, a averiguar, a curiosear.
Sí, creo que la curiosidad fue determinante. Cuando me han hablado de lactancia a demanda, de colecho, de crianza con apego, de escuelas alternativas, por más loco o raro que me sonara lo que me decían, indagaba, preguntaba, me fijaba en internet... Tal vez por eso me asombra tanto que de toda la gente que tengo a mi alrededor, a muy pocos se les haya ocurrido indagar un poco sobre estas cuestiones.
La gente tiende a no cuestionarse nada. Dan todo por sentado. Dejan todo en manos de terceros. Primero, lo que les dice el obstetra durante el embarazo. Luego, lo que les dice el pediatra. Más adelante, lo que les dice la maestra de la escuela... "Sí ellos lo dicen, que saben, que han estudiado, quién soy yo para cuestionarlo?", es el argumento.
Yo soy la madre, por eso lo cuestiono. Quién mejor que yo para conocer las necesidades de mi hijo, más allá de lo que un obstetra, pediatra o maestra me pueda decir?
En estos últimos meses he pasado ya por 4 obstetras. Que me han dicho las cosas más disparatadas o me han faltado el respeto, a mí y a mi cuerpo, de una u otra manera, tratando de infantilizarme, de ponerme en lugar de "paciente". No estoy enferma, estoy embarazada!!! Y ya tuve dos hijos antes, que se creen, que soy estúpida? Al último hasta lo tuve que escuchar meterse (sin permiso) en mi vida sexual, ante mi negativa a ponerme un DIU cuando nazca el bebé (para lo que faltan 5 meses!!!).
Con la pediatra, por suerte, no he tenido dolores de cabeza, porque desde el primer día elegimos una pediatra amorosa, que no sé si compartirá o no gran parte de mis "locuras", pero al menos las respeta, y no se mete.
Y con el cole... ahhh, el cole de Joaqui!! No puedo dejar de agradecerle al ángel que logró que consiguiéramos esa vacante!!
Ayer tuvimos reunión con la directora de jardín, la directora de primaria, y el maestro que acompañará a Joaqui durante los próximos siete años. La forma tan cuidada en que se está dando este paso del jardín al primer grado, es increíble. Sin estridencias. Sin grandes actos. Sin disfraces. Sin banda sonora. Solo una entrega solemne de los trabajos realizados por los niños durante el año, que se hará en 15 días, y esa reunión que nos convocó ayer, en la que todos (nosotros como padres y ellos como maestros) pudimos hablar de como vemos a Joaqui, y sobre todo, de como podemos acompañarlo y ayudarlo en sus dificultades, cada uno desde su rol. Se habló poco de lo pedagógico. Se habló mucho del niño, de su espíritu, de su carácter.
Hay dos anécdotas que pintan a este cole por completo:
La primera, fue hace unos meses, charlando con unos amigos, nos contaban que no se habían dado cuenta que tenían que comprar zapatillas nuevas a su hija, porque generalmente las usa solo en el cole, y como "está mucho sentada" se ve que no le molestaba. Solo lo notaron un día que se las pusieron durante el fin de semana, y al rato de estar jugando la niña avisó que le hacían doler... Yo no podía creer el contraste con Joaqui, que este año tuvo más pares de zapatillas que nunca en su vida, porque las traía mugrientas, destrozadas y con kilos de arena de tanto potrear, y por primera vez tuve que poner pitucones en todos los pantalones, porque no quedó uno solo sano.
La segunda, también en una charla con amigos, que me cuentan que de regalo de fin de año, en el cole de su hija, les habían dado una poesía sobre "Quién les robo el juego a los niños", y que decía cosas como que los niños de ahora no saben jugar a las bolitas, ni a la soga, ni a la rayuela... Cuando le dije que en el cole de Joaqui sí se jugaban esos juegos, y se cantaban aquellas canciones viejas como La Farolera, o la Paloma Blanca, me dijo que bueno, pero que en realidad eso era función de los padres.
Claro que es función de los padres!! Pero también debe serlo de la escuela! Yo no tuve hermanos varones, jamás hubiera podido enseñarle a Joaqui a jugar a las bolitas. Pero aprendió en el cole, y le encanta... Y los juegos de manos los tenía completamente olvidados hasta que Joaqui los aprendió en el jardín. Los niños debe poder ir a la escuela a jugar, a divertirse, a pasarlo bien con sus amigos, y si en el proceso aprenden, MEJOR!! Y seguro que aprenderán, aunque no de la forma convencional, sino a través de la experiencia, y esa forma de aprender, de tomar para sí el conocimiento de algo, no se olvida jamás...
Pero lo importante es que hoy, mi hijo de 5 años, no está sentado 4 horas en un pupitre, memorizando letras y números. Esta jugando, experimentando con poleas para llevar el agua hasta la huerta, haciendo y deshaciendo telares, mezclando colores para crear nuevos... y al mismo tiempo adquiriendo conocimientos que no se le olvidarán jamás...

lunes, 22 de noviembre de 2010

Charla gratuita de Laura Gutman

Este jueves 25 de Noviembre a las 17 hs, Laura Gutman da una charla abierta y GRATUITA en el Jardín de Infantes Tomás Espora (25 de Mayo y Arenales, Vicente Lopez).
No se lo pierdan!!!

