"Yo elijo" es un principio, un derecho inalienable del ser en en un verdadero sistema de libertades responsables, de derechos ejercidos con madurez, que va mucho más allá del fabuloso hecho de parir, tan industrializado en nuestros tiempos. Es sabido que al parir hospitalizadas, las mujeres perdemos el "Yo elijo" en muchos aspectos que van mucho más allá de lo estrictamente médico. Es posible que muchos entendidos teman por la salud física del bebé y la mamá, pero hay aspectos de índole etérea, de emocionalidad, intimidad, respeto, yo diría de espiritualidad, implicancias "místicas" del parto (la sagrada puerta del comienzo de la vida de un ser), que son muchas veces no solamente desatendidos en los hospitales y sanatorios tecnificados, sino además vapuleados, absolutamente ignorados...Desde el mero hecho de que perdemos nuestro nombre al ingresar para ser llamada"mami", hasta el detalle de ser apuradas, medicadas a veces en contra de nuestra voluntad, y hasta engañadas con respecto a lo que "hay que hacer" porque es lo que le conviene al entorno, y no a "mami" ni a su "bebé". Y así parimos y nos quedamos con un sabor a impotencia, porque han parido por nosotras en realidad. Ésto, creo yo, desde mi humilde experiencia de madre de dos hijos que nacieron por cesárea, trae después un sinfín de sentimientos amargos. Es posible que sea "salubre e higiénico", pero dista bastante de ser un hecho pleno y donde la mujer y el bebé que puja por salir deberían ser los verdaderos protagonistas. Es menester que los profesionales de la salud entiendan que somos mucho más que cuerpos, que todo nuestro psiquismo, nuestro bagaje ancestral de especie animal y mamífera, y nuestra alma - que no figura en ningún libro de Medicina y Obstetricia- se ponen en juego y deben ocupar un lugar central en el parto. Mis abuelas parieron en sus casas, y no murieron en el intento... Hoy que somos mucho más conscientes y cuidadosos con los cuidados prenatales, especialmente en las grandes urbes, no hay por qué temer que algo malo pueda suceder si hay profesionales de la salud presentes asistiendo a la puérpera. El tema pasa por abrir el juego y terminar con el negocio montado alrededor del embarazo y el parto dentro de los hospitales: allí hay muchos intereses creados como para darnos el derecho y el deber de elegir. Los felicito por las últimas entradas y sus resonancias! Saludos!
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"Yo elijo" es un principio, un derecho inalienable del ser en en un verdadero sistema de libertades responsables, de derechos ejercidos con madurez, que va mucho más allá del fabuloso hecho de parir, tan industrializado en nuestros tiempos. Es sabido que al parir hospitalizadas, las mujeres perdemos el "Yo elijo" en muchos aspectos que van mucho más allá de lo estrictamente médico. Es posible que muchos entendidos teman por la salud física del bebé y la mamá, pero hay aspectos de índole etérea, de emocionalidad, intimidad, respeto, yo diría de espiritualidad, implicancias "místicas" del parto (la sagrada puerta del comienzo de la vida de un ser), que son muchas veces no solamente desatendidos en los hospitales y sanatorios tecnificados, sino además vapuleados, absolutamente ignorados...Desde el mero hecho de que perdemos nuestro nombre al ingresar para ser llamada"mami", hasta el detalle de ser apuradas, medicadas a veces en contra de nuestra voluntad, y hasta engañadas con respecto a lo que "hay que hacer" porque es lo que le conviene al entorno, y no a "mami" ni a su "bebé". Y así parimos y nos quedamos con un sabor a impotencia, porque han parido por nosotras en realidad. Ésto, creo yo, desde mi humilde experiencia de madre de dos hijos que nacieron por cesárea, trae después un sinfín de sentimientos amargos. Es posible que sea "salubre e higiénico", pero dista bastante de ser un hecho pleno y donde la mujer y el bebé que puja por salir deberían ser los verdaderos protagonistas. Es menester que los profesionales de la salud entiendan que somos mucho más que cuerpos, que todo nuestro psiquismo, nuestro bagaje ancestral de especie animal y mamífera, y nuestra alma - que no figura en ningún libro de Medicina y Obstetricia- se ponen en juego y deben ocupar un lugar central en el parto. Mis abuelas parieron en sus casas, y no murieron en el intento... Hoy que somos mucho más conscientes y cuidadosos con los cuidados prenatales, especialmente en las grandes urbes, no hay por qué temer que algo malo pueda suceder si hay profesionales de la salud presentes asistiendo a la puérpera. El tema pasa por abrir el juego y terminar con el negocio montado alrededor del embarazo y el parto dentro de los hospitales: allí hay muchos intereses creados como para darnos el derecho y el deber de elegir.
Los felicito por las últimas entradas y sus resonancias!
Saludos!
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