viernes, 19 de noviembre de 2010

Las fórmulas mágicas


Vivimos, sobre todo quienes estamos del lado occidental del planeta, en un mundo acelerado, competitivo e impaciente. Acostumbrados a la practicidad y a las soluciones inmediatas. Si estamos descontentos con nuestro físico acudimos al cirujano para que nos corrija todo de inmediato con el bisturí; si nos duele algo vamos a que el doctor lo saque o nos mande una pastillita en vez de buscar la causa de fondo, si nuestros hijos no encajan con nuestras expectativas los llevamos a un terapeuta o psicólogo y dejamos el “problema” en sus manos esperando una pronta solución.
Nuestros hijos son un reflejo de nosotros y de nuestro mundo interno. En ellos proyectamos todo; nuestros temores, manías, conductas neuróticas, estados de ansiedad, tristeza, alegría, paz mental, todo. Cuando la gente me pregunta cosas como ¿Qué le doy a ese muchacho para que se calme y deje de destruir todo? Les respondo “Cálmate tú”.
A los adultos nos disgusta que se nos ponga un espejo al frente, es por eso que como padres nos molesta tanto que los niños se nos “salgan del molde”. Dejamos de verlos como lo que son, niños; y pasamos a verlos como enemigos, tiranos, manipuladores y pequeños demonios por el simple hecho de comportarse como corresponde a su edad. Aunado a esto, los “expertos” nos dicen que dicha conducta es una muestra de desadaptación, etiquetan al niño como hiperactivo, y lo medican o nos recomiendan llevarlo a terapia. ¿Para qué? Para que resolvamos rápidamente nuestro “problema”. ¿Cómo? Con la pastilla, las gotas o las técnicas conductistas que el “experto” nos asegure son de efecto inmediato.
La realidad es que nuestros hijos son la mejor oportunidad que tenemos para conocernos a nosotros mismos, aceptarnos como seres imperfectos que tienen derecho a equivocarse y a fracasar de vez en cuando. Dejemos de exigir tanta seriedad, pulcritud, orden, inteligencia numérica y disciplina a nuestros hijos y aprendamos a dejarlos ser lo que son: niños.
En vez de querer que controlen esfínteres temprano, vayan al kinder temprano, hablen perfectamente y si es posible en más de un idioma temprano, hagan su cama temprano, duerman solos en su habitación temprano…..en pocas palabras……dejen de ser niños temprano; aprendamos más bien a desacelerar nuestro reloj y a dejar que la naturaleza haga las cosas según su propio y perfecto cronograma.
Dejemos de exigir tanto “éxito” y enseñemos que fracasar también se vale, de hecho es la mejor manera de aprender. Dejemos de exigir tanta pulcritud y orden y aceptemos que un poco de desorden es válido y nos hace humanos. Dejemos de exigir tanta autonomía, un poco de protección no mata a nadie. Dejemos de buscar tanto el “ser buenos padres” y aprendamos a disfrutar a nuestros hijos con sus defectos y virtudes.
Y los “expertos”……..dejemos de ofrecer fórmulas mágicas con soluciones inmediatas……la vida es para vivirla, no para pasarle de lado!!!!!!!!

Por Elvis Canino, a través de No me maltrates, soy un niño!

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Juguetes y estereotipos

Ayer comenté en FB que ya había comprado algunos de los regalos para los chicos para las próximas fiestas, entre ellos, un bebé waldorf y un juego de escobita y pala para Emma, y un juego de carpintero en miniatura para Joaquín.
Vivi, de Mamas y Bebes, me preguntaba si no eran elecciones muy esterotipadas, y hoy me envío éste artículo sobre los juguetes y los estereotipos.
No voy a negar que muchísimos juguetes de los niños están muy estereotipados: autitos, figuras de acción, pistas y cosas azules para los varones; barbies, bebotes, maquillajes y cosas rosas para las niñas.
Sin embargo, y si bien una primera apreciación de mi elección de los regalos para mis hijos puede parecer que los estereotipos me han envuelto también a mí, no hay nada más lejos de la realidad.
Mandar a Joaqui a un cole Waldorf me ha hecho alejarme de los estereotipos como jamás pensé que lo haría. Mi hijo hace pompones de lana, y los trae a casa orgullosísimo para que los veamos.
Nos cuenta con alegría que ya empezó a tejer en telar. Y de pronto, también nos sorprende contandonos que está aprendiendo a prender fuego en el horno de barro, o que usó el serrucho para hacer un portarretratos. En el cole de Joaqui la fantasía está a la orden del día, y niños y niñas juegan con seres imaginarios, hadas, duendes, caballeros, princesas y dragones.
Simplemente al elegir sus juguetes tuve en cuenta los intereses de cada uno de ellos en este momento, y también que sin duda compartirán el juego. Más de una vez Joaqui ha jugado con los bebés de Emma, haciendo el rol de "papá". Más de una vez Emma se ha sentado a jugar con los autitos de Joaqui. Joaqui se ha subido a mis zapatos de taco en más de una oportunidad. Emma su sube al autito y maneja por toda la galería. Joaquín juega con la cocinita (rosa, sí, no había otro color) de Emma. Emma juega con la pelota de Joaquín. Ambos comparten juegos en la casita de madera.
Sin embargo, actualmente el juego preferido de Emma es jugar a la mamá. Va para todos lados con un bebé en brazos. Y cuando Hernán o yo barremos, se nos cuelga de la escoba para ayudarnos. De hecho, tuvo secuestrada la escobita de su prima Clara durante más de dos meses... Entonces, porqué voy a privarla de algo que le divierte? No sería yo la que estereotipa si dejo de regalarle algo que le gusta, simplemente porque es un "estereotipo"?
Lo mismo con Joaqui. Disfruta muchísimo ayudando a su papá cuando tiene que hacer algo con las herramientas. Ya tiene unas de plástico, pero estas nos gustaron porque son DE VERDAD. En pequeñito, pero de verdad.
Y seguramente Emma también las usará cuando tenga edad para agarrar un serrucho sin cortarse o dar un martillazo sin golpearse. Y seguramente Joaqui jugará con el bebé waldorf y también barrerá con la escobita.
Creo que, si bien es cierto que debemos estar atentos para no caer en los estereotipos de las publicidades infantiles, también debemos estar atentos de no privar a nuestros hijos de juegos que disfruten, por un prejuicio de que tal vez los estaríamos estereotipando.
La línea es muy fina, verdad?
(Y hablando de estereotipos, mientras termino este post, Joaqui me pide para ver el dibujito animado de "Frutillitas" ;-))

viernes, 12 de noviembre de 2010

Pañales de tela: problemas y una sola solución


Quienes hemos elegido usar pañales de tela seguimos cuidadosamente las instrucciones de nuestro fabricante en su lavado: poco jabón y que sea neutro, no usar lavandina ni suavizantes, un poco de bicarbonato para que queden más blancos, un enjuague con vinagre blanco de vez en cuando, etc.
Sin embargo, más allá de todas las precauciones que uno tenga, tarde o temprano aparece algún problema: los pañales huelen mal, pierden capacidad de absorción con los consecuentes filtrados, o de pronto empiezan a irritar la cola de tu bebé.
El problema es que, aunque usemos cantidades ínfimas de detergente, los pañales están hechos de un material super absorbente, y debido a ello van acumulando restos de jabón, aunque no lo notemos.
La solución para cualquiera de estos problemas es sencillísima: hacer un "rinsing", o enjuague bien profundo.
Para ello, basta con poner los pañales en el lavarropas, a temperatura máxima (mí lavarropas calienta hasta 90º y los lavo a esa temperatura) sin detergente. Se van a sorprender de la cantidad de espuma que sale aunque no hayan puesto jabón. Hay que lavarlos solo con agua tantas veces como sea necesario, hasta que el agua salga absolutamente clara. Luego, si quieren, pueden hacer un ultimo lavado con un poco de bicarbonato y un chorrito de vinagre blanco en el enjuague. Para terminar, los tenderemos al sol hasta que se sequen, y... problemas solucionados!!!

jueves, 4 de noviembre de 2010

No es lo mismo

Por mas que cueste admitirlo, por más duro que sea de reconocer, NO ES LO MISMO.
No es lo mismo parir en tu casa, con tus olores, tu música, tu comida, tu cama, tus seres amados, que parir en un frío quirófano rodeada de extraños.
No es lo mismo que tu cuerpo vaya generando solo la oxitocina necesaria para que tu bebé nazca, a que te pongan una vía que inyecta oxitocina sintética en tu torrente sanguíneo, acelerando el proceso de parto, la dilatación y la frecuencia cardíaca de tu bebé.
No es lo mismo que tu cuerpo se vaya abriendo suavemente para dar paso a la vida, a que te hagan un corte en la vagina para apurar el proceso expulsivo.
No es lo mismo que la cabecita de tu bebé salga suavemente, y sea recibida por amorosas manos, a que la empujen hacia afuera con las manos o con un par de pinzas, le limpien las secreciones con una toalla y empiecen a tironear del cuerpito.
No es lo mismo que tu bebé sea puesto inmediatamente sobre tu cuerpo, y no te separen de él, a que se lo lleven para pesarlo, medirlo, aspirarlo, lavarlo y vacunarlo.
No es lo mismo parir que PARIR.
Y de eso puedo dar fé, yo, que he vivido ambos tipos de parto.
Un parto en el que las contracciones fueron espantosas, que me rompieron la bolsa, que me pedían que no puje porque el médico no había llegado, que durmieron mis sensaciones con la peridural, que me rasgaron el perineo con una episiotomía, que me pusieron el bebé en brazos unos segundos para luego llevarlo y traerlo dormido.
Y otro parto en el que hice todo el proceso de dilatación tranquila, en una pileta de partos, con velas y la música que yo había escogido, en el que las contracciones iban y venían suavemente, en el que pujé cuando sentí la necesidad de hacerlo, en el que pusieron a mi hija en mis brazos apenas salió de mi útero y no nos separaron ni un solo segundo.
Vean este video (ojo si son sensibles porque es muy fuerte) y después de verlo, y conociendo que la tasa de cesáreas en sanatorios privados llega al 70%, en hospitales al 30% y los médicos y parteras que hacen partos respetados no llegan al 9% (el máximo recomendado por OMS es 15%), a ver quién se atreve a decirme que parir en casa es más riesgoso.



lunes, 1 de noviembre de 2010

Newsletter Laura Gutman Noviembre 2010


Divorcios controvertidos
Los divorcios transcurren de un modo muy parecido a como han sucedido las cosas en la relación de pareja. Si la violencia, el desacuerdo, la falta de comprensión, la exigencia, el maltrato, la desidia, el desprecio o la indiferencia han sido la moneda de cambio afectivo, pues esos mismos elementos estarán presentes cuando la separación de los cónyuges se concrete. Continuaremos la batalla ahora, al igual que en el pasado. Buscaremos ganar, tener razón, desacreditar al contrincante, hallar los puntos débiles para atacarlo, desarmarlo, debilitarlo, lastimarlo, herirlo de muerte hasta que nos pida perdón y pague el precio que le hemos adjudicado a nuestra rabia.

Y los niños sufren. No porque el “divorcio” en sí mismo los perjudique. Los niños no se manejan por parámetros morales o religiosos. No siquiera les importan los prejuicios o el “qué dirán”. Tampoco les resulta esencial que los padres sean un matrimonio perfecto. Lo que los lastima es el enojo que destilamos los adultos entre nosotros al punto de enceguecernos y olvidarnos de ellos. Están expuestos a las estrategias concentradas para descargar el rencor en el otro progenitor del niño, a quien, por supuesto, el niño ama. Así que queda atrapado entre los sentimientos egoístas y malintencionados de sus padres. Desde el punto de vista del niño, no hay peor prisión emocional.

Es llamativo que en la pelea por los hijos, raramente se tenga en cuenta verdaderamente lo que cada niño necesita en su especificidad de niño pequeño. Los hijos se convierten en un bien negociable, al mismo nivel que una cantidad de dinero. De hecho, “hijos” y “dinero” son las dos variables presentes en los juicios de divorcio y se negocia mejor o peor de acuerdo a lo obtenido por la contra parte.

Los niños no suelen tener voz ni voto. Y si se los escucha, generalmente hablan “por boca del vencedor de la batalla”. Por lo tanto, responden a las expectativas y necesidades de alguno de los padres. En esos casos son los hijos que miran y satisfacen a los padres, y no al revés. No sirve que un niño manifieste que desea permanecer con alguno de los padres. Simplemente nunca deberíamos haber puesto a un niño en tal situación.


Texto extraído del libro “La Familia Ilustrada” de Laura Gutman con dibujos de Micaël, que será publicado en noviembre de 2010.

Lamentablemente, cada cosa que dice LG en su Newsletter de este mes es penosamente cierta.
Por mi trabajo, veo muy seguido casos de divorcios en los que, a pesar de ser "de mutuo acuerdo", los niños quedan prisioneros en la conflictiva de los adultos. Donde el padre se venga de la madre no pasando alimentos (o atrasándose en el pago) y donde la madre castiga al padre evitando el contacto con los niños.
Se comportan como chiquitos disputándose un juguete, sin darse cuenta que en medio quedan seres de carne y hueso, con sentimientos, y a los que la forma de relacionarse de sus partes los marcará a fuego para su forma de relacionarse con sus parejas en el futuro.
Pocos son los padres que pueden escapar a esta conflictiva. Y más pocos aún cuando una de las partes se encapricha en seguir con ese "juego de poder".
El nuevo libro de Laura será presentado el 16 de noviembre a las 19:30 hs en la Librería Del Pasaje, Thames 1762, Palermo Soho, con entrada libre y gratuita.

martes, 26 de octubre de 2010

La educación prohibida

Un grupo de jóvenes estudiantes de cine, preocupados por el actual sistema educativo y su futuro, se encuentran preparando un largometraje documental que al que llamaron "La Educación Prohibida", y que estará disponible en forma gratuita a partir de mediados de 2011.
Acá les dejo los avances de este documental que promete.





martes, 19 de octubre de 2010

Desconectar para conectar

Muchas veces me ha pasado de estar mirando otros blogs, o incluso estar preparando una entrada para éste, y que mis hijos me llamen la atención.
A veces estoy tan ensimismada que (aunque me avergüenza contarlo) no me doy cuenta hasta que Joaqui o Emma directamente me apagan la computadora.
Muchas veces nos pasamos "conectados" a la pc, al celular, a FB, a Twitter, y no nos damos cuenta que lo más importante está sucediendo alrededor nuestro: cambiamos la VIDA VIRTUAL por la VIDA REAL.
Comparto con ustedes esta publicidad Tailandesa, para que reflexionemos y tratemos de encontrar el equilibrio, aprendiendo a disfrutar todo lo hermoso que tiene la vida.




jueves, 14 de octubre de 2010

La Corte Suprema de Bs. As. obliga a vacunar


Estoy indignada.
Acabo de enterarme, a través del blog de Mamás y Bebés (y luego a través de la nota original que pueden leer aquí), que la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires han intimado a los papás de un bebé nacido en casa en la ciudad de Mar del Plata, y que practican ayurveda, a que en el plazo de 2 días vacunen a su bebé y lo demuestren ante las autoridades, bajo apercibimiento de COMPULSIVAMENTE (es decir POR LA FUERZA) hacer vacunar igual al bebé, aún sin el consentimiento de sus padres.
En la nota no especifica cuál es la vacuna que se niegan a ponerle al bebé. Por ser un recién nacido, supongo que debe tratarse de la Hepatitis B o de la BCG.
Vacunar a un recién nacido con la vacuna de la Hepatitis B es ridículo. Es una vacuna que ni siquiera debiera estar en el calendario, ya que, en primer lugar, en Argentina la Hepatitis B no es una enfermedad endémica, y las vías de contagio son: transfusión (se supone que a la sangre le hacen análisis antes de transfundirla, por que con el mismo criterio sino podrían contagiar HIV), relaciones sexuales (que un recién nacido no va a tener), tatuajes (que un recién nacido no se va a hacer) o compartir jeringas. Es una vacuna que estaría bien darla cuando el niño entra en la adolescencia, al momento de ingresar al secundario, por ejemplo. Pero no tiene ningún tipo de sentido, si la madre es sana y no tiene tampoco Hepatitis B (lo que sale en los análisis de embarazo) a ponerle este tipo de vacunas a un recién nacido. Es meterle virus y hormonas en el cuerpo al santísimo botón, porque durante unos cuantos años estará muy lejos de contagiarse esta enfermedad.
En cuanto a la BCG, que es la vacuna contra la tuberculosis, esta enfermedad en Argentina, hoy en día es rarísima, sobre todo en los grandes centros urbanos. Esta vacuna ha dado lugar en Estados Unidos a muchos juicios porque se cree que podría ocasionar AUTISMO, aunque no existe evidencia científica al respecto. En Argentina es obligatoria y se aplica en forma sistemática. En otros países, por ejemplo España, se dejó de aplicar en forma sistemática en 1980 (aquí más información al respecto).
Debemos tener en cuenta que TODAS LAS VACUNAS TIENEN EFECTOS SECUNDARIOS, y que cuando vacunamos, en realidad NO TENEMOS LA MENOR IDEA de lo que les estamos metiendo a nuestros hijos en el cuerpo: virus vivos atenuados, virus muertos o inactivados, toxoides, thimerosal (un derivado del mercurio, que es sumamente peligroso) hormonas de distintos animales (mono, vaca, etc.). Quién se hará responsable si a este bebé le pasa algo por vacunarlo?
Mientras la decisión era de los padres, estos eran claramente los responsables de la salud del niño. Pero que pasa ahora, con este Estado paternalista, si el niño adquiere alguna patología que, aunque más no sea presumiblemente, pueda entenderse que proviene de esta vacunación? Por supuesto, respondemos todos como sociedad, pagando el juicio que estos podres podrían hacer al Estado. Pero si algo pasara, nadie les devolverá a estos padres, cuya ELECCION era NO VACUNAR, a su niño sano.
Quiero aclarar que YO NO ESTOY EN CONTRA DE LAS VACUNAS. Quienes sigan este blog sabrán que si bien mi postura no está definida, vacuno a mis hijos CON TODAS LAS VACUNAS DEL CALENDARIO OFICIAL, quizás de cobarde, nada más. No obstante, cada vez que llevo a uno de mis hijos a recibir un pinchazo, no puedo evitar sentir otro pinchazo yo, pero de remordimiento, porque... qué hago si por culpa DE ESTA VACUNA les pasa algo? Pero lo mismo me pasaría si dejo de vacunar y el día de mañana enferman de algo que yo podría haber evitado con un pinchazo. Por eso he tratado de encontrar un término medio que, al menos a mí me funciona, que es VACUNAR CON EL CALENDARIO. NI UNA VACUNA MÁS: ni varicela, ni gripe A, ni ninguna otra.
En el caso que nos ocupa, no estamos hablando de unos padres irresponsables que no vacunan porque les importa poco o nada la salud de su hijo, sino de dos padres COMPROMETIDOS CON LA SALUD DE SU HIJO, solo que de una forma diferente a la tradicional: ellos han elegido la medicina ayurvedica, como podrían haber elegido la antroposófica, o la homeopatía.
Personalmente, considero que tienen TODO EL DERECHO DEL MUNDO A NO VACUNAR A SU HIJO, SI EN FORMA INFORMADA Y RESPONSABLE ASÍ LO HAN DECIDIDO, máxime cuando, como en este caso, no se pone en riesgo ni la salud del niño ni la salud pública.
Así como creo que tienen derecho a decidir si lo escolarizan o no, si quieren un parto en casa o un parto hospitalario, si quieren dar biberón desde el primer día o amamantar hasta los 5 años.
NADIE, ni aún el estado, tiene derecho a meterse en la órbita de esta familia, y decidir por ellos.
Nadie discute que amamantar es más beneficioso para los bebés que dar el biberón, sin embargo el Estado no OBLIGA a las madres a amamantar durante x cantidad de tiempo. Solo RECOMIENDA la lactancia exclusiva durante los 6 primeros meses.
Ya que tenemos un calendario de vacunación OBLIGATORIO, al menos podrían contemplarse las EXCEPCIONES A LA REGLA, verdad?
Aquí les dejo algunos links (tanto en pro como en contra de la libre vacunación) que pueden resultarles interesantes:


martes, 12 de octubre de 2010

Con la mirada de un niño, por Yolanda Gonzalez


Publicado en la revista Mente Sana Nº 63.

Con la mirada de un niño. Educar desde el corazón

Mirar a un bebé suele despertar en el adulto sentimientos de ternura y protección.Contemplar cómo ríen y se mueven los pequeños es un espectáculo único que muestra las ricas potencialidades que encierran desde el primer despertar a la vida.La infancia es el mayor tesoro que posee la humanidad.Y,sin embargo,la interacción del adulto con cada niño puede favorecer o interferir en su desarrollo óptimo y saludable en función de muchos factores interdependientes.

Como sabemos,a lo largo de la historia han ido variando los modelos educativos y la forma de interacción con la primera infancia.Desde los más estrictos modelos autoritarios hasta los más permisivos,hay un gran abanico de variedades educativas que coexisten en nuestra sociedad actual.Pero más allá de las modas y los mmanuales educativos,necesitamos tener criterios coherentes y saludables para interaccionar con la primera infancia.

Necesitamos crear un puente de conexión entre el mundo adulto y el infantil que supere la visión tradicional del modelo adulto "yo sé,tú no sabes" y sustituirlo por el sano e infrecuente ejercicio de la empatía.Necesitamos observar y sentir a los más pequeños,sin prejuicios educativos,cambiando nuestra mirada para crear vínculos seguros y saludables.Efectivamente,el factor esencial durante la crianza y la educación es nuestra mirada,es decir,cómo interactuamos y el lugar desde el que nos relacionamos con ellos.Metafóricamente,podríamos mencionar dos tipos de mirada:la vertical y la horizontal.

En la mirada vertical,la más habitual,el adulto dirige desde arriba los pasos evolutivos del niño.Se considera que hay que "enseñar" al pequeño porque "no sabe".No solo se le enseñan normas sociales,también las funciones naturales como "dormir solos y de un tirón" (aunque reclamen a llantos a mamá),"comer de todo" (aunque no estén preparados),compartir (sin haber llegado a la etapa de la socialización)...Este hábito de "enseñar" todo-incluso las funciones naturales que están sujetas a procesos de autorregulación desvela el desconocimiento habitual de los ritmos madurativos y la descofianza en su capacidad de autorregulación.

La mirada horizontal,por su parte,aborda la infancia desde la empatía y el respeto por su proceso madurativo.El adulto se coloca a la altura del niño,acompañándole en su camino,con "ojos de niño",como señala tan gráficamente Franceso Tonucci,psicopedagogo y dibujante italiano.Mirar con ojos de niño significa comprender y sentir junto al niño;en términos de la teoría del apego,significa dar una respuesta empática y sensitiva,además de adecuada e inmediata,a las demandas emocionales del pequeño.

Hasta los tres años,los pequeños no entienden las explicaciones racionales.Solo esperan nuestra respuesta sensible a sus demandas para sentir que la vida es segura y merece la pena vivirla en nuestro regazo.Conocer su proceso evolutivo emocional,es decir,sus necesidades vitales y emocionales,es la clave esencial para acompañarles desde el respeto,la paciencia,la presencia emocional que requieren en los primeros seis años de vida,etapa en que se constituye el carácter y el vínculo seguro.Muchos sinsabores de la crianza y la educación son debidos al desconocimiento de cuándo,qué y cómo se puede pedir o esperar de un niño pequeño.No podemos esperar lo mismo de un pequeño de dos años que de otro de seis.

Las necesidades adultas y las infantiles son antagónicas por simple evolución madurativa.Ellos son pequeños e inmaduros;nosotros,adultos y supuestamente maduros.Ellos necesitan depender para crecer;nosotros,que crezcan rápido para que se independicen.Ellos necesitan de mamá o papá por la noche para sentirse seguros;nosotros,que duerman solos.Ellos necesitan jugar sin cesar como forma de aprender a vivir;nosotros,descansar después de trabajar.Y así un largo etcétera que coloca a los protagonistas de la historia en dos posiciones opuestas y,a veces,irreconciliables,salvo si recordamos que para crecer seguros y sanos,los niños necesitan satisfacer sus necesidades emocionales:que atendamos su llanto,que les ofrezcamos contacto corporal y que respetemos su ritmo madurativo.El pediatra y psicoanalista inglés Donald Woods Winnicott decía:"La fuerza o debilidad del yo del niño/a está en función de la capacidad del cuidador para responder adecuadamente a la absoluta dependencia del bebé en las primeras fases de la vida".

Si queremos hijos saludables,con vínculo seguro,en la primera infancia se encuentra la clave.Por tanto,somos los adultos los que podemos adecuarnos y amoldarnos a estas necesidades prioritarias de los primeros años -aunque implique algunas renuncias-,en lugar de tratar de adaptar a los pequeños a nuestro mundo adulto,con el consiguiente estrés y malestar para la primera infancia.Podemos superar la realidad de dos mundos opuestos estableciendo un puente de conexión a través de la empatía,de "sentir-con" ese pequeño que reclama nuestra atención y no entiende nuestras razones.Ellos son los pequeños;nosotros,los mayores.

Las emociones infantiles y las nuestras no son idénticas en cuanto a intensidad y capacidad de asimilación.Los menos de tres años sienten intensamente y no pueden relativizar sus emociones.El intelecto y la capacidad de racionalización adulta no están presente en esta etapa temprana del desarrollo en que están inundados de emociones,sin un filtro racional posible.Si mamá se va,por ejemplo,no valen las explicaciones verbales de buena fe como "volverá enseguida".Con menos de tres años,el niño llorará desconsolado,y solo parará por agotamiento o ante el regreso materno.No se trata de ningún déficit ni de que deban "aprender" algo para superarlo,simplemente necesitan tiempo de maduración para sentir y saber que si su figura de apego parte,volverá.

Es crucial comprender que las necesidades emocionales infantiles-de atención,afecto y presencia de la figura de apego-son legítimas y no responden a ningún capricho ni malcrianza.Malcriar es,contrariamente a la creencia popular,no responder con empatía a la demanda imperiosa de antención del niño,que,por otra parte,le trasmite la seguridad que necesita para su evolución posterior.Todavía existe el mito de que la infancia es el paraíso de la felicidad que perdemos según crecemos.Si pudiéramos recordar nuestra infancia,quizás aflorarían a nuestra conciencia momentos alegres,pero también otros que no lo son tanto.Seguramente sentimos soledad o incomprensión más veces de las deseadas;puede que experimentásemos el doloroso sentimiento de la humillación cuando nos acusaron injustamente de mentir,o recibimos un castigo doloroso..Recordando nuestra infancia es probable que comprendamos que no siempre fue esa etapa idílica en la que se afirma que los niños son felices porque no tienen obligaciones ni créditos que pagar.Crecer tampoco es fácil.Partir de nuestra experiencia puede ayudarnos a abandonar la mirada vertical y descender hasta la altura del niño,mirando a sus ojos y sus pequeñas manitas,en lugar de interpretar automáticamente cualquier comportamiento suyo sin pararnos a sentir su lógica emocional.

Podemos frenar la tendencia sistemática a interpretar que "no nos obedecen"-con el consiguiente y automático enfado-y detenernos a pensar que,quizás,están inmersos en su juego preferido y necesitan la complicidad paterna o materna para abandonarlo e ir a cenar,por ejemplo.Podemos cuestionarnos la interpretación social que impone reglas externas sobre lo que "debe" hacer un niño sin discriminar edades madurativas o que considera que atender a sus demandas afectivas es malcriar.

En lugar de pensar en términos de "enseñar",tratemos de observar su momento evolutivo y discernir si está preparado para integrar madurativamente un paso más en su desarrollo.Ese paso puede ser la escolarización,el control de esfínteres,el destete o cualquier logro madurativo.Y para ello,necesitamos "sentir-con" ese pequeño y estar formados-informados sobre su proceso evolutivo,y desde el enfoque de la salud,que no siempre coincide con las normas sociales.En lugar de invadirles con nuestros razonamientos lógicos,tratemos de empatizar con su momento emocional,utilizando siempre "su" lenguaje-que no es el nuestro-,que se basa en el juego y la complicidad,y que tiene su sede en la expresión corporal.

Busquemos alternativas creativas que sustituyan al omnipresente "no",que frustra tanto las necesidades afectivas como los caprichos,y provoca las conocidas rabietas.Se pueden lograr los mismos objetivos sin entrar en guerras innecesarias fomentando los acuerdos consensuados a partir de los tres añitos.Es mucho más gratificante y educativo el aprendizaje mutuo del arte de los acuerdos que imponer criterios que se alejan de su comprensión infantil.En lugar de interpretar cualquier comportamiento como desobediencia,tengamos presente que ellos viven bajo el dominio del placer y nosotros bajo el del deber.Lenguajes,nuevamente,antagónicos.

Juguemos para lograr nuestros objetivos,sin imponernos desde el intelecto.Intentemos formar seres humanos razonables y solidarios,en lugar de personas sumisas o rebeldes sin causa.Y,para conseguirlo,cambiemos nuestra mirada a la infancia mediante la empatía y el respeto por ese pequeño ser de hoy,futuro adulto del mañana.

sábado, 9 de octubre de 2010

A esta misma hora, hace dos años


Hace dos años, a esta misma hora, estaba cambiando a Joaqui entre contracción y contracción para que salga a pasear con mi suegra.
La llegada de Emma era inminente. Las contracciones habían empezado suavemente durante la mañana (luego de algunas "falsas alarmas" los días anteriores), y poco a poco subían en intensidad. Sin embargo, eran soportables.
Yo recorría la casa buscando la remera y las bermudas en el cuarto de Joaqui, las zapatillas que habían quedado tiradas en el living, e iba vistiendo de a poco al enano. Cuando sentía la llegada de una contracción, simplemente respiraba hondo y me ponía en cuclillas, porque así me lo pedía el cuerpo.
Edith, la partera, había llegado hacía media hora, y había anunciado una dilatación de 4 cm.
Cuando recuerdo el parto de mis hijos me pasa algo sumamente extraño. La sensación que tengo no es la de recordar con la mente, sino la de "recordar con todo el cuerpo". Como si cada célula que estuvo implicada en el nacimiento reviviera otra vez aquellas sensaciones. Es algo parecido a lo que pasa cuando uno siente un olor que trae el recuerdo de un momento de la infancia: se siente transportado a ese momento y a ese lugar, y hasta el corazón late fuerte como si hubiera podido viajar en el tiempo y todo volviera a repetirse, de tan vívida que es esa sensación.
"Sensación". Esa es la palabra exacta. Cuando pienso en el nacimiento de mis hijos, especialmente el día de sus cumpleaños, vuelven a mí todas esas "sensaciones". No el dolor físico, pero sí la sensación de estar otra vez de parto.
Dos partos muy, muy distintos. Pero cada uno de ellos hermoso a su manera, porque fueron la llegada de mis hijos.
Con Emma, las sensaciones son como oleadas. Una contracción aquí, que viene, sube, y se va, y que la paso en cuclillas en el living. Luego nada, como si todo volviera a su lugar. Otra contracción acá, mientras busco en el cuarto de Joaqui. Se va, y otra vez nada...
Cuando finalmente Joaqui se va con su abuela, alrededor de las 11 de la mañana, la dilatación ya era de 6 cm. Me meto en la pileta, con agua caliente. Hernán sigue calentando agua, que va echando de a poco, para mantener la temperatura.
Las contracciones son más intensas, pero increíblemente, cuando pasa el dolor, puedo charlar de cualquier cosa con Edith y Hernán. Voy buscando distintas posiciones. En cuclillas, en cuatro patas, sentada... siento que mi cuerpo me pide abrirse, siento que mi cuerpo se va abriendo... siento que Emma va abriéndose el espacio para venir al mundo.
Cuando apenas ha pasado una hora, ya estoy dilatada completamente, pero yo no ni me lo imagino. Siento contracciones muy fuertes. Me ayudan a salir de la pileta, voy al baño, y me voy, al "planeta parto". De allí en más, mis recuerdos son confusos.
Sé que Edith me ayudó a salir del baño, que cuando cruzaba el pasillo rompí bolsa, y apenas hubo tiempo para tirar algunas toallas en el piso y que Hernán me tomara de las axilas. Casi inmediatamente empecé a pujar, en cuclillas, sostenida por mi marido. Y 10 minutos después conocía a mi hija. La tenía en brazos. La miraba. La ponía en mi pecho. Ella solo berreaba.
Y hoy, después de 2 años, con un clima prácticamente igual al de aquel día primaveral, revivo todas estas sensaciones, con mucha emoción, porque con el nacimiento de Emma pude sanar heridas, porque pude darle a mi hija una llegada al mundo respetada, a sus tiempos, que no eran los de otros, sino los suyos propios.
Revivo esas sensaciones que, especialmente los días como hoy, vienen a mí como esos viajes en el tiempo que nos regalan algunos aromas de la infancia.
FELIZ CUMPLEAÑOS EMMITA!

miércoles, 6 de octubre de 2010

Semana Mundial del Porteo: porqué llevo a mi bebé en brazos


Hoy empieza la semana mundial del porteo, babywearing o, en criollo, "llevar a tu bebé en brazos".
Quiero contarles un poco mi experiencia sobre el "portear" un bebé.
Con Joaqui descubrí la "kepina" cuando tenía unos 4 meses. Si bien la usamos bastante, hasta casi el año, también usó bastante cochecito.
Con Emma, en cambio, así como nunca armé una cuna, nunca armé un cochecito. Antes de que Emma naciera había leído experiencias con "foulard" o "africana", y había averiguado para hacerme mi propio foulard.
Desde que nació, me convertí en una verdadera "mamá canguro", a punto tal que a veces la gente pensaba que seguía embarazada, porque a la gorda no se le veía ni un pelo, toda acurrucada ahí dentro, en posición fetal, como si siguiera dentro de mi panza.
A medida que fue creciendo fuimos probando otros nudos: en sillita mirando hacia mí, de costado, en la espalda, y hasta sentada chinito mirando hacia adelante.
Desde que Emma nació (el sábado harán 2 años) hasta hoy solo una vez usó el paraguitas, porque había tenido que lavar el foulard, que se había ensuciado con chocolate, y justo llovió y no se había secado.
Tanto es así que la gorda ve un cochecito y para ella es toda una aventura subirse un ratito, como si se tratara de un triciclo, un autito o algo así.
Y los beneficios que yo he encontrado en el porteo son muchísimos:
- Cuando es un bebé recién nacido, duerme en el foulard y podés hacer mil cosas (lavar, tender la ropa, ordenar, barrer) porque tenés ambas manos desocupadas. Además, el movimiento los adormece todavía más.
- Se sienten seguros, calentitos, escuchan el latido de su mamá y sienten su olor. Esto ayuda a establecer mejor el vínculo mamá-bebé.
- Favorece la lactancia, ya que si tenés puesta ropa cómoda (o nada debajo del foulard, que perfectamente puede funcionar como camiseta) el bebé puede tomar toda la teta que quiera y soltar cuando esté satisfecho. Usando un foulard o una kepina podés amamantar con total y absoluta discreción.
- Es económico. Hacer un foulard no cuesta ni el 5% de lo que cuesta comprar un cochecito. Solo necesitás una tela de buen algodón en el color que quieras, de 0.7 de ancho por entre 4 y 5 metros de largo (depende de tu contextura física: más larga cuanto más alta o grandota seas), y practicar mucho los nudos.
- Es ecológico, ya que no se usan derivados del petroleo para hacer un foulard, y además la tela puede ser reciclada en sabanitas, ropita para muñecas o lo que se te ocurra cuando la dejes de usar.
- Es cómodo. No tenés que andar para todos lados cargando enormes trastos, abriendolos y cerrandolos. Podés llevar a tu bebé en foulard o kepina cuando das un paseo a pie, cuando vas en colectivo o tren, e incluso es mucho más cómodo poner un foulard o kepina en el bolso cuando vas en auto, que cargar con el cochecito en el baúl.
- Es ideal para ir a hacer compras, ya que el bebé está calentito junto a tu cuerpo, y tenés las manos libres para llevar el carrito y las bolsas de las compras.
- Podés adaptarlo a la edad de tu bebé, depende del nudo que elijas: en posición fetal para el recien nacido, con las piernitas afuera pero mirando hacia el porteador cuando son pequeñitos, en la espalda o al costado cuando empiezan a interesarse en lo que sucede a su alrededor, sentados chinito y mirando hacia el frente cuando ya se sientan solos.
Estos son solo algunos de los beneficios de hacer babywearing. Seguro que si lo practican, encontrarán muchos mas!

viernes, 1 de octubre de 2010

El maltrato verbal es violencia

Hoy, a través de una amiga de esa maravillosa red social que es Facebook, conocí una publicidad que, a pesar de ser argentina, y aparentemente ser del año pasado, no vi nunca en ningún canal ni de cable ni de aire.
Me pareció excelente, sobre todo para reflexionar, porque parece fácil criar con respeto y apego cuando nuestros niños son pequeños, pero a medida que crecen, y nos imponen mayores desafíos (sobre todo cuando son ellos mismos los que parecen desafiar nuestra paciencia), muchas veces nos salta el "automático", y decimos cosas terribles, de las que tal vez luego nos arrepentimos, pero que una vez dichas, quedan en sus cabecitas para siempre.
A veces resulta difícil ver a un niño de 6 años o más como un niño, pero en definitiva eso es lo que es: un niño pequeño. Aunque ya hable correctamente, camine, corra y salta, tenga independencia suficiente para comer, cambiarse, bañarse o ir solo al baño. Es un niño pequeño. Un niño que todavía nos necesita. Y necesita, sobre todo, nuestra comprensión, amor y paciencia.
Yo debo recordarlo más seguido. Y seguramente muchos de ustedes también. Y contar hasta un millón, si es necesario, y recordar como me sentía yo con esa edad cuando mis padres me trataban de "tonta", "inútil" o "pesada".
Para reflexionar...

Newsletter Laura Gutman Octubre 2010


Hijos adolescentes

El adolescente se va a dormir una noche y a la mañana siguiente despierta con un cuerpo que no le pertenece, envuelto en sensaciones nunca antes percibidas. Desregulados como estamos todos en la sociedad de consumo, los adolescentes tienen fuerza suficiente para cazar rinocerontes y valentía para internarse en la selva. Sin embargo los tenemos aferrados a sus pupitres, haciéndoles creer que no son capaces, que no pueden adquirir autonomía, que no son mayores de edad, y que deben prolongar la infancia de mandatos y obediencias debidas. El cuerpo y el alma del adolescente puja por volar lo más lejos posible del hogar de los mayores, pero suele quedar atrapado por las convenciones que determinan que hasta los 18 años, eso no se hace. Los jóvenes se encuentran con más fuerza física y sobre todo, con sentimientos opuestos a los de los padres o maestros amados. Si tienen el coraje interno para desafiar a los mayores, la consecuencia va a ser la expulsión -en términos emocionales- del territorio de intercambio afectivo. Y para rematar, los padres aumentaremos el control sobre los actos que pretendan desplegar.

Si los adultos comprendiéramos que los adolescentes necesitan auto regularse entre ellos, permitiríamos que se junten más, convivan más entre pares, resuelvan más y mejor sus asuntos y sobre todo, facilitaríamos las cosas para que vayan calibrando armónicamente la capacidad de valerse por sí mismos. Suponer que la adolescencia es sinónimo de dolor de cabeza para los padres, es una estupidez. Si han sido niños amados y acompañados sin exigencias desmedidas, la adolescencia transcurrirá con separaciones saludables, cortas y confianza establecida. Pero si quienes son adolescentes hoy, ayer han sufrido el abandono emocional en cualquiera de sus formas, la confrontación hacia los adultos será dura.
Todo pasaje entre la infancia y la adultez requiere pruebas de valentía. A falta de rituales organizados en nuestra moderna sociedad, los jóvenes se calzan la mochila al hombro y salen al bosque, dispuestos a enfrentar ciertos peligros, obstáculos y aventuras que efectivamente tendrán que superar. Todo viaje de iniciación es un adiós al hogar de la infancia, una preparación para medir las capacidades personales de supervivencia y calibrar la autonomía que pueden desplegar a partir de ese momento. Quienes hayan recibido suficiente amparo, sabrán distinguir entre aquello que vale la pena enfrentar y lo que no. En cambio, quienes provengan de historias de descuido o maltrato, caerán en las garras de feroces depredadores, confundiendo arrojo con fragilidad interior.

Laura Gutman.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

El pediatra que se opone a las vacunas y promueve el parto en casa



"NO PERTENEZCO A LA MEDICINA OFICIAL"

Aconseja a las mujeres que tengan a sus bebés en sus hogares con la ayuda de una partera. Está a favor de que las madres amamanten a sus hijos hasta los dos años y en contra de que los chicos reciban vacunas. El doctor Jorge Díaz Walker, premiado en el año 2001 como mejor médico del año, explica su controvertida postura.

por Raquel Roberti

publicado en la revista "Veintitrés"
(Bs. As.) 4 de Julio de 2002, págs. 78/79.

-¿Lo echaron de la sociedad de pediatría?
-Sí, hace cuatro o cinco años. Dije que la pediatría era un invento de Nestlé para sacarle la teta a los pibes y me echaron los perros.

-¿Qué piensa de las vacunas?
-Propongo no vacunar, pero que los padres elijan.

-¿Qué le recomienda a una mujer a punto de parir?
-Que dé a luz en su casa con una partera y un médico cerca.

-¿Lo premiaron como mejor médico del año 2001?
-Sí. Cuando me pidieron el curriculum pensé que después me iban a mandar una tarjeta de cien pesos para una cena.

Jorge Díaz Walker es un hombre afable, pero de definiciones polémicas que se apartan del discurso homogéneo de la corporación médica. Tiene 70 años y cuarenta de ejercicio profesional en los que, entre otras cosas, organizó el servicio de pediatría y el de asistencia materno infantil en Santa Cruz. Pero cuando dejó la Patagonia y volvió a Buenos Aires, en 1969, se encontró con que las mujeres ya no amamantaban a sus bebés y empezó su cruzada personal a favor de la leche materna. En 1974 fundo Ñuñu -en quechua: mamar o madre-, una asociación de mamás que ayudan y animan a otras para que den el pecho a sus hijos.
De esa asociación partió la iniciativa de ternarlo para el premio de mejor médico del año por los "valores humanitarios" que imprime a su actividad.
Díaz Walker recibió el galardón que otorga el Poder Ejecutivo el 28 de noviembre pasado.

-¿Hasta qué edad aconseja amamantar?
-Hasta los dos años, porque la leche materna es la única fuente de hierro, pero decide la mamá. Después propongo el desleche: no cambiar la leche materna por la leche vacuna, difícil de digerir. La gran mayoría opta por la leche de soja. Y desde que cortamos los lácteos en las madres de ñuñu que amamantan nos olvidamos de las bronquitis y los nebulizadores para los pibes. La leche de vaca es alergénica y la mayor productora de moco. Tiene componentes diferentes a la humana y la madre genera anticuerpos pero la pelea se desarrolla en el chico.

-¿Los lácteos no son importantes para fortalecer los huesos?
-La leche de vaca no osifica al humano, osifica al ternero en un lapso de dos o tres años y nosotros tardamos más de veinte en alcanzar el mismo nivel de osificación. El problema no es el calcio sino los descalcificantes, como los ácidos fosfóricos presentes en la mayoría de las gaseosas. Todos recordarán aquella prueba de echar gaseosa sobre tornillos oxidados para poder sacarlos; imagine lo que ocasiona en un diente.

-¿Recibe presiones de algún sector?
-No. Soy un mosquito que no pica. Los laboratorios simplemente no me visitan más. Ahora soy médico de niños y eso me beneficia porque no me obliga a pertenecer a la medicina oficial o hegemónica. En la Argentina hay poca legislación de salud pública, hay directivas del ministerio que se convierten en obligaciones para el poder médico que, en países agrícola-ganaderos como el nuestro, se alía con el poder de turno. Por eso, cuando no tienen nada que hacer, vacunan.

PARTO NATURAL.

La postura de Díaz Walker antes las vacunas (ver aparte) no es la única que genera polémica. También promueve el parto natural: sin intervencionismo médico, sin anestesia ni episiotomías o cesáreas innecesarias. Dice que es una de las cosas que aprendió en ñuñu, escuchando a una madre hablar de su parto en el hogar. Las que estaban embarazadas se interesaron y empezaron a trabajar en el proyecto: "Nacer mejor", que propone el parto en casa con partera, médico a mano y que cada mujer elija la posición que le resulte más cómoda para parir: sentadas, de cuclillas, parada o arrodillada.
"El parto es un hecho natural que se ve alterado por la medicalización y, muchas veces, termina en una cesárea que no hubiera ocurrido si se dejaba seguir el curso normal. Sólo dos de cada cien cesáreas son necesarias: las restantes son provocadas por la impericia de los médicos", afirma Díaz Walker. La Argentina es uno de los países con mayor índice de cesáreas: 25 por ciento de los nacimientos en hospitales públicos y 50 por ciento de los que ocurren en instituciones privadas son por esa vía, según las estadísticas nacionales de 1998. El doble de lo que considera aceptable la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En 1999, Cindy Crawford decidió parir en su casa con la ayuda de su marido, una comadrona y una enfermera. Antes, Pamela Anderson y la modelo Stella Tennant habían tomado la misma decisión. De a poco aumentan los países que incluyen en sus servicios de salud a parteras, pediatras y una ambulancia para atender los nacimientos hogareños. El sistema, criticado y temido por muchos, da excelentes resultados cuando se encara con profesionalidad, como en Holanda y Japón: la tercera parte de los partos se realiza en el hogar, tienen las tasas más bajas de mortalidad materna y porcentajes muy reducidos de cesáreas.
Para Díaz Walker, las estadísticas europeas indican que es posible manejar los partos riesgosos en el hospital, sin internar al 95 por ciento restante de las mujeres. "Al estar en la casa, la mujer puede dar a luz en un ambiente familiar, elegir la gente que la atienda, hacer cosas que la conformen o animen. Y después del parto, puede descansar a su manera, comer lo que quiere y relacionarse con su hijo sin los obstáculos que ponen las instituciones", dice el médico, quien confía en que si "cambiamos la forma de nacer, cambiaremos la forma de vivir".

NO A LAS VACUNAS

Díaz Walker aconseja no vacunar a los chicos porque "el organismo recibe un virus, un tanto idiota por efecto de las manipulaciones, que va a generar defensas contra la enfermedad que provoca, pero además recibe el medio donde se crió ese virus (embrión de pollo o riñón de mono). De modo que las vacunas tienen proteínas y virus de esos animales, además de sales de aluminio, antisépticos mercuriales y antibióticos que pueden afectar el funcionamiento renal".

-¿Cómo se vive sin las vacunas en esta realidad?
-Pregúnte a los laboratorios, que ofrecen "beneficios adicionales" a los médicos por recetar vacunas no obligatorias. Ningún hecho médico ha prolongado la vida en forma significativa, excepto lavarse las manos antes del parto.

-¿Qué pasa con un chico no vacunado en un ámbito como el colegio?
-¿Conoce a algún rico que haya muerto de sarampión?
La única vacuna obligatoria debería ser contra la pobreza. Lamentablemente, todavía no existe.

Extraído de UVA

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